Cocaina

Cocaína

 

 

 

 

DATOS GENERALES

Origen

En 1855 un químico alemán de apellido Gaedcke aísla de las hojas de coca un alcaloide al que llama erythroxyline por el nombre genérico de la planta. Un poco más tarde, en 1859, empleando alcohol, ácido sulfúrico, bicarbonato sódico y éter, otro químico alemán de nombre Albert Niemann purifica el alcaloide de Gaedcke y aísla directamente de las hojas de coca el alcaloide al que se conoce desde entonces con el nombre de cocaína. Hasta mediados del siglo XIX la coca y sus derivados gozan de gran prestigio como estimulantes de uso terapéutico. Tiempo después, esos mismos beneficios comienzan a percibirse como "riesgos seductores" que a acabarían siendo una "amenaza para la sociedad". De cualquier forma y sea cual sea la perspectiva desde la que se mire, sembrar coca y comerciar cocaína (coca o perica) y otros de sus derivados siempre han sido actividades rentables.

 QUÍMICA

Identificación

Las hojas de coca tienen una forma oval, son de un color verde oscuro, llegan a medir hasta 6 cm de largo y contienen aproximadamente 1% de cocaína.

Dependiendo del tratamiento químico que reciba lo que se conoce como pasta base, la cocaína puede extraerse en forma de hidrocloruro, clorhidrato o hidroclorito. En cualquiera de sus variedades, la cocaína se presenta en forma de polvo blanco, cristalino e inodoro, con un sabor bastante amargo.

 

 Composición

En el argot de las drogas, a los encargados de procesar la cocaína se les llama cocineros. Con buenas hojas y pericia, cuatro arrobas de hojas (es decir, 50 kilos ya que una arroba equivale a doce y medio) pueden rendir para quinientos gramos de cocaína, pero antes hay que separarla de los demás alcaloides y cristalizarla en una sal. La hoja Trujillo, (Erythroxylum novogranatense) de Perú y Colombia, tiene menos concentraciones que la hoja huanaco (Erythroxylum coca) de Bolivia. Para hacer la pasta base basta con los siguientes precursores: petróleo o queroseno, ácido sulfúrico y un álcali  que puede ser cal, carbonato sódico o potasa, ésta última es una variedad en bruto de carbonato potásico que se obtiene de las cenizas vegetales.

Según relato de un cocinero colombiano a Charles Nicholl (23), durante la primera fase, la salada, se mezclan las hojas con la potasa y se las deja reposar en un barril o en un hoyo para que comiencen a disolverse los alcaloides. En la segunda, la mojadura, el queroseno se vierte sobre las hojas hasta empaparlas y se agrega un poco de ácido sulfúrico diluido para que ayude a descomponer las hojas.

Esto permanece así durante 36 horas, al cabo de las cuales, los alcaloides flotan libremente en el queroseno que los absorbe. En la tercera fase, la prensa, se separa de las hojas todo el queroseno posible y mediante un sifón se trasvasa el queroseno a un barril y se desechan las hojas que han quedado negras y muertas. La penúltima fase, la guarapería, es la más delicada. Se agrega agua y ácido sulfúrico al queroseno y se deja reposar durante un día. El ácido penetra y separa los alcaloides que se disuelven en el agua. Al final, el queroseno está arriba y el guarapo abajo. Éste guarapo es una solución de cocaína y demás alcaloides a la que se le agrega más potasa o amoniaco para conseguir que éstos se precipiten. El guarapo adquiere entonces un color blanco lechoso y está listo para pasar a la última fase: la secadería, que consiste en filtrar el precipitado; para ello se utiliza una sábana y se deja secando al sol o con focos hasta que adquiere la consistencia del barro húmedo. A partir de entonces está lista para venderse como pasta base para hacer cocaína o para dejarse secar por completo y venderse como bazuko. Químicamente es estable y puede transportarse en cualquier clima sin que pierda su potencia.
Un buen cocinero puede convertir un kilo de pasta en casi el mismo peso de cocaína. Para hacerlo, se necesitan los siguientes precursores: permanganato de potasio para suprimir los alcaloides que no son esenciales mediante la oxidación; disolventes orgánicos como acetona, éter, benzol o toluol; y algún ácido como el clorhídrico que reacciona con el alcaloide de la cocaína formando una sal cristalina.

 

Formas de adulteración

La cocaína es quizá la droga más sujeta a sufrir adulteraciones. En 1974 los laboratorios Pharm Chem examinaron cuarenta muestras de diferentes dosis de cocaína circulantes en el mercado clandestino de California, E.U. y determinaron que todas estaban adulteradas en proporciones que iban del 30 al 40%. Inmediatamente la DEA saltó: «Ese laboratorio no está autorizado para publicar datos sobre la composición química de las muestras de drogas ilícitas cedidas por donantes anónimos». (13) Diez años después, investigadores que prefieren mantener su anonimato, informaron que la pureza media se había reducido a la mitad.

Hay dos tipos de "cortes" o adulterantes para la cocaína. Los cortes inactivos sirven para dar peso: lactosa, talco, bórax, Manitol® (que es un laxante italiano) o cualquier otra cosa que se parezca a la cocaína y no tenga efectos colaterales perceptibles de manera inmediata. Para compensar la potencia perdida en la adulteraciones, se le añaden también cortes activos, que pueden ser de dos clases: excitantes (anfetaminas en polvo) para que tenga una subida fuerte y congelantes (novocaína o benzocaína) para imitar el efecto característico de adormilar la boca de la auténtica cocaína.

En términos generales, el que distribuye la mercancía por kilos, la corta normalmente con bórax, lactosa o Manitol®, para dejarle una pureza de entre 85 y 80%; el que la compra en kilos y la vende por onzas la corta con amfetamina y algún anestésico derivado de la coca para dejarla entre 70 y 60%; el que la compra en onzas y la vende en gramos, la corta con lo que se le ocurre, incluyendo gis o talco, y/o nuevamente procaína y novocaína que siendo substancias 70% más tóxicas que el bórax, el Manitol® y la lactosa, añaden además dificultades de solubilidad, haciendo más peligrosa su administración intravenosa y la dejan con sólo un 30  a 40% de cocaína. Si es que pasa por un revendedor más puede acabar hasta en un 20%. El caso es que el consumidor que compra por gramos, rara vez recibe más allá del 50% de cocaína pura, la cantidad acostumbrada en las muestras callejeras actuales oscila entre el 20 y el 40%.

Se cree que un modo elemental de detectar la adulteración es probando la droga; se supone ingenuamente  que al contacto con los labios y la lengua, la cocaína los adormece. Esto nunca es una garantía porque como ya se señaló, el efecto puede estar provocado por lidocaína o procaína. La presencia de grumos también es un mito, en realidad estos grumos se deben a la humedad y se forman con todas las sustancias con las que pueda estar cortada, al igual que se cristaliza el azúcar húmedo.

Una prueba más efectiva es la que se hace con un vaso de cristal claro y agua fría. Los cristales de cocaína pura se disuelven al echarlos en el agua antes de llegar al fondo del vaso. En el camino se desprenden la mayoría de las impurezas y quedan visibles en el fondo. La prueba más efectiva para detectar adulterantes se realiza a nivel térmico: la cocaína se funde entre los 192 y los 197 grados centígrados, así es que cualquier ingrediente que llegue a fundirse antes o después, no puede ser cocaína. Empíricamente se puede realizar con ayuda de un pedazo de papel aluminio o de los metalizados que vienen en las cajas de cigarros. Se coloca la muestra de cocaína encima del papel y por debajo se calienta con un encendedor. Si es pura, hace burbujas y deja una película marrón claro; si  no lo es se ennegrece y deja grumos. La inmensa mayoría de los consumidores no sabe reconocerla por la sencilla razón de que nunca la ha visto ni la ha probado pura.

Robert Sabbag, un experto en la materia asegura en Ciego de nieve:

Si usted tiene un amigo metido en el tráfico, con suerte logrará probar la cocaína casi pura, aún sin cortar, y entonces tendrá la sensación de que las terminaciones nerviosas se le han ahogado en champaña y sabrá por primera vez de qué se trata toda la fiesta. Sólo necesitará una y una para colocarse y mantenerse así toda una noche. (24)

 

Algunos aficionados a la cocaína están tan habituados a las amfetaminas y otros adulterantes que son en todos sentidos y para todos los fines, adictos al corte que pagan muy por encima de lo que éste vale en el mercado legal.

 FARMACOLOGÍA

Mecanismo de acción y formas de empleo

Si viene en grumos, la cocaína se pulveriza con cualquier navaja o tarjeta plástica. El polvo se coloca sobre una superficie plana formando "líneas" que mediante un popote o un billete enrollado como tal, se van aspirando por una fosa nasal, mientras la otra se tapa con la mano. El polvo previamente disuelto en agua destilada sólo puede inyectarse a nivel subcutáneo o intravenoso si se está seguro de que tiene una pureza mayor al 80%, de otra manera puede estar cortada con sustancias que no sean hidrosolubles (ver formas de adulteración). El polvo de cocaína también puede fumarse "en base" siguiendo este procedimiento: se llena con agua una cuchara hasta la mitad, se vierte una porción de cocaína por dos de bicarbonato y se calienta con un encendedor hasta que se forman unas piedras (cookies) que pueden fumarse en una pipa común o en alguna improvisada con latas o con antenas, por ejemplo.

 

Usos terapéuticos

 

Poco después de haber sido aislada, médicos y laboratorios recomendaban la cocaína como un "buen alimento para los nervios" destinado a combatir hábitos de alcohol, opio o morfina, e incluso para "conceder sempieterna vitalidad y hermosura a las damas." (13) En aplicación externa es un vasoconstrictor que corta hemorragias e inhibe la transmisión de impulsos en las fibras nerviosas. Debido a esto último se convirtió en el primer anestésico local de la cirugía moderna. Se le usaba en intervenciones oftálmicas y de otorrinolaringología hasta que el descubrimiento de otras substancias derivadas de la coca, como la benzocaína, la lidocaína y la procaína (comercializada con el nombre de Novocaína®), la sacaron de circulación. No obstante, los laboratorios Merck Sharp & Dohme, continúan produciéndola y vendiéndola de manera legal en su forma de hidroclorito.

 

Dosificación

Las dosis bajas de cocaína pura rondan entre los 50 y los 100 mg; las medias entre 150  y 200 mg; y las altas entre 250 y  500 mg. En consumidores no habituados, sobrepasar el gramo puede ser letal.

Efectos psicológicos y fisiológicos

Si la cocaína es inhalada se requieren algunos minutos para experimentar las primeras sensaciones que suelen durar aproximadamente 40 minutos; si se inyecta o se fuma el efecto es más rápido y más intenso pero dura menos tiempo. De acuerdo a los manuales de instrucción de la PGR:

 

Hay personas que prácticamente no sienten nada, aun cuando consuman dosis relativamente fuertes; otras que jamás experimentan síntomas de dependencia aun cuando ensayen con frecuencia y algunas más que, por el contrario, presentan reacciones severas ante un solo ensayo. El sujeto experimenta durante un lapso de media hora a una hora un poco de euforia, locuacidad (de donde vendría en español el nombre de "perica" para la cocaína) y sensación general de bienestar y lucidez. Esta droga produce euforia, excitación, ansiedad, disminución de la fatiga, aumento de la capacidad de trabajo y sensación de mayor fortaleza física. (18)

 

Sigmund Freud, el llamado padre del psicoanálisis, describió el efecto de la cocaína como:

...regocijo y euforia perdurables, que no intervienen en modo alguno en la alegría de una persona normal... Se siente un aumento del autocontrol, mayor vigor y más capacidad de trabajo. Por otro lado, si uno trabaja, se pierde la volatilidad de las fuerzas mentales a la que inducen el alcohol, el té, y el café. Simplemente se es normal y en poco tiempo se vuelve difícil comprender que uno está bajo la influencia de una droga. Se puede desempeñar trabajo físico o mental durante largo tiempo, sin fatiga; es como si se desvaneciera la necesidad de comer o dormir, que de otra manera se hace sentir en ciertas horas del día. (16)

Por su parte, Alexander Shulguin, diseñador de drogas y defensor del uso responsable de todo tipo de sustancias psicoactivas, dice de la cocaína:

Es una droga que despierta la agresividad, un estimulante que da una sensación de poder, de que estás en la cima del mundo. Pero es un poder ilusorio que desaparece cuando se desvanecen los efectos de la cocaína, sin que el individuo haya aprendido nada. Provoca un estado muy falso, sin aprendizaje, que lleva al individuo al escape temporal de sí mismo. (25)

Esto que sigue es parte de la entrevista que le hice a X, quien pasó algún tiempo en la frontera entre México y Estados Unidos donde estuvo consumiendo cocaína y base:

Cuando inhalas cocaína, práctica e inmediatamente te sube, como quien dice te despierta, te hace más sensible, pero cuando empieza a bajar el efecto, la sensación física inmediata es de querer volver a tener ese mismo vigor que tienes con la cocaína. Te hace volver a querer sentirte como estabas... es más físico el sense con la cocaína, cuando la inhalas, no es tanto análisis, ni mental, eso es lo de otras drogas, lo mental. Eso es nada más como para sentirte vivo y lleno de vigor... así es como yo lo retomaba. De hecho, en esos tiempos de inhalar cocaína yo era un speed, y por lo regular era cuando me desvelaba para aguantar en el trabajo. Empecé en el Carlos & Charlys el relajito, con los demás meseros y como es un lugar turística y todo el rollo, uno está inhalando y está en la copita y en el desmadre, pero no te pones borracho ni nada, puedes seguir trabajando y andas hasta de un speed, o sea hasta te da chance de cotorrear con una mujer, si te pones pila. Así es como yo lo retomaba, y cuando me daba el down físico, o sea, que yo sentía ya el cansancio, iba al baño y me volvía a meter un copo de nieve, y volvía a regresar a trabajar...

Y bueno, el efecto de la (base fumada en) antena directamente son mil toros sobre tu cabeza, te lo decía ayer y te lo vuelvo a repetir. Sí, porque realmente te va todo lo que es la coca pura a una cierta distancia de tu boca, de centímetros, directamente como un shot a la garganta, y a todo tu sistema nervioso, a tu torrente sanguíneo, todo, incluso hasta como si la inhalaras también, porque como es una plasta de humo, y después con la saliva se hace otra vez a su misma consistencia, se te impregna todo, hasta sientes la tráquea... O sea, te chinga el estómago, te afloja el estómago en el momento en el que haces esto (inhala con fuerza), te afloja el estómago, por eso casi no se come cuando estás caceroleando, por eso te mueres de un paro cardiaco, por eso pasan mil loqueras, ¿no? Y me preguntabas ayer: ¿pero qué sientes? Pues yo siento eso, en el shot no se puede describir las sensaciones, pero del nivel de que mil toros pasan sobre tu cabeza, mil cosas, así, pero una pesadez fuerte, pero en diferentes cosas, siempre es diferente, pero de esa magnitud, de ese estilo de sensación... 

También incluyo a continuación parte de otra entrevista que hice a José un dominicano que probó esta droga en Colombia:

Yo dejé de usar cocaína cuando fui a ver lo que era la cocaína de verdad en Colombia, la que usan los capos allá. Es una cosa que te metes una raya y no tienes que pensar en eso en tres días o más y hay un uso más bueno porque yo digo, yo no me voy a meter nada. La cocaína fuera de Colombia tiene laxantes infantiles, tiene químicos tiene soda deshidratada, tiene un montón de cosas como cloro, gasolina, desintoxicantes de cocina... Sí es una pasada, cuando tú pruebas la cocaína de verdad, la que usaban los incas, tú dices 'yo soy Dios'...

La cocaína que usan los capos en Cali es una vaina exquisita, es una experiencia realmente estupenda... Es una cosa que te asciende todo, es rosada, no blanca y viene en escamas como el pez. La conformación molecular son cristales adyacentes que se ordenan fácilmente y tú la puedes tumbar una línea muy fácil... La cocaína de verdad es rosada. La cocaína que venden ahora es blanca porque va mezclada y lo que meten es otra cosa, pero la cocaína de verdad es rosada, no blanca... Lo que usan los capos, es una cosa así rosada chiquita. Un cristalito así chiquito muy bello, que se metían con aspiradores de oro precolombinos que se usan como cadena, o sea es una joya y eso no tiene comparación. Cuando tú conoces eso, la cocaína de calle desaparece, te olvidas de la cocaína, porque ves la diferencia. Ellos no dicen cocaína, "ina" ya tiene como una vaina química. La coca es una cosa primaria que no duele, que no sufres, que no te da ansiedad, no te da taquicardia, que no sudas, que no te alteras, que no te aceleras, que no te pone la líbido así asquerosa. 

A nivel somático, el consumo de cocaína ocasiona: dilatación de pupilas, disminución de la sensibilidad al frío, relajamiento muscular, aumento en la presión sanguínea y aceleración de la frecuencia cardiaca. Como resultado de la acción supresora en los centros reguladores de apetito en el cerebro, también se experimenta falta de apetencia. Como la cocaína es un vasoconstrictor, su inhalación constante provoca la degeneración del tejido local dañando la membrana mucosa.

En caso de ser fumada habitualmente, ocasiona infecciones en las vías respiratorias e incluso puede llegar a provocar un edema pulmonar. Los síntomas de abuso comienzan pareciéndose a los de un resfriado crónico combinado con insomnio y pérdida de peso. En casos graves de abuso, se experimentan mareos, vómitos, irritabilidad, y alucinaciones con temas recurrentes como insectos que circulan bajo la piel; además de perforación del tabique nasal en caso de inhalarla, infecciones cutáneas en caso de inyectarla o hemorragias pulmonares en caso de fumarla. No se han detectado daños genéticos en bebés cuyas madres usan cocaína habitualmente.


Potencial de dependencia

La documentación médica asegura que la cocaína no genera dependencia física; no obstante, la dependencia psiquica que despierta es inusualmente alta; en un experimento reciente con ratas a las que se les condicionó a pulsar una palanca que les proporcionaba una recompensa, lo hicieron 250 veces seguidas por la cafeína, 4,000 por la heroína y 10,000 por la cocaína. (23) Cabría pensar que la tolerancia es muy alta, pero diversos estudios científicos han demostrado lo contrario, los usuarios pueden seguir tomando la dosis original durante largos periodos y experimentar aun la misma euforia. Sin embargo, algunos incrementan la dosis para intensificar y prolongar sus efectos. El uso frecuente ensancha tanto el margen de seguridad que se han registrado usuarios que utilizan dosis mayores a los 10 gramos (7), lo cual puede reducirse casi a la mitad si consideramos la tasa real de adulteraciones.

En vista de que la cocaína no provoca adicción a nivel físico, su retiro no produce ningún síndrome abstinencial orgánico y los síntomas asociados al consumo prolongado se revierten con relativa rapidez. Únicamente suelen presentarse ansiedad y depresión que pueden durar desde unos días hasta dos semanas. Según declara un experto consumidor, sólo hay tres vías duras para quedar verdaderamente enganchado en el hábito: "por inyección intravenosa, inhalando los vapores volatilizados de la cocaína caliente o mezclándola con heroína o morfina, y las tres conducen a corto plazo al cementerio". (23)

El ya citado X, durante la entrevista que le hice, relata el fin de su adicción a la cocaína en los siguientes términos:

Respecto al fin de mi adicción a ella... bueno, yo estaba a punto de inhalar cocaína, después de haber estado inhalando todo el día, casi cada 30 minutos... y en el momento en que me agaché con el popote de un lado (más bien con el billete enrollado de un lado, que le digo popote ya de costumbre) para inhalar, por el otro lado me sale una gota de sangre y cae así, inmediatamente a un lado de la cocaína, y el salpicadero así que se hace con algunas partes de coca y el color revuelto que vi, toda esa mezcla de tonos, dos tonos así tan fuerte, tan shock, que fue así, me vino a la mente algo que te digo, en cuanto a la relación espiritual y todo ese rollo siempre me está avisando y siempre se me está diciendo, ya está y así es como estuvo. Y pues sí, desde ahí no he vuelto a inhalar... Síndrome de abstinencia... Prácticamente no, no me afectó, no volví a probarla, ni cocaína, ni base y no siento nada. O sea, lo pude controlar así de fácil. Todo ese tipo de cosas, hasta el alcohol. Aclaro, el tabaco no. Pues así es como desarrollé yo mi etapa speed... pero ahorita tengo mi rollo de adicción a la vida, de disfrutarla sin prejuicios, sin clavarme tampoco, con una conciencia plena a futuro, estoy muy feliz de estar aquí contigo, y que me estés haciendo este tipo de ondas. Qué hueva me dan, tú lo sabes, pero estoy muy feliz... 

 

¿QUÉ HACER EN CASO DE EMERGENCIA?

Los síntomas de una intoxicación cocaínica son: excitabilidad, escalofríos, respiración irregular, alucinaciones, delirios de persecución y en caso fatal, convulsiones, trastornos circulatorios y paro cardiaco. Si la cocaína fue aplicada por la nariz hay que lavar las fosas nasales, si fue inyectada, hay que retardar su absorción mediante torniquetes y compresas de hielo en el sitio de aplicación mientras se solicita auxilio médico. De acuerdo con el manual de manejo de intoxicaciones del CEMEF, en caso de convulsiones, el médico administrará triopental sódico (o cualquier otro barbitúrico de acción corta) al 2.5% por vía intravenosa, lentamente, o un goteo abierto de éter con registro minuto a minuto. Si hubiera dificultades en la respiración se proporcionará en forma artificial o administrando oxígeno; asimismo se mantendrá caliente al enfermo aplicando calor externo, pero con compresas de hielo en la cabeza. (12) De acuerdo a otro manual de diagnóstico clínico y tratamiento, la paranoia debida a una intoxicación aguda por cocaína se trata con haloperidol (Haldol®) y las convulsiones se controlan con diacepam (Valium®) (20).

 

HECHOS INTERESANTES

Régimen legal actual

La coca y la cocaína están prohibidas, pertenecen a la Lista I. En la práctica esto significa que no hay autorización alguna para comercializar cocaína con fines recreativos. Para fines médicos y científicos Perú y Bolivia pueden cultivarla legalmente. Sólo unos cuantos laboratorios transnacionales como Merck Sharp & Dohme tienen permiso de procesarla y ganan bastante, ya que de ella se derivan, además del hidroclorito de cocaína, varios anestésicos locales como la lidocaína, la procaína y la hidrocaína, substancias todas con las que los narcotraficantes suelen cortar un gran porcentaje de toda la enorme cantidad de cocaína que circula en el mercado negro.

En el caso de la legislación mexicana en materia de drogas, de acuerdo a las Tablas de penas previstas en el artículo 195 BIS del Código Penal para el Distrito Federal en Materia Común y para toda la República en Materia Federal, De acuerdo a las Tablas de penas previstas en el artículo 195 BIS del Código Penal para el Distrito Federal en Materia Común y para toda la República en Materia Federal, portar menos de 2 g de CLORHIDRATO DE COCAÍNA o 2 g de SULFATO DE COCAÍNA se considera como consumo personal y no se aplica ninguna sanción según el Artículo 199 del mismo código. Una cantidad mayor se considera como tráfico y sí está sujeta a penalización, dependiendo de la cantidad. (Consultar las tablas) Una dosis media consignada como consumo personal es de 150 y 200 mg de clorhidrato de cocaína.

 

La coca en el imperio inca cristianizado

Cuando los españoles llegan al actual territorio del Perú las hojas de coca son un valor común de intercambio entre los incas. Debido al carácter divino de la planta, sólo los emperadores tienen el derecho de poseer plantaciones de este arbusto. Privilegio que los sacerdotes compartes y utilizan en su propio beneficio. Los españoles se adaptan convenientemente a esta costumbre local y cambian hojas por oro y plata.

Garcilaso de la Vega, quien por su madre descendía de los incas, años después se da el gusto de ver a los conquistadores adoptar la droga indígena: "Los españoles han estado largo tiempo sin querer mascar, porque les horrorizaban las acciones todas de los indios; mas, al fin, hanse acostumbrado y aficionado a ello." (6) Para terminar con esa moda, un concilio celebrado en Lima a mediados del siglo XVI prohibe la masticación de las hojas bajo pena de excomunión. El 18 de octubre de 1569, un real decreto especifica que esta acción constituye "una idolatría y obra del diablo" (7). Por supuesto, tal calificativo no impide a muchos españoles adquirir fortunas considerables con el comercio de hojas de coca, ni detiene al clero de Cuzco para sacar provecho imponiéndoles un diezmo.

Los indígenas convertidos al cristianismo también han buscaron la forma de burlar la excomunión inventando una fábula de carácter divino:

Cuando Jesucristo nació, los demonios se lo llevaron para que conociera el mundo de los hombres. La virgen, desolada, salió en busca de su Hijo. Recorrió mucho camino sobre su pollino. Tanto que se sintió desfallecer de hambre y cansancio. Jesucristo, que había huido de los demonios, la encontró en tan deplorable estado. Entonces bendijo un arbusto. La Virgen masticó sus hojas y sintió cómo se alejaba de su cuerpo toda fatiga y hambre. (9)

 

El Vino Mariani apoya el ascético retiro de Su Santidad y la Coca-Cola® endulza la vida

Durante el siglo XIX la fama de las hojas de coca llega a oídos del químico corso Angelo Mariani, quien se figura: "Si la coca logra todo cuanto se dice en Perú, también lo logrará en París. Y hasta es posible que puede sembrar esos arbustos en mi jardín." (9) La coca no quiere arraigar en un jardín parisino, pero Mariani no se amedrenta y decide importar toneladas de hoja de coca para fabricar un vino que llevará su apellido. Como quería Mariani, años después, su vino está logrando en París lo que la coca en Perú. Miles de consumidores satisfechos se muestran dispuesto a avalar la siguiente leyenda comercial: "Nueva vida, nuevo vigor. Vino tónico y estimulante que fortalece, refresca y restaura las fuerzas vitales. Por exceso de trabajo o por fatiga física o mental, nada igual al Vino Mariani por sus efectos benéficos, inmediatos y duraderos. Esta aseveración se basa en Apoyos escritos de más de 7,000 eminentes médicos y por su uso continuo por más de 30 años en hospitales, instituciones públicas y religiosas de todas partes." (15)

Según registra Antonio Escohotado en su Historia General de las Drogas, celebridades como Emilé Zolá, Julio Verne, Tomás Alva Edison, Henrick Ibsen, Sara Bernhard y el Príncipe de Gales toman el vino de coca Mariani; el Papa León XIII presta su efigie para la etiqueta y el Vaticano concede una medalla de oro a su inventor en reconocimiento a la capacidad de esa bebida para "apoyar el ascético retiro de Su Santidad". (13)

 

 

 

Persuadidos por del éxito de este vino en Europa, según Luis Astorga, varios boticarios comienzan a importarlo a México donde se anuncia como "un delicioso vino de Burdeos con coca de Perú"; al que pronto habrían de sumarse preparados nacionales como el San Julián, el Diamógeno, el Désiles, el Vino Tónico Nutritivo y el San Germán (coca, ictiol, kola, estricnina y aceites de hígado de bacalao) que se anuncia como:

Maravilloso remedio para combatir la anemia de las señoritas, los viejos y los niños; contra el raquitismo, la parálisis y la senilidad... su uso provoca rejuvenecimiento y prolonga la vida. Se recomienda para todas las edades, en todas las épocas del año y en todos los climas. (2)

Antes de su prohibición, paralelamente a sus aplicaciones médicas, la cocaína se utiliza también como componente de varios tónicos y bebidas refrescantes en Estados Unidos. El American Journal refiere que en 1905 había registradas 69 bebidas con proporciones mayores o menores de cocaína y bastantes más con extractos de coca. Entre las primeras, una de las más populares es la Coca-Cola®, bebida que poco después  de la prohibición se vería obligada a cambiar la cocaína por un sustituto desalcaloidado de las hojas y a añadir cafeína en su composición original para compensar el efecto estimulante de la cocaína.

 

Freud: el amor y la cocainoterapia

Cuando Albert Niemann logra aislar el principio activo de la materia prima del Vino Mariani, la cocaína se vuelve objeto de una campaña promocional montada por Parke & Davis y otros laboratorios interesados en su distribución mundial. La propaganda emplea lemas similares: "No pierda tiempo, sea feliz; si se siente pesimista, abatido, solicite cocaína." (12)

Según cuenta Jean-Luis Brau en su Historia de las drogas (6), el amor tiene la culpa de que el fundador del psicoanálisis no fuese el primero en descubrir las propiedades anestésicas de la cocaína. En 1882, el doctor Stricker se da a la tarea de encontrar una sustancia capaz de anestesiar los ojos durante intervenciones quirúrgicas delicadas conservando la lucidez del paciente. Justo en aquellas fechas, Sigmund Freud trabaja con su amigo Karl Koller en los laboratorios vieneses del doctor Stricker.

 

Después de estudiar el efecto de la cocaína en los centros nerviosos, Freud decide emprender dos investigaciones paralelas: por una parte explora sus efectos anestésicos y por otra parte comienza a utilizarla como posible cura  para la adicción de los morfinómanos. Su primera investigación iba por muy buen camino pero su novia, que residía en Hamburgo, le llamó a su lado, y Freud encargó a un colega, el doctor Köningstein que continuase sus trabajos, y éste a su vez, se remitió al doctor Koller para terminar los experimentos. Koller logró utilizar la cocaína como anestésico local y resumió su descubrimiento en una comunicación a la Sociedad Oftalmológica de Alemania el 15 de septiembre de 1884.

Al suprimir los movimientos incontrolados bajo el bisturí, la cocaína produce adelantos notables en la cirugía ocular y a partir de su utilización comienza a registrarse el breve desarrollo de lo que se conoce como cocainoterapia. Cirujanos, dentistas y otorrinolaringólogos hacen uso de este nuevo fármaco en toda clase de intervenciones locales. En 1884 Sigmund Freud empieza a recetar la cocaína en pequeñas dosis como antidepresivo, posteriormente publica sus Escritos sobre la cocaína sugiriendo seis campos para su aplicación terapéutica: 1) como estimulante, 2) para trastornos gástricos, 3) para la caquexia (pérdida de fuerzas y reservas alimenticias), 4) para curar a morfinómanos y alcohólicos, 5) en aplicaciones locales, y  6) como afrodisiaco.

Advirtiendo que él había usado cocaína durante varios meses (años según Escohotado), Freud termina recomendando: "Es necesario que los médicos comprendan que la posibilidad de que se produzcan efectos tóxicos no debe impedir la aplicación de la cocaína para producir un fin deseable." (16) El libro recibe muchas críticas por parte del estamento médico; el doctor vienés Emil Erlenmeyer, se atreve incluso a acusar a Freud de haber desatado sobre el mundo "el tercer azote de la raza", después del alcohol y la morfina. (24) Freud se defiende de los ataques durante algún tiempo, pero finalmente opta por dejarle el asunto de la cocaína a su colega Carl Koller y termina abandonando su investigación.

 

Sherlock Holmes se inyectaba cocaína

Durante una comida con Óscar Wilde y Arthur Conan Doyle, el editor J.P. Lippincot  pide a este último que escriba una novela para publicarla en su revista. Por aquel entonces Conan Doyle apenas está delineando a los personajes que le darían fama mundial. Como asiduo consumidor de cocaína que es, Sir Arthur decide reflejar sus hábitos en el detective Sherlock Holmes y plasmar en boca del doctor Watson las críticas que seguramente él recibe o se autoformula. En El signo de los cuatro, novela que aparece publicada en el número de febrero de 1890 en la Lippincot Magazine, Watson comienza el relato con una descripción minuciosa de los hábitos farmacológicos de su amigo:

Sherlock Holmes cogió su botella del ángulo de la repisa de la chimenea, y su jeringuilla hipodérmica de su fino estuche de tafilete. Insertó con sus dedos largos, blancos, nerviosos, la delicada aguja, y se remangó el puño izquierdo de su camisa. Sus ojos se posaron pensativos por breves momentos en el músculo del antebrazo y en la muñeca, cubiertos ambos de puntitos y cicatrices de las innumerables punciones. Por último, hundió en la carne la punta afilada, presionó hacia abajo el minúsculo émbolo y se dejó caer hacia atrás, hundiéndose en el sillón forrado de terciopelo y exhalando un largo suspiro de satisfacción.

Tres veces al día y durante muchos meses había yo presenciado esa operación; pero la costumbre no había llegado a conseguir que mi alma se aviniese a ello. Por el contrario, de día en día me iba irritando cada vez más el espectáculo, y todas las noches sentía indignarse mi conciencia al pensar que me había faltado valor para protestar. Una vez y otra había yo dejado constancia de mi promesa de que diría todo lo que pensaba acerca de ese asunto; pero las maneras frías y despreocupadas de mi compañero tenían un algo que lo hacían el último de los hombres con quienes uno siente deseos de tomarse nada que se parezca a una libertad... aquella tarde tuve la súbita sensación de que no podía aguantarme por más tiempo, y le pregunté:

-¿Qué ha sido hoy: morfina o cocaína?...

-Cocaína, en disolución al siete por ciento. ¿Le agradará a usted probarla?

-De ninguna manera -contesté con brusquedad-. Mi constitución física no se ha repuesto por completo aún de la campaña de Afganistán. No puedo permitirme el someterla a ninguna tensión anormal...

-Quizá tenga usted razón, Watson. Me imagino que la influencia de esto es físicamente dañosa. Sin embargo, encuentro que estimula y aclara el cerebro de una forma tan trascendental, que me resultan pasajeros sus efectos secundarios.

-¡Reflexione usted! -le dije con viveza-. ¡Calcule el coste a que le resulta! Quizá su cerebro se reanime y se excite, según usted asegura; pero es mediante un proceso patológico y morboso, que trae como consecuencia un aumento en el cambio de los tejidos y que pudiera acarrear al cabo una debilidad permanente... ¿Para qué correr el riesgo de perder esas grandes facultades de que usted se halla dotado? Tenga presente que no le hablo tan sólo de camarada a camarada, sino de médico a una persona de cuyo estado físico es, hasta cierto punto, responsable...

-Mi cerebro se rebela contra el estancamiento. Proporcióneme usted problemas, proporcióneme trabajo, deme el más abstruso de los criptogramas, o el más intrincado de los análisis, y entonces me encontraré en mi atmósfera propia. Podré prescindir de estimulantes artificiales. Pero aborrezco la monótona rutina de la vida. Siento hambre de exaltación mental. Ahí tiene por qué he elegido esta profesión a que me dedico... (8)

El argumento de esta novela gira en torno a un ciudadano inglés que se marcha a las colonias para enriquecerse y vuelve a Inglaterra cargado de riquezas pero con un crimen en la conciencia. Holmes descubre y resuelve el caso, Watson se casa y otro de los personajes se lleva la gloria; por lo que al final de la historia, el médico comenta con su camarada: "El reparto me parece muy poco justo... Usted lo ha hecho todo en este asunto. Yo me llevo la esposa. Jones se lleva la fama. ¿Quiere decirme que queda para usted?" Sherlock Holmes lleva su mano larga, blanca y nerviosa hacia el estante donde reposan sus objetos personales mientras contesta: "Para mí... queda todavía el frasco de cocaína." (8) Es interesante hacer notar que conforme aumentó su popularidad, Sherlock Holmes dejó de administrarse su recompensa, al menos públicamente, ya que en subsiguientes novelas no se menciona más el tema de la cocaína.

 

 

Los negros, los médicos y la prohibición

Diversos autores coinciden en señalar que la prohibición de la cocaína, como la de otras drogas, también obedece a sentimientos xenofóbicos e intereses del estamento médico.

Si bien la esclavitud es abolida por Abraham Lincoln en el siglo XVIII, las condiciones de segregación racial hacia los negros permanecen aún vigentes durante buena parte del XIX. La población anglosajona no comparte con los negros ni sus escuelas, ni sus hospitales, ni sus centros de reunión, y en los estados del sur, ni siquiera su derecho al voto. Todas las actividades de la población de color son marginales. Aunque ahora reciben un salario por su trabajo, continúan prácticamente en las mismas condiciones de explotación que sus antepasados.

Como consecuencia lógica surgen los primeros movimientos organizados contra la segregación racial, los primeros enfrentamientos con la autoridad y los primeros linchamientos públicos. Sintiéndose amenazados, los sectores conservadores de la Unión Americana buscan desesperadamente cualquier elemento para detener el peligro. Asocian a la población negra con el consumo de cocaína y atribuyen a ésta las tensiones provocadas por la segregación. Un médico convocado por el Congreso de Filadelfia declara que "la mayoría de los abusos deshonestos y las violaciones de negros a blancas son el resultado de un cerebro enloquecido por la coca". (7)

En todos los estados sureños de la unión americana aparecen reportes similares. En alguno de ellos incluso llega a asegurarse que la cocaína daba a los negros tal fuerza que las balas calibre 32 no lograban contenerlos; y en consecuencia, algunos departamentos sureños de policía adquirieron revólveres calibre 38. (26)

De acuerdo al investigador David Mustto, tan horribles parecieron al público los efectos de la cocaína, que sus supuestas consecuencias llegaron a ser el extremo con el cual podían compararse las otras drogas. (22)

Esta asociación entre la cocaína y la criminalidad atribuida a la población negra hizo que las leyes en su contra fueran bien recibidas. En 1912 se aprueba en los Estados Unidos la Ley Harrison que regula la inscripción administrativa de fabricantes y dispensadores de cocaína y otros psicofármacos, previendo sanciones para su incumplimiento.

 

Ese mismo año, durante la Conferencia de La Haya, se limita a "usos médicos y legítimos" tanto la cocaína como cualquier otro nuevo derivado "que pudiera dar lugar a abusos análogos". En ausencia de Perú, Bolivia y Colombia (países productores de coca), los gobiernos de Estados Unidos, Alemania, Portugal, Holanda, Japón, Rusia, China e Italia (países en los que se fabrican los llamados precursores: componentes químicos para extraer cocaína y otras drogas), adquieren el compromiso de examinar la posibilidad de dictar leyes o reglamentos que castiguen el cultivo ilegal de coca y la posesión ilegal de cocaína.

Para el investigador James A. Incardi, la historia indica también que la cocaína fue condenada por la clase médica, no en base a pruebas sobre su supuesta peligrosidad para la salud, sino porque amenazaba el privilegio tradicional del médico de dar y prohibir medicamentos. (19)

Lo que sin duda resulta evidente es que la imagen del negro cocainómano, colaboró para afianzar la imagen del médico como benefactor público que había empañado una droga milagrosa que hacía sentir bien a la gente y cuya prescripción ponía al médico y al boticario en competencia directa con el vinatero y el tendero que podían ofrecerla libremente y sin receta médica.

 

Muy de acuerdo con las prácticas de la medicina moderna, poco después de la prohibición de la cocaína, la comunidad médica estadounidense comenzó a patrocinar una nueva droga para sentirse bien, las anfetaminas, sintéticas, comerciables y bien controladas por la industria farmacéutica; y también una de las sustancias químicas más peligrosas desde que Alfred Nobel nos legó la dinamita.

 

La era del narcotráfico

Coincidiendo con la crisis económica de los países productores, a partir de los ochenta la cocaína se convierte en la droga más popular entre los estratos altos y medios de prácticamente todas las zonas urbanas e industrializadas de Occidente; principalmente en los Estados Unidos. Oficialmente se calcula que dentro de la Unión Americana 20 millones de personas la han probado, 5 millones son consumidores habituales (una vez al mes mínimo), y medio millón tienen una "profunda dependencia" a la cocaína. (23)

La popularidad de esta droga en Estados Unidos puede muy bien estar en función del hecho de que la cocaína, más que ninguna otra droga, puede ser utilizada para reforzar los valores imperantes en esa sociedad: el espíritu de iniciativa, el empuje, el optimismo, la necesidad de triunfar, mantener un estatus competitivo y la sed de poder. Todas estas características, también son en parte aplicables a los traficantes ilegales de cocaína que llevan a cabos su trabajo dentro y fuera del territorio norteamericano para mantener el abastecimiento requerido por esos más de 5 millones y medio de consumidores.

A continuación reproduzco un extracto del relato de Charles Nicholl en su libro La ruta de la coca,  acerca de la situación de Colombia con respecto a la producción y tráfico de cocaína:

Para bien o para mal, Colombia está situada entre los principales productores (Perú y Bolivia) y los principales consumidores (E.U). Durante los setentas había una gran cantidad de traficantes estadounidenses en Bogotá, el hotel Tequendame era una especie de convención permanente, y muchas compras de gran escala se realizaban materialmente en esa ciudad.

 

Ahora el comercio tiende a salir directamente del campo por avión, desde las plantas de procesamiento en el sur hacia los puntos de exportación en el norte, sin necesidad de que pase por Bogotá. El resto de la cocaína que no se produce y/o se refina en Colombia, se refina en Chile, en el norte de Argentina o en México y se embarca en los puertos del pacífico. La principal puerta de entrada a los EU es la Florida. Desde allí la distribuyen al resto del país los grupos de cubanos exiliados, la tradicional mafia de origen Italiano y las emergentes bandas de estadounidenses. El tráfico es tan fácil como arrojar la droga al mar cerca de las costas, antes de pasar por las revisiones aduanales y hacer que la busquen después los buceadores.

La verdad es que un kilo de cocaína vale más o menos lo que tres cargamentos de marihuana y puede esconderse en una pequeña bolsa de viaje. Las llamadas "mulas" o "camellos" que atraviesan las fronteras con pocas cantidades de droga son sólo la punta del iceberg. Ya casi no quedan bandas locales con conexiones en Centroamérica, ahora hay corporaciones transnacionales. Se trata de la "integración vertical" de los economistas: un aparato que controla todas las fases de la operación, desde el producto en bruto hasta el consumidor final, eliminando los intermediarios, o al menos poniéndolos a sueldo y reteniendo sus antiguos beneficios. Sigue habiendo miles de personas implicados en el tráfico de droga, pero el negocio, en conjunto, está controlado en último término por gigantescos cárteles tipo mafia. Éstos disponen de las grandes plantas de producción en el sur de Colombia, sobre todo en los departamentos deshabitados del sudeste cerca de la cuenca del Amazonas. Allí procesan la cocaína, ya sea a partir de pasta contrabandeada de Perú y Bolivia, o bien producida en sus propias plantaciones de coca. Tienen pequeños ejércitos privados que vigilan las plantas. Muchos de estos cárteles han sellado una alianza con facciones de la guerrilla colombiana, con el Movimiento 19 y con las FARC. Pagan dinero y armas a la guerrilla a cambio de protección. La coca procesada se transporta al norte en aviones privados en volúmenes de centenares de kilos por vez, a los desembarcaderos y a los campos de aterrizaje en la costa del Caribe. Allí se traslada el cargamento a otro avión o barco y prosigue su camino hacia Estados Unidos. Una vez en Florida, el mecanismo sigue en marcha. Ha habido una larga lucha entre cubanos, colombianos, mexicanos y estadounidenses por el control de la red de venta. Ahora quien sea que vaya ganando tiene en marcha todo un sistema alimentado por los narcodólares. Cuenta con lo último en tecnología, vigilancia electrónica, conexiones por computadora, helicópteros, armas, etc. Y dispone también de personas captadas a lo largo del circuito: policías y agentes aduanales, representantes en los principales puertos y aeropuertos, agencias de viaje y corredores inmobiliarios, así como un brutal ejército de pistoleros que apuntalan toda la operación.

Colombia vive básicamente de las exportaciones lícitas de café, de las lícitas e ilícitas de esmeraldas y de las ilícitas de cocaína y marihuana. Aunque buena parte del dinero procedente la droga no regresa a Colombia, pues se queda en la Florida y en distintas cuentas de Nassau, Curaçao, Panamá, las Caimanes, etc., cerca de una tercera parte sí regresa al país. Allí no sólo sirve para sostener la fantástica opulencia de los capos de la droga, sino la corrupción de policías, jueces y gobernantes, introduciéndose en casi todos los negocios legales, aumentando el crecimiento de las disposiciones fiduciarias nacionales, y aumentando por tanto el índice inflacionario.

Hay otros efectos colaterales en la economía, en primer lugar, al dinero que Estados Unidos destina bajo presión para contrarrestar la fuerza del narcotráfico; en segundo lugar el aumento en las importaciones de alimentos debido a que las plantaciones de coca y marihuana utilizan las tierras de labor; y por último, hay una pérdida de beneficios obtenidos por el turismo en virtud de la mala fama de Colombia como tierra de gángsters.

El influjo del dinero procedente del narcotráfico sobre la economía nacional actúa como la cocaína misma: a corto plazo les fortalece, pero a la larga los destruye. La participación de aviones y buques del ejército así como de líneas aéreas nacionales así como el uso de la valija diplomática, son por desgracia cosas bien documentadas. Una eventual retirada del capital de los capos de los bancos y los negocios del país, ocasionaría un caos económico, la lista completa de la nómina que sostienen entre administradores públicos y funcionarios del ejército y el sistema judicial, haría añicos al país, y además de todo, las redes de narcotraficantes tienen suficientes armas, transportes y recursos humanos para iniciar otra guerra civil en el país. (23)

Este mismo esquema es bastante similar, aunque la intensidad sea menor, en todos los territorios intermedios entre Bolivia y Estados Unidos. Con la prohibición de la coca a cuestas y los problemas derivados del enfrentamiento entre campesinos, guerrilleros, narcotraficantes y autoridades, siendo presidente del Perú, Alan García exigió en un estudio llamado El negocio más rentable de Estados Unidos, que se abandonara la condena cultural a la coca, y que se entienda la diferencia entre coca y cocaína "puesto que la planta es una fuente de remedios para diversas enfermedades, además de un estimulante positivo para la población andina, así como una alternativa para la humanidad necesitada precisamente de estimulantes como café, etcétera." (11)

Años más tarde, tanto las naciones productoras como las llamadas regiones de tráfico (México y Guatemala), continúan demandando al gobierno del mayor país consumidor (Estados Unidos) que los esfuerzos de interdicción se extiendan hacia los precursores químicos y que la estrategia de la guerra contra la cocaína se enfoque hacia la eliminación de la demanda para terminar con la producción y el tráfico, y no al revés como ha venido haciendo tan infructuosa como hipócritamente el imperio norteamericano.

 

El nexo entre la policía judicial mexicana y la distribución de cocaína base en la frontera entre México y Estados Unidos

Cuando entrevisté a X, cuyas opiniones respecto a los efectos subjetivos de la cocaína y la base he citado anteriormente, también me comentó cosas sorprendentes que me confirmaron de primera mano la relación directa que existe, o al menos existió durante la década de los noventa entre la policía judicial mexicana y la distribución de cocaína base en la frontera entre México y Estados Unidos.

Hablando sobre el efecto de la cocaína en base X dice que "una piedrita de un gramo, dura como unas 10 fumadas y ya, se acabó, y dices: 'I need one more cookie', porque también les llaman cookies a las piedras..."

Para X la cocaína en base llegó a ser tan adictiva que su adicción lo llevó a cometer actos delictivos a fin de conseguirla:

Uta, de lo peor que te puedas imaginar en loqueras así de... extremas, las llegué a hacer por tener hasta 100 dólares de base, cuando compraba pura base o de cocaína, depende con quién estuviera comprando. El caso está en que tal fue el grado de adicción que hasta llegamos a asaltar en un centro comercial.

A mí me tocó asaltar un stand de fotografía, a otro amigo le tocó la farmacia, pero fuimos en grupo. En carro, porque íbamos... no digo nombres ni nada porque aparte esto ya pasó hace un ratote, ¿no? Pero estuve con judiciales, pero de la banda, que eran los que nos hicieron el paro, por eso fue tanta la decisión y tanto tomar el arma de ellos. Ellos nos esperaron en el carro mientras atracamos el centro comercial. Pero es loquísimo porque cuando estás en esos instantes, bueno al menos yo, tenía la conciencia plena de estar cagándola y estar cargándome de karma, y que yo no soy así, entonces... pero la adrenalina de esos momentos, y la necesidad física de la adicción, y psicológica ya implantada al 100, me hacían hacer eso.

Y lo entendía, y lo razonaba, y lo súper... puta... pero seguía yo ahí. Y pensaba tan fácil que sería en uno de ésos momentos decir bájenme del carro, bajarme y agarrar un autobús a otra ciudad, rehacer mi vida... Y así me pasó con este rollo de dejar la base, fue decisivo igual que con la cocaína, fue cosa de pensar bueno ya, ya qué onda, y fue así de salirme y tomar el autobús, regresar a la Paz y otro pedo. De ahí a Guadalajara volé y ya empecé el recorrido para arriba y volví a ir al desierto, y te estoy hablando de ya había pasado por esa etapa, y la pasé así como todo... (ir a la entrevista completa)

Este relato de mi amigo X me gusta porque demuestra una creencia que yo tengo con respecto a cualquier tipo de adicciones: que es totalmente posible dejarlas de un día para otro, que todo lo que se requiere es un momento de decisión en el que tu voluntad unificada te dé el impulso necesario para salir de la situación. También me confirma que lo mejor y más recomendable es abandonar por completo el ambiente de consumo y comenzar de nuevo, en otro entorno y en otras circunstancias que no te den la oportunidad de recaer en los patrones negativos que te llevaron y te mantuvieron en el círculo de la adicción.

La coca es una planta de poder traumatizada, según la visión de un chamán andino

En la actualidad diversos chamanes de la zona andina utilizan las hojas de coca como un oráculo para aconsejar a quienes los consultan y como una ofrenda ritual hacia la Pachamama, la madre Tierra. Parece ser que en la antigüedad, los incas utilizaban las hojas de la planta de la coca de una manera cuyo conocimiento hoy se ha perdido. Durante una entrevista que le hice a Juan Ruiz Naupari, un chamán nacido en Perú bajo cuya guía trabajo con la ayahuasca, me dijo que la coca es una planta de poder que "se cerró". Estas son sus apreciaciones:

Las llamadas plantas de poder o plantas Maestras, que en el desarrollo de la evolución, son plantas más evolucionadas, son grandes adiestradoras o adiestradores de lo que es la mente y la conexión con el espíritu. Tienen una misión específica. La coca es una de ellas. De hecho yo he intentado investigar secretos de la coca y no lo he logrado, parece que la hoja de la coca se cerró.

Es decir, es como una niña traumatizada cuando intentaron violarla. Ya no accede a un nuevo amor, entonces de hecho, la hoja de la coca tiene muchos secretos que no se conocen. Es un gran oráculo, se trabaja en los rituales con sus hojas, se come para tener energía para las grandes caminatas en los andes, pero... Otros secretos que pueden ser tan evidentes como la ingesta de la ayahuasca donde tú puedes asistir a los pocos minutos a una ampliación extraordinaria de la conciencia, la hoja de la coca no. No se presta ahora para ese tipo de situaciones. De hecho nosotros le decimos señorita, en quechua es quintuchita, porque es una señorita y creo que la violaron. Pero la ayahuasca no, como es una abuela, quién quiere a la abuela, no es apetecible para los ignorantes ilustrados. (ir a la entrevista completa)

 

Los efectos de la cocaína en el campo energético humano

Barbara Ann Brennan se doctoró en física atmosférica y trabajó como investigadora en la NASA. Durante los últimos quince años se ha dedicado a estudiar el campo de la energía humana y a practicar la terapia bioenergética. Es autora de dos libros, Manos que curan y Hágase la luz, que se han convertido en pilares tanto de la nueva medicina como de la literatura New Age.

Barbara ha comenzado a demostrar científicamente la existencia de lo que los antiguos textos místicos y esotéricos llamaban el aura humana, mismo que ella denomina el Campo Energético Humano (CEH).

 

Esta investigadora comenzó utilizado diversos aparatos para detectarlo y medirlo y posteriormente desarrolló su propia percepción sensorial hasta lograr ver este campo y distinguir sus diversas capas (de hecho asegura que cualquiera que se lo proponga puede hacerlo mediante ejercicios como los que ella sugiere en su primer libro).

Gracias a sus observaciones, que por cierto coinciden con las de otras personas capaces de ver el aura, ha descubierto que las ideas y las emociones asociadas a dichas ideas presentan determinadas configuraciones específicas en el campo energético del ser humano.

Según explica, los problemas psicológicos y emocionales se manifiestan en el CEH como bloques oscuros o configuraciones aurales de diversos tonos turbios vinculados con el tipo de emociones que se hallen en conflicto, y cuyo origen está en las ideas negativas que mantenga una persona en un momento dado. Si estas configuraciones persisten en el CEH sin resolverse, tarde o temprano ocasionan una manifestación en el cuerpo físico de la persona causando una enfermedad.

De igual forma, Barbara ha podido observar con su elevada percepción sensorial (EPS) que la utilización de fármacos ocasiona cambios significativos en el CEH.

De acuerdo a sus observaciones, las personas que se benefician presentan determinadas configuraciones aurales sobre las que ciertos fármacos específicos pueden incidir de manera positiva movilizando la energía y ayudando a deshacer los bloqueos.

Sin embargo señala que la enorme mayoría de las veces los psicoactivos sólo "ensucian" el CEH y contribuyen a dificultar la resolución de los problemas personales de los usuarios añadiendo más confusión a sus ya de por sí enfermos campos energéticos. Barbara asegura que en especial:

Las drogas como el LSD, la marihuana, la cocaína y el alcohol son perjudiciales para los brillantes y saludables colores del aura y crean un "moco etéreo", como sucede con la enfermedad.

[Esta figura] muestra el efecto que provoca en el aura la aspiración de cocaína por la nariz. Cada vez que esta persona lo hacía, los sábados por la noche, presentaba en el lado derecho de la cara y la cabeza una gran cantidad de moco gris etéreo, pegajoso, mientras que el izquierdo se mantenía relativamente limpio. Le pregunté si aspiraba más por una ventanilla de la nariz que por la otra; pensaba que no. Mis repetidas comparaciones (podía detectar cada vez que lo hacía) y una descripción gráfica de su "moco etérico" le ayudaron a dejar el hábito. (5)

 

Barbara postula que el origen de toda enfermedad emana de la creencia de que cada uno de nosotros es un ente separado de los demás y separado de Dios. Dice que esta creencia se experimenta como miedo, del cual surgen todas las demás emociones negativas. Y una vez que hemos dado lugar a estas emociones negativas nos separamos de ellas encapsulándolas en bloques energéticos y configuraciones aurales negativas:

Este proceso de separación se perpetúa creando más dolor e ilusión, hasta que el ciclo de retroalimentación negativa se rompe o se invierte mediante un proceso de trabajo personal... La clave para romper este círculo vicioso reside en el amor y la conexión con todo cuanto existe... El amor es la experiencia de estar conectado a Dios y a todo lo demás... Cuando estamos conectados, nos sentimos y estamos totalmente seguros y libres. (6)

En sus dos libros (5 y 6) Barbara Brennan aporta soluciones efectivas para invertir el círculo vicioso de las creencias y emociones negativas para lograr la reconexión con lo divino. Recomiendo ampliamente su lectura no sólo a aquellos que estén enfermos o tengan algún problema de adicción, sino a quienes tengan interés por los temas de ciencia y espiritualidad.

Los efectos de la cocaína en el sistema de chakras

Donna Cunningham tenía varios años trabajando como terapeuta especializada adicciones cuando entró en contacto con Andrew Ramer, un sanador y canalizador con quien colaboró para escribir dos libros: The spiritual dimensions of healing addictions (27) y Further dimensions of healing addictions (28).

En el primer libro sostienen que por lo general, los seres humanos caemos en la adicción cuando perdemos de vista o no queremos realizar nuestra "visión", o sea: "nuestra habilidad de percibir y participar en la realidad más amplia, reteniendo un recuerdo, aunque sea débil, de nuestro Ser Superior y de las tareas y propósitos de nuestra vida" (27). S

En el segundo libro explican con claridad cómo se utilizaban antiguamente los distintos psicoactivos, a los que ellos llaman "herramientas de poder", para recuperar y apoyar nuestra visión; y como es que, al perder ese conocimiento, actualmente abusamos de estas mismas herramientas y nos destruimos con ellas en lugar de utilizarlas en nuestro beneficio.

 

En Further dimensions of healing addictions, entre otras muchas cosas interesantes, nos explican cuáles son los efectos que tienen las principales sustancias adictivas sobre el campo energético humano, concretamente sobre el sistema de chakras.

En el caso de la cocaína, Danna y Andrew aseguran que produce efectos esencialmente en el chakra raíz y en el tercer ojo, concetándolos, creando visiones realistas de transformación y crecimiento:

Aseguran que la coca ha sido cultivada durante cientos de años en las tierras altas de las montañas de los Andes, donde existe una utilidad fisiológica para su consumo. Es una herramienta de poder que permite aclimatarse y subsistir a las personas que viven en el ambiente enrarecido de tan altas tierras. Dicen que antiguamente también se utilizaba como una herramienta para expandir la visión ya que "parte de la función de la cocaína es enlazar los chakras inferiores con los superiores en nuevos patrones de estar en el mundo con armonía" Sin embargo:

El producto de extremas altitudes en remotas regiones del mundo ahora es usado por personas que tratan de aclimatarse a las rarificadas atmósferas en las que viven, Lejos de sus raíces, lejos de las expectativas culturales normales con las que han crecido, se encuentran a sí mismos en la cina de sus carreras o de altos edificios en Wall Street. O aun cuando no se encuentran en tales posiciones rarificadas, aspiran a ellas...

¿Te gusta la cocaína? Probablemente eres muy creativo y no sabes qué hacer con tanta creatividad. Probablemente estás atascado en una situación de vida que sabes que no es para ti, pero no sabes cómo salir de ella. O estás en una situación que ha sido expansiva y te ha traído crecimiento pero ahora sientes la presión para permanecer allí, creciendo, expandiéndote...

¿Te preocupas de cuánta cocaína estás usando? ¿Te preguntas a ti mismo si realmente es mucha? ¿Estás teniendo cambios frecuentes de humor y periodos de irritabilidad? ¿La necesitas para ir de fiesta? ¿Puedes limitar qué tanta utilizas? ¿La usas solo? ¿Estás mintiendo acerca de ella o gastando más dinero del que puedes ganar? Si has contestado que sí a alguna de estas preguntas, tienes un problema con la cocaína. ¿Ya lo sabes y aun así encuentras que no puedes parar, mientras ves cómo sufren tu trabajo y tus relaciones? Este es un problema común con la cocaína. Puedes ver claramente todo lo que está pasando -es una herramienta que expande la visión- y aun así no haces nada al respecto. Tu vida se convierte en una película. Y tú ya no estás en ella. Sólo estás observando. (28)

Esto ocurre porque como toda herramienta de poder, cuando se abusa de ella, genera los efectos contrarios, entonces bloquea y mantiene aislados los chakras que en un principio ayudó a abrir y conectar. En el caso de abuso de la cocaína, si la capacidad de visión del sexto chakra está funcionando, está desconectada de la capacidad de acción sobre la tierra del chakra raíz:

El efecto en el cuerpo energético es subliminalmente percibido por aquellos que la usan. La gente que tiene el impulso de reunir la cocaína en una línea, tiene el impulso correcto, pero la línea realmente no debe ser aspirada por la nariz. La LÏNEA que están percibiendo es una línea meridiana, como en los meridianos de la acupuntura. La cocaína y la heroína producen extraordinarios aunque aún desconocidos efectos sobre los meridianos cuando se aplican externamente ya que realinean la energía. (28)

Loa autores recomiendan a quienes han perdido las riendas de su propia vida reparar el daño y reconectar los chakras a través de la meditación para poder recobrar su capacidad de acción y detener la adicción. Entre otras cosas aconsejan:

Puedes enlazarlos juntos a través de la meditación, visualizando líneas de luz del color que espontánea e intuitivamente escojas dependiendo de las necesidades que experimentes en el momento... Usa la luz roja para estimular, la luz azul para deprimir y la luz blanca simplemente para estimular la conexión. (28)

Para abandonar una adicción Donna y Andrew dicen que no basta con suspender el uso de la sustancia, sino que hay que reparar el daño causado en los diferentes niveles para que la recuperación sea real y no haya recaídas. Por ello recomiendan que a la par de asistir a terapias psicológicas ya sean personales o grupales y de someterse a un tratamiento de desintoxicación física bajo supervisión médica, en caso de que esto sea necesario, también hay que practicar técnicas alternativas para revertir los daños causados por el abuso de la sustancias en el campo energético humano.

Para ello nos ofrecen en su segundo libro una excelente serie de ejercicios de visualización, así como remedios de aromaterapia y gemoterapia específicos para cada reparar los daños provocados por cada una de las diferentes sustancias. Adicionalmente, se incluyen ciertos diagramas canalizados por Andrew para reprogramar las biocomputadoras que son nuestros cerebros.

Según afirman: "Los hábitos, como las adicciones están impresos dentro de nuestros circuitos cerebrales de la misma manera en que los circuitos de una computadora son programados. Para interrumpir un hábito, necesitas borrar y reprogramar el circuito" (28), y para eso sirven los diferentes diagramas canalizados para cada tipo de droga.

Según los autores, en ningún caso es más crucial que con la heroína y la cocaína reprogramar los patrones de onda cerebrales que han suprimido las frecuencias normales durante tanto tiempo como para afectarlas masivamente.

Estos diagramas deben mirarse de arriba a abajo o dibujarse 25 veces consecutivas en tres sesiones por día. Además se recomienda mirarlos cuando se sientan deseos de caer en la tentación de usar nuevamente la droga en cuestión. (Ver más al respecto en adicciones)

 

UNA EXPERIENCIA PERSONAL

En algún momento de mi vida que me dediqué a explorar todas las drogas que llegaban a mis manos, llegó la cocaína. Llegó acompañando a un amigo específico de la adolescencia a quien hacía tiempo que no veía. Cuando nos reencontramos resulta que había adquirido el hábito y me invitó a compartir con él lo que tanto entusiasmo le causaba.

Las primeras veces que aspiré cocaína o sentí ningún tipo de efecto y pensé que seguramente se debía a la baja calidad y la adulteración del material que suele circular en las calles de la Ciudad de México si no tienes algún buen contacto. Sin embargo, en una ocasión tuve la oportunidad de comprobar que por alguna causa para mí desconocida, no se trataba de eso. Resulta que hice un nuevo intento con un grupo de amigos que consiguieron una cocaína que ellos, bastante conocedores, calificaron de "primerísima calidad". Todos excepto yo sintieron efectos poderosos con este material, tanto que no creían que yo no estuviese experimentando nada hasta que a alguno de ellos se le ocurrió inspeccionar mis pupilas y vio que efectivamente las mías no estaban dilatadas como las de todos ellos.

Más tarde me enteré, leyendo un Manual de Identificación de Estupefacientes que usaban en México los aspirantes a agentes de la Procuraduría General de la República que: "Hay personas que prácticamente no sienten nada, aun cuando consuman dosis relativamente fuertes; otras que jamás experimentan síntomas de dependencia aun cuando ensayen con frecuencia y algunas más que, por el contrario, presentan reacciones severas ante un solo ensayo."

Hablando con mi hermano Juan, me enteré de que a él le ocurrió lo mismo cuando en alguna etapa de su vida también se le ocurrió probar la cocaína. Él es la única persona que conozco que pertenezca también a esa primera categoría de personas que no sienten prácticamente nada. Así es que incluso hemos especulamos que quizá haya algún tipo de neuroreceptor de la cocaína que por alguna causa genética nosotros tengamos bloqueado o no tengamos, pero en fin, el caso es que mi experiencia personal con la cocaína fue la no experiencia.

 

FUENTES DE CONSULTA ACERCA DE LA COCAÍNA Y EL CRACK

1. Arif, A. Consecuencias adversas para la salud del uso indebido de la cocaína, OMS, Ginebra, 1988.
2. Astorga, Luis: El siglo de las drogas, Espasa-Calpe, México, 1996.
3. Brailowsky, Simón: Las sustancias de los sueños: Neuropsicofarmacología. FCE-CONACYT, México, 1995.
4. Brau, Jean Luis: Historia de las drogas, Bruguera, España, 1973.
5. Brenna, Barbara Ann, Manos que curan, Ed. Martínez Roca, Barcelona, España, 1990.
6. Brennan, Barbara Ann, Hágase la luz, Ed. Martínez Roca, Barcelona, España, 1994.
7. Cocaine Facts,  Alcoholism and Drug Adiction Research Foundation, Toronto Canadá (Internet).
8. Conan Doyle, Sir Arthur: El signo de los cuatro, Orbis, España, 1983.
9. Coppel, Robert: Los narcóticos, Bruguera, España, 1973.
10. Diccionario de Especialidades Farmacéuticas, Edición no. 40, PLM, México, 1994.
11. Dornbierer, Manú: La guerra de las drogas, Grijalbo, México, 1991.
12. EscohotadoAntonio: Guía de drogas, Ómnibus Mondadori, España, 1990.
13. Escohotado, Antonio: Historia General de las drogas, Tomo II. Alianza editorial, España, 1995
14. Fármacos de abuso: Información farmacológica y manejo de intoxicaciones, Centro Mexicano de Estudios en Farmacodependencia, México, s/f.
15. "Financiado por la CIA, el tráfico de cocaína hacia Estados Unidos proveyó armas y financiamiento a la 'Contra' nicaragüense", Proceso, No. 1038, 22-sep-96.
16. Freud, Sigmund: Escritos sobre la cocaína, Anagrama, España, 1980.
17. Goodman, Alfred et all : Goodman y Gilman. Las bases farmacológicas de la terapéutica, 8va. Edición, Panamericana, Argentina, 1991.
18. Identificación de Estupefacientes y psicotrópicos, Manuales del Instituto de Capacitación de la PGR, México, 1990.
19. Incardi, James A. La guerra contra las drogas, Grupo Editor Latinoamericano, Argentina, 1993.
20. Krupp, Marcus et all.: Diagnóstico clínico y tratamiento, 23a. edición, Manual Moderno, México, 1988.
21. Las Naciones Unidas y la Fiscalización del uso indebido de drogas, ONU, Nueva York, 1990.
22. Musto, David F. "Pautas en el abuso de drogas y la respuesta de los Estados Unidos", en El combate a las drogas en América, FCE, México, 1993
23. Nicholl, Charles: La ruta de la coca, Biblioteca grandes viajeros, España, 1998.
24. Sabbag, Robert: Ciego de nieve, Anagrama, España, 1990.
25. Shulguin, Alexander: "La legalización de ciertas drogas debería de ir acompañada de educación", Muy Interesante, Año XVI, No. 2, México, Febrero de 1999.
26. Schroeder, Richard: El mundo de las drogas, Edamex, 1990.
27. Cunningham, Danna y Andrew Ramer: The Spiritual dimensions of healing addictions, Cassandra Press, CA, USA, 1986.
28. Cunningham, Danna y Andrew Ramer: Further dimensions of healing addictions, Cassandra Press, CA, USA, 1988.

 

 

 


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