Misterio

NUEVA CONCIENCIA 

Un misterio esotérico revelado a las masas

"La masa general de lectores occidentales nada absolutamente sabe sobre los esotéricos sistemas de numeración del mundo antiguo; y ni siquiera sospecha cuán profundas huellas dejaron en el cristianismo. Sin embargo, estos sistemas numéricos resuelven el problema de la cosmogonía para quien los estudie..."H. P. Blavatsky: La Doctrina Secreta

Un artículo publicado en el New York Times, asegura que a raíz de la popularización de las interesantes explicaciones matemáticas de Dan Brown en su libro El Código Da Vinci, las editoriales han puesto a la venta un sinfín de libros acerca del número Phi y otras constantes del universo, tanto, que las sagas del Código "están a punto de convertirse en un género por sí mismo". (1) El Times atribuye este fenómeno a la misteriosa aura que Brown logró darle al número Phi, de tal forma que sus lectores se quedan con la irresistible ilusión de que han obteniendo una primicia y ahora son poseedores de una importante clave acerca de cómo funciona el universo.

Brown describe a Phi, la llamada Proporción Divina o Sección Áurea, como el misterio matemático al cual obedece la forma espiral de las conchas, de las piñas de los pinos y otras simetrías de la naturaleza. Asegura que el conocimiento de este misterio revelado, que se expresó en las proporciones del Partenón griego y las obras maestras de Da Vinci y Miguel Ángel, forma parte de un conocimiento esotérico protegido durante generaciones por los Francmasones, Rosacruces, Iluminati y otras sociedades que secretamente han dominado el mundo.

Y para terminar de redondear el misterio, el protagonista de la novela dice también que el número Phi está implícito en el pentágono y en la estrella de cinco puntas, como representación del aspecto femenino de la deidad, la diosa...

Con objeto de celebrar la aparición del primer número de nuestra revista f -genuinamente enmarcada dentro de lo que podrían llamar las sagas europeas del Código- en este texto me propongo rastrear, hasta donde me sea posible, las fuentes de ese conocimiento esotérico del número Phi y su relación con lo divino femenino.

Comenzando por la historia contemporánea, lo más antiguo que encontramos sobre la proporción áurea es una referencia a los babilonios, quienes ya la conocían tiempo antes de que pasara a formar parte de los conceptos matemáticos de la Grecia clásica.

A diferencia de la historia oficial que se enseña en nuestras escuelas, la historia de los cronistas esotéricos se remonta mucho más atrás, hasta otras razas o civilizaciones terrestres anteriores a la nuestra. Los gnósticos y los teósofos, por ejemplo, creen que los antiguos egipcios conocían las precesiones de los equinoccios, la circunferencia del globo y los secretos de Phi en virtud de que este conocimiento fue parte de la herencia que llevaron consigo a Egipto los supervivientes de la desaparecida Atlántida.

Dicen los gnósticos que tales supervivientes eran sabios que tenían una conciencia radicalmente diferente de la nuestra. Veían al mundo en términos simbólicos. Pensaban en la naturaleza como la "escritura" generada por fuerzas metafísicas autoras de la creación y no consideraban a Phi como un simple canon arquitectónico o estético, sino como el arquetipo matemático del universo manifiesto que estructura el cosmos de forma asimétrica y ordenada, desde una concha hasta una galaxia... Y en el centro de esta antigua visión estaba el Hombre Consiente, que era la meta y la coronación del Universo. Un individuo en el cual "la inteligencia del corazón" estuviera despierta, siendo capaz de interactuar con esas fuerzas metafísicas utilizando el poder creador del sonido en lugar de su aspecto destructivo, que fue precisamente lo que ocasionó el hundimiento de la Atlántida, según ellos.

De acuerdo a sus historias, cuando los egipcios levantaron las pirámides y otras de sus asombrosas construcciones había coros organizados de 12,000 voces que, a través del uso del sonido dirigido y controlado, pudieron llevar a cabo el trabajo más pesado de tan extraordinaria arquitectura.

Esta idea del sonido utilizado como fuerza creativa es muy antigua. Según el Rig Veda, el universo fue "cantado a la vida" a través del sonido. "Al principio era el Verbo", dijo San Juan en el prólogo de su Evangelio. Los sufíes consideran que "HU" es el último sonido creador. Y los tibetanos piensan que el "OM" es la firma del sonido del universo y que recitarlo continuamente en voz alta ayuda a recordar la unidad primigenia creando un patrón de frecuencia geométrico que aumenta el grado de orden, unificando la psique humana. Los esenios, un tercio de los judíos que vivían en tiempos de Jesucristo, utilizaban el sonido como técnica de sanación y muchas culturas antiguas también lo hacían.

Para los estudiosos del esoterismo, cualquier progreso en el campo del auto conocimiento está conectado con la comprensión la naturaleza y la naturaleza asume la armónica Phi... Lo cual hipotéticamente podría significar que la utilización de la armónica Phi ayudaría a restaurar el orden perdido en los casos de enfermedad y a conservar la salud, alargando así la vida. En la actualidad hay investigadores trabajando en este sentido, pero antes de referirnos a sus incipientes e inesperados resultados, es necesario explicar con mayor profundidad el poder que el conocimiento esotérico concede a los sonidos expresados a través de las letras y los números.

Como anécdota curiosa, nuestra ciencia despojada de misticismo menciona que el pentagrama era la contraseña secreta de los pitagóricos, a quienes sus detractores tacharon de locos sectarios por decir cosas tales como que había números nefastos y fastos, es decir, maléficos y benéficos. El uno por ejemplo, era bueno porque simbolizaba armonía y orden, el principio del bien y el símbolo de la Divinidad. En cambio, el número dos era malo porque expresaba la dualidad del bien y el mal. De hecho todo lo que era doble, falso y opuesto a la realidad única, era descrito por los pitagóricos como binario. Y entre sus números fastos, obviamente destacaba Phi, el número de oro que expresaba la belleza inteligible de "la mónada", o el Gran Arquitecto introduciendo en la materia caótica la idea de simetría, orden, equilibrio y belleza.

En algún punto, todas las antiguas escuelas mistéricas enseñan a sus estudiantes el uso del sonido como una fuerza creativa y sanadora. De hecho, el mismo Pitágoras tuvo una gran influencia en el estudio de la musicoterapia, la afinación de los intervalos musicales y las proporciones mágicas existentes entre astros y sonidos. Su sistema numerológico utilizaba símbolos jeroglíficos por medio de los cuales intentaba explicar todas las ideas relativas a la naturaleza.

Desafortunadamente, entre otras cosas que hemos ido perdiendo con la atomización y especialización de nuestros días, se halla ese holismo pitagórico que permitía entretejer matemática, música y sanación a través de símbolos visuales que albergaban diferentes interpretaciones para una misma palabra o cifra.

Madam Blavatsky nos recuerda en el quinto volumen de La Doctrina Secreta que hubo un tiempo en el cual los números y las letras no estaban separados de su sonido y tenían varios niveles de significado. El alfabeto de los hebreos, que hoy sólo investigan los estudiantes de Kabalah y numerología, era uno de estos complejos sistemas de comunicación. Cada una de sus 22 letras, además de tener un sonido, tiene un valor numérico y en conjunto se les considera como una emanación o expresión visible de las divinas fuerzas inherentes al inefable. Se dice que los eruditos pueden saber cosas tales como el destino o la finalidad de la existencia de una persona con sólo leer su nombre escrito en dichos caracteres.

No obstante, los caracteres devanâgarî en los que se escribió el sánscrito, se consideran un alfabeto aún más completo y poderoso debido a que sus 16 vocales y 35 consonantes suponen una infinidad de combinaciones mucho más amplia que la del alfabeto de los hebreos. En palabras de la médium Helena Blavastsky, fundadora de la Escuela Teosófica, estos caracteres "contienen todos los elementos de los alfabetos hermético, caldeo y hebreo, y además el oculto simbolismo del 'sonido eterno' y el significado dado a cada letra en su relación con las cosas espirituales y terrenas". (2)

Los indos aseguraron haber recibido los caracteres devanâgarî de la misma Sarasvatî, inventora del sánscrito, el “lenguaje de los devas”, o dioses. Del mismo modo, la Kabalah llama al alfabeto hebrero las “letras de los ángeles”, comunicadas a los patriarcas de forma parecida a como los rishis recibieron de los devas los caracteres devanâgarî.

Su carácter era entonces más noble. De tal forma que cuando los sabios querían escribir algo que sólo comprendieran los doctos, inventaban una ficción con nombres de personajes y lugares geográficos cuyos caracteres literales descubrían lo que el autor quería codificar dentro de su narración. En ese entonces, cada denominación y vocablo tenía su fundamento. El nombre de una planta o de un mineral denotaba su naturaleza a los iniciados, que fácilmente podían ver la esencia de cada cosa cuando estaba representada por tales caracteres.

Con este breve recuento, ahora se tienen más elementos para enfrentar una frase como esta: "Phi es el enfoque de la energía universal (prana) en un punto particular... Esta energía de resurrección y proporción es la marca del Cristo, la victoria sobre la muerte y el principio rejuvenecedor de la naturaleza." (3) Bueno, tal vez no, tal vez aún haga falta abundar en el poder creativo y organizador de los sonidos/letras/números vinculado enteramente a la energía femenina de la Shakti según los indos...

De acuerdo a su mitología, Shiva creo al universo mediante la emanación del sonido OM. Al principio, el universo era un vasto océano. Su aspecto femenino, Shakti, causó olas que fueron los primeros rasgos de individualización. A través de la diferenciación de estas olas, se originó la materia del universo en su diversidad de formas. En el curso de la evolución del universo Shakti desciende a la forma más baja de vibración, que es la materia física y el juego consiste en volver a elevarse reencontrando su unicidad en Shiva.

Esta cosmología se representa en la figura de la danza cósmica de Shiva: creador, jugador que deviene humano y aprende a ser divino, todo en el decurso de su danza. El movimiento es energía y este símbolo demuestra esa idea. El movimiento es vibración y por lo tanto creación. Su danza es la danza entera del cosmos, el movimiento de las estrellas, planetas, satélites, sistemas, galaxias, explosiones, agujeros negros, y a la vez, el espacio mismo.

La danza del Cosmos es un movimiento espiral como se aprecia en el macro movimiento las galaxias a través del espacio. Este movimiento espiral es la esencia de la vida, el motor de la creación de las vibraciones, la música, la materia y el flujo de la vida. La danza del divino Shiva la podemos observar no sólo en términos de nuestro sistema solar, sino en cualquier otro sistema del cosmos o directamente en nuestras propias células conformando nuestro ADN. No sólo estamos danzando nosotros mismos esta danza espiral, sino que somos la danza misma.

Y este movimiento espiral también puede ser representado matemáticamente a través de la sección áurea... El ADN tiene exactamente el mismo ritmo de danza que el cosmos y este movimiento espiral está impreso en los cuernos de los animales, las conchas marinas y demás objetos en los que se plasma y nos permite reconocerla a través de la divina proporción.

Las obras de arte de los iniciados en las doctrinas esotéricas, no sólo hacían uso de la sección áurea para mostrar una perfecta simetría estética, sino que nos estaban mostrando cómo encajamos en el cuadro más amplio de la creación, a través de las relaciones y proporciones matemáticas. Estaban ilustrando gráficamente la danza de Shiva, la creación misma del creador vibrando al cosmos a la existencia a través del movimiento, la danza que somos y danzamos.

Estas ideas tan profundas que aprendían los iniciados leyendo las doctrinas secretas, no eran compartidas por las mayorías debido a que en aquellos tiempos, la ignorancia era la norma y la mayor parte de la población del planeta era analfabeta. Los poderosos se sentían extremadamente intimidados ante cualquier verdad profunda, temiendo perder su control. Creían cosas tales como que la tierra era plana y cualquier afirmación contraria, les parecía una blasfemia digna de la hoguera. Por eso los antiguos sabios se veían obligados a ocultar su conocimiento intelectual y a trabajar en el más grande secreto.

Durante toda la Edad Media el conocimiento esotérico se desarrolló así, hasta que llegó el Renacimiento y la humanidad comenzó a salir poco a poco de la oscuridad de su ignorancia. Leonardo Da Vinci, que es la quintaesencia del recentismo, obtuvo mucha información de fuentes esotéricas. Su archifamoso Estudio de la Proporción Humana provenía directamente de la sabiduría de la Fraternidad de los Arquitectos Dionisiacos, que era una de las misteriosas sociedades secretas de la época. Sus iniciados tenían muchos conocimientos de la llamada Geometría Sagrada, incluyendo por supuesto la proporción áurea. Esta sabiduría la heredaron los miembros de las logias masónicas, para quienes "Dios es una esfera cuyo centro está en todas partes y la circunferencia en ninguna."

Jovan Zec, miembro de la Gran Logia Francesa, explica en estos términos la relación de la arquitectura y la geometría: "A la luz de los Franc-Masones, las formas de las propiedades geométricas tienen otro significado tanto en el plano simbólico como en el plano energético, ambos indisolubles... esas formas manifiestan, en el contexto de la utilización arquitectónica, una dimensión profunda, que sobrepasa las dimensiones semánticas del significado habitual, refiriéndose a lo que es sagrado, en lo cual encuentran su plenitud... la geometría está enraizada, en nombre de su origen, lo mismo que la divina proporción, en el Ser sagrado y en su plenitud." (4)

Los templarios tenían la misma concepción arquitectónica. Tomemos como ejemplo el rosetón de la Ermita Templaria de San Bartolomé, en el Cañón del Río Lobos, Soria. Toda la figura mandálica del rosetón nos conduce a su centro. Este pentágono es, a su vez, el centro de los cinco corazones y, más directamente, de la estrella de cinco puntas o pentalfa, la cual, como ya se ha mencionado, era el signo de reconocimiento entre los pitagóricos. El hecho de que la pentalfa del rosetón tenga el vértice principal hacia abajo motivó especulaciones acerca del carácter diabólico de este rosetón. Sin embargo, la explicación esotérica nada tiene que ver con el diablo, sino con la inversión de valores necesaria para concluir la danza sagrada de Shiva.

Dentro de cualquier pentalfa se puede inscribir la figura del ser humano con las extremidades abiertas. En el caso de la pentalfa invertida la imagen humana se encuentra cabeza abajo mirando el cielo y no la materialidad terrestre, lo cual es altamente espiritual. Esta imagen se relaciona, por ejemplo, con la figura del ahorcado, duodécimo arcano mayor del Tarot que simboliza la inversión de valores humanos necesaria para cualquier individuo que encamina decididamente su vida hacia la espiritualidad, abandonando su antigua vida profana y mundana. El pentalfa era un símbolo de la salud y curiosamente la virgen venerada en San Bartolomé es la Virgen de la Salud.

La Orden del Temple en su círculo más hermético tenía un conocimiento sincrético del pensamiento esenio, sufí, alquimia, gnosticismo, kábala judía y runología nórdica. Esto explica el simbolismo adicional de los corazones con los que está construido el pentalfa de río Lobos. En el Islam el cinco es el número predilecto que rige la sacralidad de los actos rituales y el corazón es el órgano mediante el cual se produce el verdadero conocimiento, la intuición comprehensiva, la gnosis de Dios y de los misterios divinos, en resumen, el órgano de percepción con el que puede abarcarse todo lo que recibe la denominación de ciencia esotérica. Su suprema visión es la visión de la unicidad, el final del juego cósmico de Shiva, final que es de nuevo el principio. Final que vislumbró el sagrado corazón de Jesús el Cristo, así como el de Gautama el Buda y el de todos los llamados Maestros Ascendidos.

En Egipto, el corazón despierto era representado por un vaso o una copa, lo cual nos conduce directamente a uno de los símbolos más sacros de la Edad Media: el Santo Grial. La búsqueda del Santo Grial en términos esotéricos es la búsqueda de la iluminación o ascensión del ser humano.

En los textos contemporáneos de la llamada corriente "Nueva Era", se hace mucho hincapié en que estamos llegando a un momento crucial en el cual habrá una especie de salto cuántico dentro de la evolución humana. Debido a este salto, el solitario sendero de estos maestros ascendidos se convertirá en una transitada avenida por la cual ascenderá la humanidad entera en cuestión de unos cuantos siglos.

Según coinciden en señalar varias de sus distintas fuentes, esto tiene una explicación cosmológica. Debido a que nuestro sistema solar tiene un ciclo de rotación espiral de 26 mil años alrededor de Alcione, la estrella central de Las Pléyades, a partir de 1960 estamos comenzando a atravesar lo que se conoce como "la banda de fotones", un espacio del universo en el que las energías cósmicas elevan sustancialmente el nivel vibratorio de todo lo que atraviese por su campo, incluida la conciencia humana.

El movimiento pacifista de los hippies fue una reacción a ante las primeras percepciones humanas de la energía de la banda de fotones, ya que en nuestro mundo material la percepción de estas altas frecuencias se traduce como un "despertar masivo de las conciencias dormidas". Esto significa que cada vez habrá más gente cuestionando los viejos sistemas de dominación, buscando explicaciones trascendentes a las cuestiones filosóficas de la existencia, cambiando su forma de vida y despertando a la visión de su corazón mediante la ayuda que le brindarán los viejos misterios renovados. Se supone que estos misterios están siendo revelados masivamente a través de diferentes medios. Uno de los cuales es por supuesto El Código Da Vinci que ha popularizado el conocimiento de la divina proporción y ha hecho que muchas personas se cuestionen cosas que antes se creían dogmas inamovibles, como el celibato de Jesucristo...

Toni Sttubs, el médium o canalizador de uno de los libros más importantes de la Nueva Era, permite que la sabiduría de Seraphis (conocido como Thot o Hermes Trismegisto) se exprese a través de él para advertir a sus lectores:

"Puedes no verte como un iniciado de una escuela moderna de misterios, pero lo eres. La mayor parte de las cosas que a los iniciados de la antigüedad se les enseñaba está disponible de manera generalizada hoy en día en libros, incluyendo éste. También las mismas clases de instrucciones para las habilidades síquicas están disponibles de manera generalizada hoy. Si esto te sorprende, recuerda que la mayoría de la población en los primeros días no sabía leer y estaba gobernada por aquello que tú llamarías superstición primitiva. Puede que tengas otra ventaja sobre los iniciados de las antiguas escuelas de misterios. En esos días, la ascensión era una experiencia personal e individual. Pero hoy en día, el planeta completo se está dirigiendo hacia una ascensión planetaria. Para que todos ustedes puedan hacer los cambios necesarios en un corto lapso, muchos seres, como yo, les estamos preparando el camino para que ustedes puedan mantener el paso del progreso del planeta." (5)

Entre los seguidores de esta corriente Nueva Era interesados en alcanzar la ascensión, encontramos a muchos delos terapeutas e investigadores científicos más vanguardistas, algunos de los cuales están explorando viejos sistemas de sanación para incorporarlos a los avances de nuestra ciencia contemporánea. Por ejemplo, los que investigan en estos momentos la aplicación de la armónica Phi a la sanación.

En el teclado de un sintonizador normal no hay notas que correspondan a Phi, sin embargo, se llevó a cabo un experimento con un generador binaural Korg M1 en la clave F. Asumiendo que esta es la clave del amor, según los pitagóricos, se produjeron cinco tonos en Phi y se compartieron con cerca de una docena de personas, cada una de las cuales aseguró haber tenido notables experiencias y animó a los investigadores a continuar el proyecto. Éstos llevaron a cabo otro experimento con el Korg M1 decididos a escoger un tono específico y generar tonos binaurales sobre su base. El tono escogido fue de 136.10 Hz. Esta elección fue tomada con base en los estudios de las pitagóricas que calcularon las órbitas de los planetas y después les asignaron vibraciones fractales específicas a cada planeta. 136.10 Hz. fue lo que los griegos determinaron como la vibración específica de la Tierra, la cual parece ser la vibración del OM. Mediante cálculos específicos, Dan Winter consiguió cinco tonos en armónicos de Phi. Los tonos fueron llamados Tonos Terrestres. La expectativa era que experimentando los armónicos de Phi se pudiera alcanzar alguna apertura del corazón.

Los primeros resultados fueron descritos en los siguientes términos en una página web: "El hilo conductor de las experiencias individuales entre los investigadores fue que todos tuvieron Experiencias Fuera del Cuerpo (EFC). Algunas fueron ligeras y otras fueron profundas. La Conciencia Unitaria acompañó a las EFC. No sólo ocurrió la EFC de forma independiente sino que los experimentadores se encontraron a sí mismos en Unidad Fuera del Cuerpo. La experiencia de estar con otras personas en un túnel también fue profunda. La aparente habilidad de trabajar con otros en procesos de sanación en ese túnel de luz contiene un potencial monumental." (6)

Si esto es así, el potencial monumental no se reduce al campo de la sanación, sino a todos los campos, comenzando por la teología. Ya que, mientras los teólogos difieren notoriamente en sus hipótesis acerca de la divinidad y, más todavía, en las conclusiones que infieren de dichas hipótesis, las matemáticas parecen formar una unidad totalmente coherente, en la que existe completo acuerdo acerca de todas las cuestiones importantes y de manera singular, en lo concerniente a la demostración, o sea, el procedimiento por el cual pueden quedar definitivamente establecidas y ser admitidas por todos, proposiciones que tratan de una realidad jamás vista. "Si una cuestión matemática tiene una respuesta definida, diferentes matemáticos, valiéndose de métodos diversos, trabajando en siglos diferentes, descubrirán las mismas respuestas." (7)

¿Podemos imaginar que las matemáticas nos darán la clave para unir la ciencia con la espiritualidad, sustituyendo a la religión o, de hecho, convirtiéndose en el fundamento de la religión verdadera?

Citas y fuentes consultadas:

1. George Johnson: "Deep in Universe's software lurk beautiful, mysterious numbers", New York Times, May 20, 2003. 
2. H. P. Blavatsky: "La Doctrina Secreta", 1888, La Editorial Teosófica, Adyr, India, (reproducción facsimilar, 1964, La Compañía Teosófica)
3. Craig Nocholson: "Sacred Geometry": http://geometry.wholesomebalance.com/Sacred_Geometry_2.html
4. Jovan Zec: "Divina Proporción – La Geometría Sagrada", Nº 39 de la revista masónicaVillard de Honnecourt (París 1998), editada por la Logia de Estudios del mismo nombre perteneciente a la Gran Logia Nacional Francesa.
5. Toni Sttubs: Serapis: Un Manual para la Ascensión, www.mind-surf.net/puerta12.htm
6. Dee Finney: "PHI – Sound and healing", http://www.greatdreams.com/sound.htm
7. Philip J. Davis y Reuben Hersch: "Matemáticas y Religión", www.argenmaticas.com.ar/articulos/religion.htm
8. Kerry A. Shirts: "The Dance of Jesus-Shiva", Mormonism researched, www2.ida.net/graphics/shirtail/danceof.htm
9. Peter Aleff: "Woman Wisdom", Quest Magazine, The Theosophical Society.
10. Temple balear, La conexión sufí, www.templebalear.com/index.php

 


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