ESPIRITUALIDAD

 

Espiritualidad y terapias con psicoactivos

La posibilidad de tener experiencias místicas mediante la ingesta de 
substancias en lugar de pasar años de tribulaciones, excusas, oraciones y 
meditación era repugnante, no sólo para muchos investigadores, sino para 
algunos eruditos religiosos y sacerdotes conservadores.
Richard Yensen: Hacia una medicina psiquedélica 

Preámbulo

Antes sabía que buscaba algo porque experimentaba un vacío que trataba de llenar de distintas maneras y con distintas cosas. Intelectualmente sabía también que lo que buscaba era el amor, lo divino o la presencia de Dios, porque es algo que siempre se dice y se repite no sólo en todos los textos clásicos de espiritualidad, sino en todos los de las llamadas corrientes de “superación personal” y “new age”.

Pero no lo comprendí hasta el glorioso día en que experimenté el AMOR en la verdadera magnitud de su incondicionalidad e ilimitación durante mi segunda sesión de ayahuasca. En esa ocasión escribí:

Comencé a llorar de felicidad como no recuerdo haberlo hecho nunca. De pronto tuve la certeza de que eso era tener abierto el chakra 4. Supe que la luz me había hecho el tremendo regalo de abrírmelo gratis, sin que yo tuviese que vivir para servir a costa de mi propia felicidad, como me decía Omar, ni trabajar como voluntaria en Kosovo o en orfanatorios hindúes al estilo de la Madre Teresa, como me sugería Brenda para que al fin, después de años de mucho sufrimiento y trabajo voluntario entre la más abyecta pobreza, tristeza y desesperanza, lograra sentir compasión y comenzara a experimentar finalmente lo que es el amor por toda la humanidad. Sentí que esas eran vías muy loables y valiosas, pero no eran las únicas. Vi que el amor era tan, pero tan ABSOLUTAMENTE INCONDICIONAL que era capaz de otorgar esa clase de regalos tan enormes como una apertura automática y gratuita del corazón a cualquiera y en un segundo, sin pensarlo, sin pedir, ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡SIN ESPERAR ABSOLUTAMENTE NADA A CAMBIO!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! [...] Además, supe que esta otra vía también era válida, pero además era más rápida y más divertida. Me sentía tan ilimitadamente llena de amor, que estaba segura de poder curar y servir voluntariamente a todo el mundo ¡pero sin sufrir, sin esforzarme en lo más mínimo! por el contrario, ¡disfrutando el servicio! DISFRUTAR y SERVIR habían sido para mí términos poco menos que auto excluyentes, ¡y de repente parecían poco menos que hermanos gemelos! 

Entonces me di cuenta de hasta qué punto no entendía nada, ni sabía en realidad qué era lo que andaba buscando tan desordenada y desesperadamente. Y esta primera experiencia me ha dado un marco de referencia invaluable y un parámetro inequívoco a través de los cuales he podido orientar la búsqueda de su presencia constante en mi vida cotidiana. Eso es para mí el camino espiritual ahora: aprender a vivir en AMOR las 24 horas del día, en cualquier lugar y bajo cualquier circunstancia.

Pero como aún no lo logro y hay muchas veces que me asaltan los temores y las dudas, incluso en algún momento llegué a cuestionarme si lo que viví en esa y otras sesiones gloriosas era válido y útil o no. Sobre todo me inquietaba mucho saber cuál era la diferencia entre una experiencia mística con drogas y una experiencia sin ellas porque pensaba que a lo mejor las espontáneas eran más largas o podían convertirse en permanentes y lograr los cambios inmediatos y radicales demandados por mi inexperiencia y mis altas expectativas. Así es que investigué en distintos libros, consulté con algunas personas que saben del tema y me empeñé en averiguarlo por mi propia cuenta.

He tomado tres cursos intensivos de meditación con la técnica Vipassana, pero por supuesto necesitas años por esta vía, así es que en lo que llevo como meditadora aún no he tenido acceso a ninguna experiencia mística. Lo que sí he comprobado es que una cosa no excluye la otra, sino por el contrario. Encuentro que la meditación complementa y apoya exponencialmente cualquier experiencia psicoactiva y cualquier otra cosa en tu vida porque una mente serena es una bendición invaluable.

El que busca encuentra, dice un refrán y gracias a Dios he tenido la enorme oportunidad y el grandioso regalo de tener una experiencia mística espontánea.

Un bendito día estando de visita en la ciudad de Barcelona fui a conocer el parque Güel y caminando entre los árboles, sin haber tomado ningún tipo de sustancia, de pronto me encontré desbordada por la misma intensidad de amor que había experimentado antes con la ayahuasca. ¡Sin ningún aviso previo, sin ninguna convocatoria por mi parte y sin esperarlo siquiera! Simplemente llegó y me arrebató la misma ola de amor totalmente incluyente e incondicional en el que todo cobra sentido, en donde no hay nada qué entender porque todo se experimenta como perfecto, divino, trascendente. Y era exactamente igual que lo que ya había vivido antes... Sin embargo fue más breve. Como máximo duró quince o veinte gloriosos minutos, pero fueron suficientes para contestar a mis preguntas. ¡Gracias Dios!

Pude comprobar que la experiencia mística es un cambio en la química de nuestro organismo que puede ser propiciado mediante la ingestión voluntaria de ciertas sustancias psicoactivas o por causas que aún nos resultan desconocidas y llamamos espontáneas. Supongo que este cambio en nuestra química orgánica se debe a alguna orden glandular que da la señal de producir, liberar o metabolizar algún o algunos neurotransmisores u hormonas que nos permiten acceder a estados de nuestra conciencia que normalmente no son los habituales, pero ¿cómo se desencadena esa orden, cómo lograr estos cambios a voluntad y duraderamente?

Tiempo después de esta vivencia espontánea leí un libro del psicólogo Richard Yensen (19) en el que mencionaba que a veces, ante la repetición de determinados estímulos que estuvieron presentes en una sesión con psiquedélicos, como puede ser determinada música, algunos de sus pacientes lograban "ponerse en la misma frecuencia", por así decirlo y experimentar de nuevo los efectos, sin haber consumido de nuevo la sustancia. Y también está la cuestión del llamado "efecto placebo" en el que se le hace creer a una persona que una píldora que contiene azúcar o alguna cosa inocua es un psicoactivo determinado y esta persona experimenta los efectos propios del psicoactivo que cree haber tomado.

Así es que tanto un estímulo sensorial como una creencia pueden desencadenar una orden glandular cuyas señales eléctricas cambien nuestra química y con ello nuestro estado de conciencia siempre y cuando tengamos un referente de ese cambio, o sea, un recuerdo del mismo registrado en nuestra memoria... ¡Fascinante!

Las plantas que durante miles de años han venido usando los chamanes de todas épocas, así como los principios activos que nuestros químicos han sintetizado o extraído de ellas y que apenas han comenzado a utilizar nuestros modernos chamanes -o sea nuestros terapeutas que utilizan psicoactivos-, tienen el potencial de provocar las experiencias que hemos llamado espirituales, místicas, trascendentales y hoy por hoy, transpersonales.

De esto trata este apartado de Espiritualidad y Terapias con Psicoactivos que comienza con la recopilación de algunas citas que vinculan estas cuestiones, continúa con un apartado dedicado a analizar las coincidencias entre experiencias místicas con y sin psicoactivos, y termina con resúmenes de las terapias de las que he tenido noticia acerca de la expresión neochamánica de seguir utilizando sustancias psicoactivas a fin de sanarnos y reencontrarnos con el Espíritu, la Divinidad, Dios o lo Transpersonal.

Nexos entre Chamanismo, Espiritualidad, Psicología y Psicoactivos

 

Según Josep María Fericla:

Antropólogo y terapeuta experto en chamanismo y enteógenos
Cuando tomas ayahuasca o peyote, al acabar la experiencia, ya no estás igual que antes, descubres cosas de ti mismo y del exterior. Por eso estas sustancias tienen la capacidad de generar una cultura a su alrededor... El constructivismo es una teoría muy elaborada que nace precisamente de la deconstrucción del ego que produce el consumo de enteógenos. Si no fuera por estas sustancias, en el ámbito de la psicología, probablemente estaríamos todavía sujetos a psicoterapias no tan eficaces como la Gestalt, sino a terapias más rígidas y dogmáticas...

Claro que son un atajo. Estas sustancias lo que fundamentalmente hacen es abrir el inconsciente. Por esos las metáforas son importantes para poder elaborar la experiencia, ya que en el inconsciente no hay nada más que pulsiones, imágenes arquetípicas o emociones bloqueadas. Estas imágenes arquetípicas parece que probablemente sean heredadas. De la misma manera que hay herencias biológicas, tenemos estas herencias de índole psicológico en forma de imágenes. Hay determinados arquetipos que aparecen en culturas muy lejanas y que además son entendidos de la misma manera...

Necesitamos dar sentido a esas visiones y conocer el inconsciente, dando forma a todo este material que aparece tanto en los sueños como bajo efecto de los enteógenos. Sin esta integración, la mayoría de la gente que los toma, al carecer de los instrumentos necesarios, se queda con la experiencia emocional de haberlos tomado sin ser capaces de entender lo que se ha estado moviendo dentro de ellos. Así no cabe hablar de enriquecimiento alguno que la experiencia pueda propiciar... Abrir el inconsciente y confrontarlo con lo que pasa por tu conciencia es un proceso de adaptación fantástico, por eso yo creo que a estas sustancias se las debería llamar adaptógenos. (20)

Según Stanislav Grof:
Co-fundador de la Psicología Transpersonal

La espiritualidad es algo que caracteriza la relación de un individuo con el universo, con lo Divino y no requiere necesariamente una estructura formal, un ritual colectivo o la mediación de un sacerdote...

Lo Divino se manifestó y me atrapó en un laboratorio moderno en medio de un serio experimento científico llevado a cabo en un país comunista con [LSD] una substancia producida en el tubo de ensayo de un químico del siglo XX... Salí de la experiencia tocado en mi núcleo más íntimo y muy impresionado por su poder. Como en esa época no creía, como ahora, que el potencial para una experiencia mística es un derecho natural de todos los seres humanos, lo atribuí todo al efecto de la droga...

Actualmente creo que la conciencia y la psique humana es mucho más que un producto accidental de los procesos fisiológicos del cerebro; son reflejo de la inteligencia cósmica que impregna toda la creación. No somos simplemente máquinas biológicas y animales muy evolucionados, sino también campos de conciencia sin límites que trascienden el tiempo y el espacio. En dicho contexto, la espiritualidad es una dimensión importante de la existencia, y ser consiente de este hecho es algo deseable en la vida humana. (6)

Según Alex Shulguin:
Químico, diseñador e investigador de drogas psicoactivas

La espiritualidad significa para mí tratar de contestar las preguntas esenciales del ser humano: quiénes somos, qué estamos haciendo aquí, por qué estamos aquí, por qué somos de la forma que somos, por qué hacemos las cosas que hacemos, como especie...

Las drogas no son el único camino [para contestar estas preguntas] pero siento que son el más rápido, pues ofrecen la posibilidad de hacer aflorar intuiciones y percepciones más rápidamente y debido a la intensidad del conocimiento directo al que le permiten acceder, provocan cambios más radicales. Lo cual las hacen muy valiosas cuando la persona que las usa sabe lo que está haciendo. (13) 

Según Asunción Fernández

Profesora de Historia de la Medicina en la Universidad de Zaragoza

El LSD se usó con fines terapéuticos. Se utilizó con dos métodos: uno de tipo psicolítico, en el cual se administraban pequeñas dosis que aumentaban a lo largo de un año, con el fin de romper los bloqueos emocionales de la memoria y permitir así acortar el curso del psicoanálisis; el otro método era de tipo psicodélico, y en él se administraba sólo una gran dosis, en una o dos sesiones, lo que causaba un considerable cambio en la conducta del paciente. Este último método se utilizó fundamentalmente en el tratamiento de los alcohólicos y en diversos estados de ansiedad, facilitando también la psicoterapia. En ambos casos, la administración de LSD era sólo una parte del tratamiento y en los trabajos que se publicaron se insistía en que, sin psicoterapia y rehabilitación, el tratamiento con LSD no tenía valor. También en alguna ocasión se utilizó en el tratamiento del autismo con resultados positivos, pero sus usos terapéuticos fueron decayendo a causa de la extensión de su consumo en círculos no médicos. (5) 

Según Richard Yensenn

Terapeuta impulsor de la Medicina Psiquedélica

El pensamiento contemporáneo acerca de los enteógenos carece de claridad a causa de que la compleja sociedad tecnológica en la que vivimos ha abandonado modos de pensar acerca del mundo que permiten a otras culturas aceptar dichas substancias como sagradas o divinas. En un sentido muy real, la sociedad occidental ha perdido su espíritu. El punto de vista tecnológicamente orientado, pseudocientífico y materialista, que mantenemos ha dejado de estar animado por los espíritus, pero existen esperanzas de llenar estas lagunas si somos capaces de aprender de culturas que, a lo largo de la historia, han sido capaces de utilizar con éxito los enteógenos. Estas culturas otorgan un papel sagrado a las substancias. Esta percepción de los psiquedélicos es realmente muy razonable cuando consideramos la universalidad delas experiencias místico-religiosas que pueden producir. Una substancia que puede facilitar un conocimiento interior personal sobre la dimensión más significativa de la existencia, es evidente que cumple con todos los requisitos para disfrutar de un estatus. (19) 

Según Huston Smith

Filósofo e historiador, considerado una autoridad mundial en la historia y filosofía de las religiones comparadas.

Las drogas inducen experiencias que no se pueden diferenciar de las religiosas; lo que ya no es tan evidente es que puedan conducir a vidas religiosas...

Incluso el Budha continuó meditando. Sin joriki, el poder particular desarrollado a través del zazen [meditación], la visión de unidad alcanzada en la iluminación, con el tiempo se nubla y al final se desvanece en un agradable recuerdo, en lugar de permanecer como una realidad omnipresente que da fuerza a nuestra vida diaria. Para poder vivir de acuerdo con lo que ha revelado el ojo de la mente mediante el satori se requiere, al igual que la purificación del carácter y el desarrollo de la personalidad, un periodo de maduración...

La conclusión a la que las pruebas parecen apuntar actualmente es que en verdad es posible que las substancias químicas favorezcan la vida religiosa, pero sólo cuando se tomen dentro de un contexto de fe (convicción de que lo que revelan es cierto) y disciplina (ejercicio de la voluntad hacia la consecución de lo que las revelaciones nos piden). (21)

 ¿Cuál es la diferencia entre las experiencias místicas con Psicoactivos y sin ellos?

 

Según Albert Hofmann

Albert Hofmann, el descubridor de la LSD, tuvo una experiencia extática siendo joven y esto le proporcionó la certeza íntima y absoluta de la autenticidad del uso de sustancias psicoactivas para alcanzar los mismos estados.

En su esclarecedor libro Mundo interior, mundo exterior, aborda el tema de la realidad material y la realidad del espíritu, declarándose incapaz de superar el dualismo. Discute también nuestras ideas erróneas de tácita aceptación social, como que el hombre es el dueño de la naturaleza y puede hacer lo que le plazca con ella y todas las ideas que nos impiden apreciar la unidad esencial de la Vida que hoy nos tienen sumidos en una crisis profunda y potencialmente destructiva si no cambiamos de dirección.

En su opinión, este cambio puede traerlo la experiencia mística que tiene la fuerza suficiente para conmovernos y darnos impulso para modificar nuestra realidad.

 

Y para alcanzar la experiencia mística propone dos medios: la meditación en cualquiera de sus muchas técnicas probadas por el hombre a lo largo de su búsqueda, o la alteración química de la conciencia. Ambas vías le parecen a Hofmann útiles y positivas, y asegura que pueden ser complementarias.

Hofmann elaboró la teoría de la enteogénesis: la idea de que la experiencia del aspecto Divino del Ser, como lo llama él, puede ser experimentado al cambiar la configuración química del cerebro. Hofmann tiene la visión del cerebro como un sintonizador de la realidad que puede captar varios canales de diferentes realidades y la experiencia de unidad con la Divinidad es uno de esos canales.

Interrogado alguna vez sobre cómo concebía el uso provechoso de los enteógenos, respondió que se imaginaba lugares en que, después de una cuidadosa selección, las personas vivían el trance asistidas por otros psiconautas con experiencia.

Según Christina y Stanislav Grof

Otro ejemplo de contrastes entre experiencias místicas químicamente inducidas y espontáneas lo constituye la mancuerna de los esposos Christina y Stanislav Grof.

Stanislav es un psiquiatra cuyo despertar espiritual estuvo marcado por sus primeras experiencias con LSD. Y su esposa Christina no necesitó consumir ningún tipo de psicoactivo para experimentar de manera espontánea muchas de las cosas que Stanislav ya había vivido. De hecho ella comprendió que eran naturales cuando leyó Realms of the human unconscious, el primer libro del quien más tarde sería su terapeuta y luego su esposo.

Diez años después, escribieron juntos La tormentosa búsqueda del Ser. Ambos aseguran en sus páginas que la conciencia y la psique humana son reflejo de la inteligencia cósmica que impregna toda la creación, que los seres humanos somos campos de conciencia sin límites que trascienden el tiempo y el espacio, y en dicho contexto, la espiritualidad es una coordenada imprescindible para referirse a este tipo de experiencias.

 

 

En la segunda parte de este apartado dedicado a la espiritualidad se resumen con más detalle las experiencias de los Grof. Ahora quiero referirme a un encuentro de talentos que deja fuera de discusión la controversia entre experiencias místicas de corte químico y de tipo natural.

Según Sidnay Cohen y Richard Alpert

En 1966, durante los años más álgidos de controversia social respecto al uso de los psiquedélicos y su inminente prohibición, la New American Library editó LSD, un libro profusamente ilustrado con las excelentes fotografías de Lawrence Schiler y un interesante debate entre Sidney Cohen, un psiquiatra que trabajaba para un hospital psiquiátrico del Estado en Los Angeles y Richard Alpert, uno de los pioneros del estudio con psiquedélicos que en ese entonces aún era profesor de psicología en la universidad de Harvard.

Entre la asombrosa colección de fotografías de usuarios de LSD durante sus experiencias, ambos hombres, considerados como autoridades en la materia, contestan por separado preguntas controversiales como las siguientes:

¿La libertad de tomar LSD es un derecho inalienable de todo hombre? ¿Quién debe tomar LSD? ¿Quién debe administrar LSD? ¿Por qué se ha sugerido que hay un enlace entre las experiencias místicas y las experiencias con LSD? y ¿Cuáles serían las implicaciones para la religión si es posible tener una experiencia química religiosa? (1)

 

 

Básicamente Cohen dice que el derecho a dañarse a uno mismo no es aceptable en ninguna sociedad moderna y con la LSD se corre el riesgo de tener horribles experiencias que pueden desequilibrar mentalmente a un individuo impreparado, así es que no todas las personas deben tomar LSD, si no es bajo la supervisión de un psiquiatra o psicólogo especializado y bajo determinadas condiciones. El "candidato ideal" para tener una experiencia de este tipo es para Cohen: "alguien maduro, inteligente, estable, que se conoce y acepta suficientemente bien a sí mismo, y cuya vida haya sido una clase de preparación para esta experiencia. Con esto quiero decir que haya sobrevivido derrotas, frustraciones, y pérdidas y que haya aprendido de ellas. Los problemas serios no son necesariamente una contraindicación." (1)

Richad Alpert por su parte, declara en este libro que el derecho a tomar LSD es una libertad inalienable de cualquier ser humano, que cualquiera que desee tomarla está en condiciones de hacerlo porque incluso de los malos viajes se aprende bastante, y que nadie debiera tener la prerrogativa de administrarla a otro porque eso mina la misma libertad. Para él pues, no debiera de preguntarse quién debe tomar la LSD, sino con quién tomarla y sugiere que te plantees 4 preguntas que debes contestar con un rotundo sí para elegir a un compañero de experiencia: "1. ¿Puedo confiar en esta persona? Y si es así, ¿está dispuesta a ser totalmente colaborativa conmigo? 2. ¿Es alguien con quien quiere compartir una experiencia psiquedélica? 3. ¿Puedo tener suficiente apoyo con esta persona como para establecer un contacto verbal explícito acerca del viaje? y 4. ¿Esta persona está entrando a la sesión de una forma voluntaria y suficientemente bien informada?" (1)

En relación con la pregunta de "¿Por qué se ha sugerido que hay un enlace entre las experiencias místicas y las experiencias con LSD?" Alpert simplemente dice:

 

Sé tú el juez.

Aquí abajo hay siete reportes de experiencias. Tres de ellos son citas de reportes de personas que han ingerido un psiquedélico químico, y los otros cuatro son descripciones o discusiones de experiencias místicas no inducidas químicamente. Marca la casilla que aparece junto a las declaraciones que creas que son producidas por el uso de la LSD. Encontrarás las respuestas correctas [al final].

1. Si este sentido de significado se fuera, moriría porque es todo lo que me queda. En este negro vacío sólo estaba yo, oré aceptando esta muerte. Dios caminaba hacia mí y yo lloraba de gozo. Mi propia voz parecía hablar de Su llegada, pero no lo creí. De pronto un cenit totalmente inesperado del vacío fue levantado con la cegadora presencia del Uno. ¿Cómo lo supe? Todo lo que puedo decir es que no había posibilidad de duda. Por abajo de mí, por arriba, el Uno. De repente, la luz de arriba se enfocó hacia mí, abajo. Entonces supe que sólo había Dios...

2. Continué mirando las flores, y en su luz viviente parecía detectar el equivalente cualitativo de la respiración -pero una respiración sin retorno al punto de comienzo, sin contracciones recurrentes, sino sólo un flujo repetido de belleza a una belleza todavía mayor, de un significado profundo a uno todavía más profundo. Palabras como "gracia" y "transfiguración" vinieron a mi mente y esto, claro, fue lo que entre otras cosas ellos perseguían. Mis ojos viajaron de la rosa al clavel, y a la ligera incandescencia a los suaves tonos de la silenciosa amatista que era el iris. La Visión Beatífica, Sat Chit Ananda, la Beatitud de Ser-Consciente, por primera vez lo entendí...

3....un ojo se abre para discernir varios objetos intelectuales incomprendidos por la sensación; sólo eso... la vista es iluminada por una luz que descubre cosas ocultas y objetos que el intelecto falla en alcanzar... Es como una percepción inmediata, como si uno hubiera tocado los objetos con la mano.

4. Recibimos este conocimiento místico de Dios sin ser arropado en ninguna clase de imagen, en ninguna clase de las representaciones sensibles que nuestra mente nos hace usar en otras circunstancias. De acuerdo a este conocimiento, ya que los sentidos y la imaginación no se emplean, no obtenemos ninguna impresión, ni podemos dar ningún recuento o rescatar ningún parecido. La misteriosa y dulce sabiduría viene tan claramente a casa, a las partes más íntimas del alma... Imagínate a un hombre viendo alguna clase de cosa por primera vez en su vida. Puede entenderla, usarla y disfrutarla, pero no puede aplicarle ningún nombre, ni comunicar ninguna idea con respecto a ella, aun cuando mientras tanto fue mera cosa de los sentidos. Imagina ahora qué tan grande sería la magnitud de su poderío cuando va más allá de los sentidos, internos y externos, e impone silencio sobre ellos... El alma se siente entonces como si fuese puesta en una profunda y vasta soledad, que entre más solitaria es más deliciosa. Allí, en los abismos de la sabiduría, el alma crece por lo que bebe en forma de abundantes primaveras de comprensión del amor... y reconoce, no importa que tan sublimes y eruditos puedan ser los términos que empleemos, que viles, insignificantes e impropios son cuando buscamos hablar de las cosas divinas por estos medios.

5. Tenía la noción de "esto es -este es el momento de la verdad. Sé que todo reside en esto -completa armonía y éxtasis..." Habíamos llegado; habíamos sido unificados con el fundamento del ser. Ya habíamos sido transfigurados -muertos, y al mismo tiempo tan intensamente vivos como nunca antes. Experimenté una sensación de iniciación y participación en un gran misterio -todo se torno conocido y sabido. Me sentí omnipotente y envestido de poderes suprahumanos, divinos.

6....hasta que de pronto, como si estuviera fuera de la intensidad de la conciencia de la individualidad, la individualidad misma parecía disolverse y desaparecer en el ser sin límites, y no era un estado confuso si no el más claro, el más seguro de lo seguro, mucho más allá de las palabras -donde la muerte era una imposibilidad que causaba risa- la pérdida de personalidad (si eso fue) no parecía la extinción, sino la verdad de la vida. Estoy avergonzado de esta lamentable descripción. ¿No he dicho que el estado está más allá de las palabras?

7....Todo a la vez, sin ninguna advertencia de ningún tipo. Me encontré a mí mismo abrigado en una nube color flama. Por un instante pensé en fuego... al siguiente, sabía que el fuego estaba dentro de mí. Directamente después de esto vino a mí un sentido de exultación, de inmensa alegría seguida de una iluminación intelectual imposible de describir. Entre otras cosas, no sólo llegue a creer sino a ver que el universo no estaba compuesto de materia muerta, sino al contrario, de una Presencia viva; cobré consciencia de mí mismo como una vida eterna... Vi que todos los hombres son inmortales; que el orden cósmico es tal que sin ningún percance todas las cosas trabajan juntas para el bien de cada una y todas ellas; que el principio fundador del mundo... es lo que llamamos amor, y que la felicidad de cada uno y del todo es a largo plazo absolutamente cierta. (1)

[Respuestas]

1. (SÍ) Reporte de LSD de Wilson Van Dusen, Ph. D. Jefe de Psicología Clínica de Hospital estatal Medocino de California, en R. G. Jordan Jr., "LSD and Mystical Experience" ["LSD y experiencia mística"], Bible & Religion, April, 1963, p.119.
2. (Sí) Descripción de una experiencia con mezcalina. Aldous Huxley, 
Doors of perception [Las puertas de la percepción], New York; Harper Colophon Books, 1963, p.18.
3. Al-Gazzali, filósofo y teólogo persa del siglo XVII, citado en William James, 
The varieties of Religious Experience [Las variedades de la experiencia religiosa], New American Library, 1958, p. 311.
4. San Juan de la Cruz, 
La noche oscura del alma, Libro II, capítulo XVII, citado en James, op.cit., pp. 312-313.
5. (SÍ) Sujeto # 142, Proyecto de Pscilocibina de Harvard, enero de 1962.
6. Alfred Tennyson, carta a Benjamin Paul Blood, en Tyndal
, Memorias de Alfred Tennyson, II, citado en James, Ibid., p. 295. Las palabras inmediatamente precedentes a la cita son las siguientes: "Esto vino al repetir mi propio nombre a mí mismo en silencio..."
7. R. M. Bucke, 
Cosmic Counsciousnes [Conciencia Cósmica], citado en James, Ibid., pp.306-307. (1)

 

Para responder a la misma pregunta de "¿Por qué se ha sugerido que hay un enlace entre las experiencias místicas y las experiencias con LSD?" Sidney Cohen acepta por su parte que es posible tener experiencias místicas con la LSD, aunque se encarga de hacer hincapié en que no todas lo son y en que, para considerarse como experiencias útiles, debieran estar seguidas por una profunda transformación en la vida del individuo.

Ciertamente hay fenómenos comunes en casi todas las experiencias místicas. Éstos incluyen: una pérdida del ego y un sentimiento de unicidad con el universo; una disolución de la orientación del tiempo y el espacio, una sensación luminosa de estar despierto, de asombro o poder, junto con sentimientos de éxtasis, amor y beatitud. La experiencia es indescriptible con palabras, lo que en condiciones ordinarias son paradojas se resuelven, emerge una sensación de iluminación acerca de la naturaleza de la existencia, y se tiene una visión de una luz extraordinaria y bella o se ve alguna figura visionaria.

El evento místico es potente y puede transformar la vida de una persona, de los que se hallan a su alrededor y de su cultura. Muy a menudo estos cambios son benéficos; la persona termina con patrones perniciosos de comportamiento. El nacimiento de las mayores religiones del mundo está íntimamente asociado con una o más experiencias místicas. En otras instancias puede ser que no ocurran cambios duraderos, o que se retengan sentimientos de omnisciencia o creencias inapropiadas.

Muchas de las características del estado místico se han encontrado durante ciertas experiencias con LSD. Existen diferencias, pero son de grado, no de clase. Las diferencias en las experiencias totales de vida de la persona que atraviesa por esta profunda experiencia determinarán si habrá una transformación duradera y valiosa [...] En importante decir que la mayoría de las experiencias con LSD de euforia, hebefrenia, lapsos de auto-conciencia acompañados por delicias perceptivas y extravagazas sensoriales, no tienen ninguna relación con la experiencia mística. Estos son "viajes" en dirección opuesta a lo místico. (1)

A manera de conclusión, Cohen advierte que si bien es posible tener experiencias místicas con la LSD, también es posible que dichas experiencias no sirvan de nada a las personas impreparadas o que incluso les causen daño al sentirse culpables por haber asistido a revelaciones y no poder cambiar su vida después de ellas:

Hay que mencionar algunas diferencias con la autotrascendenia alcanzada con LSD. El hecho de que un químico ha evocado los sentimientos de inmanencia disminuye su valor en la mente de muchas personas. La experiencia con LSD ordinariamente dura más [...] La mayor diferencia radica en la preparación del individuo para este trascendente episodio. La auto-trascendencia espontánea tiende a ocurrir a aquellos que han pasado décadas luchando con los conflictos de su vida o que han sudado para alcanzar deliberadamente el estado. Hoy en día la LSD a menudo es tomada por individuos que han huido de sus conflictos, y a quienes les ha faltado la perseverancia necesaria para seguir los ejercicios que la pueden inducir. Una experiencia trascendental puede ser un evento insignificante para el impreparado. Para el preparado puede ser una oportunidad. [...] He conocido a varios alcohólicos que han dejado de beber durante años después de una sola exposición a la LSD y a un alcohólico que ha ayudado a cientos de drogadictos a mantenerse "limpios" fundando Synanon.

La expereincia trascendental espontánea es impresionante como experiencia pero el pago resulta de lo que viene después. Si ayuda a solucionar problemas, si conduce a un sistema de vida más efectivo, más constructivo, bien. Los ejemplos de personas que han reconstruido sus vidas y su cultura como resultados de una súbita experiencia de conversión son bien conocidos. Si no conduce a cambios estructurales de vida, no ha hecho nada. De hecho es bien sabido que añade mayor malestar y culpa a aquellos ya de por sí sobrecargados, pues han "visto la luz" y han fallado en alterar su curso vital. (1) 

Según Alejandro Jodorowsky:

Poeta, tarotista, cineasta y terapeuta, descubridor de la psicomagia

Gurdjieff decía que las drogas son para eso: tú estás en el sótano de un edificio y la droga te hace subir a la terraza de golpe. Estás en el garaje y te hace saltar cincuenta pisos. Ves todo el horizonte, toda la ciudad, y cuando vuelves, te das cuenta de que para llegar de nuevo arriba tienes que trepar todos los pisos tú solo, sin drogas... En mi caso necesité tomarlas en un momento dado, hacia los 40 años... La consecuencia es que me abrió la mente y me sirvió para demostrarme hasta dónde podía llegar...Yo creo que estas experiencias no deben hacerse por espíritu festivo, tampoco solo ni en compañía de alguien que no haya alcanzado un alto nivel de conciencia... (22)

Según Huston Smith

Por último, deseo mencionar aquí el conclusivo trabajo de Huston Smith contenido en las páginas de la colección de ensayos que conforman La percepción divina, "el significado religioso de las substancias enteógenas".

Smith, profesor de filosofía de las religiones comparadas en Berkeley y en el MIT, también es el célebre autor de Las religiones del mundo del cual se han vendido dos millones de ejemplares en todo el planeta, y está considerado como una autoridad mundial en este campo. Su iniciación en la exploración de los enteógenos tuvo lugar en 1961, precisamente dentro del marco de los trabajos de investigación de Timothy Leary, entonces todavía auspiciados por la universidad de Harvard en el Centro para la Investigación de la Personalidad.

En el reporte escrito que el profesor Huston Smith tuvo que entregar al centro tras su primera experiencia con mezcalina, explicó que dados sus estudios previos acerca de las teorías y los textos sagrados de las diversas religiones, pudo calificar lo que experimentó bajo los efectos de este alcaloide como "metafísica empírica":

 

La noción de Bergson de que el cerebro es como una válvula reduccionista me parecía muy exacta. Además de la expresión "prisma psicológico", se me ocurrió otra: metafísica empírica. La teoría de la emanación de Plotinio y el Vedanta, su homóloga más detallada, hasta entonces sólo habían sido teorías conceptuales para mí. En aquel momento las estaba viendo, con sus bandas descendentes presentándose adelante de mí. Me hacía gracia pensar lo embaucadores que habían sido los historiadores de la filosofía al alegar que los que habían originado tales puntos de vista eran genios especulativos. De haber tenido experiencias como la mía [...] no hubieran necesitado más que ser simples informadores. (21)

El profesor Smith, cuya tendencia mística natural no se reduce al estudio teórico, sino a la puesta en práctica de los principios comunes de las teorías religiosas en beneficio de la humanidad, también asegura que practicando la meditación, nunca ha tenido una experiencia de tipo místico:

Swami Stprakashananda me inició en la meditación y durante veinte años -diez en el Vedanta y diez en el Zen- fue mi principal práctica espiritual. Aunque he de confesar que con resultados decepcionantes, no me arrepiento de esos años y continúo meditando todos los días, pero me sirve más para reforzar la trayectoria de mi vida y para devolverme al aquí y ahora que para proporcionarme visiones místicas y estados de conciencia alterados. (21)

Smith, como todos los investigadores de las sustancias psicoactivas, sostiene que no existe una conexión directa entre los estados químicos provocados en el cerebro con las experiencias que ocasionan, ya que invariablemente el carácter del individuo, su "tendencia", actúa de filtro, tal como lo hacen las circunstancias que rodean la ingestión, o sea, el "entorno". Es por eso que, antes que nada, Smith explica cuál era su tendencia y cómo era su entorno al momento de tomar su primera dosis de mezcalina.

Describe su tendencia como la búsqueda del encuentro con Dios y "la Gran Visión", por lo cual su primera vocación fue la de ser ministro de culto o misionero, aunque finalmente optó por la filosofía, la historia y la docencia pues le pareció la mejor manera de "conocer la naturaleza final de las cosas: la estructura más profunda de la realidad y lo que parte de ella para maximizar el potencial humano" (21). Su entorno apoyaba su tendencia pues el proyecto de investigación de Timothy Leary en Harvard cuando Smith entró a formar parte de él, se perfilaba como el primer intento contemporáneo de estudiar científicamente las sustancias psicoactivas de tipo psiquedélico, que es como se les comenzó a llamar en esa época.

El médico Walter Phnke, como parte de su estudio para titularse en Harvard como doctor en religión, realizó en 1962 un experimento que se hizo célebre en aquella época, conocido como "el experimento de Viernes Santo". En el marco de un servicio católico de viernes Santo, Pahnke administró psilocibina a quince profesores y estudiantes de teología en la Universidad de Boston. El psicoactivo se administró a "doble ciego", esto es, que ni él ni sus voluntarios sabían quiénes recibirían psilocibina y quiénes ácido nicótico como placebo para constituir el grupo de control.

Los relatos de cada participante fueron evaluados de manera independiente por tres antiguos profesores de la escuela que se basaron en los nueve rasgos de la experiencia mística que enumeraba Walter Stace en su libro Misticism and Philosophy. Los resultados mostraron que "las personas que recibieron psilocibina experimentaron fenómenos apenas diferenciables, cuando no idénticos, de las categorías definidas por la tipología del misticismo." (21)

Huston Smith fue precisamente uno de los profesores participantes de este célebre experimento y recibió psilocibina. Este es un resumen de sus vivencias:

El experimento fue muy intenso para mí y dejó una huella permanente en la visión del mundo que experimenté. (Digo "visión del mundo que experimenté" para distinguirlo de cómo pienso y creo que es el mundo.) Desde que puedo recordar he creído en Dios y he experimentado su presencia tanto dentro del mundo como cuando éste quedaba trascendentalmente eclipsado. Pero hasta el experimento de viernes Santo no había tenido ningún encuentro personal directo con Dios del tipo de los que describen los bhakti yogis, los pentecostales, y los cristianos renacidos. El experimento de viernes Santo cambió eso, porque el servicio se centró en Dios como encarnado en Cristo.

Para mí el clímax del servicio llegó durante un solo que fue interpretado por una soprano cuya voz (tal como la percibía bajo el prisma de la psilocibina) sólo puedo describir como angelical. Lo que cantó no fue más que un simple himno, pero entró tan profundamente en mi espíritu que los versos de apertura y de cierre quedaron grabados en mi memoria desde entonces.

Mis tiempos están en Tus manos, mi Dios, allí deseo que estén;
mi vida, mis amigos, mi espíritu, a tu cuidado dejo por completo...
Mis tiempos están en Tus manos, en Ti siempre confío,
y después de la muerte a tu derecha siempre estaré.

A la luz del día estas líneas nada tienen de particular, pero en el contexto del experimento lo dicen todo. Los tres últimos compases de cada verso ascendían a un acorde de séptima dominante, y concluían resolviéndose en el acorde de tónica. Es la forma más estereotipada que existe de terminar una melodía, pero el contexto la cambió por completo. Mi madre era profesora de música y me infundió una aguda sensibilidad para las resonancias armónicas. Cuando esa herencia musical y mi educación cristiana convergieron en la historia del Viernes Santo bajo el efecto de la psilocibina, la Gestalt transformó una progresión musical rutinaria en el regreso al hogar más poderosamente cósmico que he experimentado jamás...

Sabía y había creído firmemente que Dios es amor y que ningún matiz del amor podría faltar en su naturaleza infinita; pero que Dios me amara y yo a él, en la forma concreta en que los seres humanos aman a otras personas, amando más aquello que la otra persona más desea dar y apartando de la vista todo aquello que pueda distraer esa relación sagrada, esa relación con Dios jamás la había tenido... he de decir que en su repercusión coronó las de mis otras epifanías enteógenas. En un tiempo entre unas seis semanas y tres meses (eso creo) realmente era mejor persona, incluso ahora, sigo estando seguro de ello. Pude prolongar hasta cierto punto la conciencia de que la vida era un milagro, cada momento de ella, y que la única forma apropiada de corresponder a ese regalo que habíamos recibido es ser conscientes del mismo en cada momento y ser amables con todas las personas que se cruzan por nuestra vida. Para llevar estos sentimientos en tu interior al campus del Massachusetts Institute of Technology se requiere valor. (21)

Todos los experimentos en los que Huston Smith participó o de los que tuvo noticia durante esa época lo llevaron a observar que estadísticamente "parece que entre un cuarto y un tercio de la población general tendría una experiencia religiosa si tomara ciertas drogas en condiciones naturales, es decir, en condiciones en que el investigador apoya a la persona pero no interfiere en el curso que tome la experiencia". Señala también que entre las personas que tienen una fuerte proclividad religiosa, "la proporción de los que tendrían experiencias religiosas se eleva a tres cuartas partes"; y "si los individuos toman las drogas en entornos religiosos, el porcentaje es de nueve entre diez". (21)

A pesar de esto, Smith mantiene sus reservas en cuanto al libre uso de psicoactivos se refiere. Recuerda el viejo dicho taoísta de "Aprende diez cosas, enseña nueve", pues a veces se pregunta si es conveniente "siquiera mencionar los enteógenos en relación con Dios y el Infinito porque, aunque exista una conexión, como es en el caso del Tantra, actualmente es casi imposible hablar de ello en Occidente sin ser mal entendido". Dice que si la única cosa que se pudiera hablar de los enteógenos fuera que "ocasionalmente parecen revelar planos superiores de conciencia y quizá del propio infinito", mejor guardaría silencio, porque aunque tales experiencias puedan ser verídicas, la meta no son las experiencias religiosas sino la vida religiosa. Y en este sentido, "las 'teofanías' producidas por la química tanto pueden arruinar una búsqueda como fomentarla". (21)

Precisamente por eso es que Smith se atreve a hablar de los enteógenos y su relación con lo divino, para aclarar, para prevenir, para marcar una y otra vez la orientación, pues como él mismo dice, "no se puede hacer demasiado hincapié" en que las revelaciones, por su naturaleza misma, son efímeras y ya sea que se produzcan por medios químicos o no, es necesario que estén respaldadas por el entorno, la sacralidad y la disciplina que induzca al cambio permanente.

En su debido momento Huston utilizó su extenso bagaje acerca de la historia de las religiones para advertir el peligro que veía cernirse sobre el movimiento contracultural de mediados de los sesenta:

En la India se veneran los estados de conciencia superiores tanto como lo hacen los promotores psicodélicos actuales, pero se insiste en que si han accedido a ellos personas que no están preparadas, sucederá una de estas dos cosas: la persona se hará daño a sí misma o bien el significado de la experiencia se perderá y el encuentro será trivializado. Por lo tanto, o la persona sale perjudicada o se desvirtúa el dharma, y generalmente suelen darse las dos cosas... La incapacidad de integrar la experiencia psicodélica en la vida cotidiana tiene precedentes. En la tradición Ch'an-Zen, los primeros textos tendían a citar el satori como la meta de la enseñanza. Los textos posteriores no. La razón parece clara. Cuando llega el satori por vez primera, su trascendencia es probable que parezca última, la razón de ser de la existencia. Sin embargo, a medida que la vida va pasando uno se da cuenta de que no es así. La rutina se reafirma a sí misma y uno descubre que incluso los que han experimentado poderosos satoris a veces también se comportan mal. Aquí es donde entra la realización a la que cada vez se da más importancia en los textos tardíos. En esos textos el satori ya no es la meta; es el primer obstáculo principal que vencer en la interminable gesta de crear la experiencia de satori en la estructura de la vida cotidiana hasta que ésta adopta una cualidad satórica... (21)

Debido a su credibilidad y su ética profesional, Huston Smith fue invitado a escribir el prólogo de El camino a Eleusis, un libro en el que se exponen los resultados de los trabajos de tres prestigiados investigadores acerca de la manera en que los antiguos griegos utilizaban el kiqueón, una bebida ceremonial presuntamente preparada con el cornezuelo de centeno (precursor de la LSD), dentro de un contexto ritual de carácter iniciático para contactar con la divinidad. En las páginas de este prólogo Smith aprovecha para formular una serie de excelentes preguntas:

 

1) "¿Han conspirado el secularismo, el cientificismo, el materialismo y el consumismo moderno para formar un caparazón que la Trascendencia tiene ahora dificultades de atravesar?" Y si la respuesta a esta pregunta es afirmativa, 2) "¿existe la necesidad, quizás una necesidad urgente, de diseñar algo parecido a los misterios eleusinos para salir de la caverna de Platón y ver la luz del día?" Y por último: 3) "¿Se puede hallar un modo de legitimar, como hicieron los griegos, el uso constructivo, otorgador de vida de las drogas enteógenas celestiales e infernales sin agravar nuestro grave problema de la drogadicción?

El profesor Smith no contesta estas importantes cuestiones, simplemente las plantea y las deja abiertas pasando la estafeta a los lectores. Diversos profesionales, básicamente provenientes de los campos de la medicina, la psiquiatría y la psicología, han contestado "sí" a las dos primeras preguntas y sus respectivos trabajos ofrecen brillantes y conclusivas respuestas a la tercera, tal como podrá verse a continuación. 

La interesante propuesta de Rick Strassman: mezclar budismo y psicoactivos

Rick Strassman, responsable de llevar a cabo la más completa investigación médica sobre la DMT (ver más al respecto en la página dedicada a la DMT), dice que estas son las "señas de identidad" de una experiencia mística:

La suspensión de las barrearas normales de tiempo y espacio, la naturaleza extática del encuentro, y la pobreza de las palabras para describirlo. Experimentar la certeza de nuestra naturaleza divina y el que todas nuestras preguntas sean contestadas en esos breves pero intensos momentos. (24)

Desde su experiencia personal y profesional, como meditador budista y como médico investigador de esta sustancia psicoactiva que administró a muchas personas durante su estudio, Strassman propone lo siguiente:

Creo que hay maneras en las que el Budismo y la comunidad psiquedélica pueden beneficiarse de un abierto y franco intercambio de ideas, prácticas y éticas. La tradición comunal budista tiene mucho que ofrecer a la comunidad psiquedélica, su ética y estructurada forma de vida, sus miles de años de experiencia. Está bien desarrollada tradición puede infundir significado y consistencia a las aisladas, descoyuntadas y pobremente integradas experiencias psiquedélcias. La sabiduría de la experiencia psiquedélica, sin el acompañamiento y el necesario amor y compasión cultivados en la práctica diaria, pueden de otra manera desperdiciarse en un exceso de narcicismo y autoindulgencia. (...)

Por la otra parte, los dedicados practicantes budistas con poco éxito en sus meditaciones, pero bien encaminados en su desarrollo moral e intelectual, podrían beneficiarse de una sesión psiquedélica cuidadosamente planeada, preparada, supervisada y asistida. Si hay algo que provean los psiquedélicos es una visión. Y una visión, para alguien tan inclinado, puede inspirar el largo y arduo trabajo requerido para hacer de esa visión una realidad viva. (24)

Strassman tuvo esta ocurrencia debido a que los tres maestros líderes de la comunidad budista en la que él practicaba habían sido usuarios de LSD, y algunos de los practicantes habían decidido entrar a la vida monástica mediante la inspiración que les produjeron ciertas drogas psicoactivas. Además, "Elena" una de sus sujetos experimentales, meditadora budista, tuvo una gran experiencia mística con la DMT, sobre la cual comenta: "Su experiencia sirve como ejemplo del tipo de progreso espiritual que posibilita la DMT en alguien abierto a ambas cosas, o sea, una persona con una seria práctica meditativa, una mente psicológicamente sólida, y una profunda reverencia y respeto por drogas como la DMT."

A Strassman le preocupaba también el hecho de que otros sujetos experimentales que tuvieron experiencias de tipo místico, en el contexto de su investigación, no contaron con el apoyo espiritual o terapéutico adecuado para producir "cambios serios y de largo plazo" debido a ellas, por eso creyó que aunar ambas cosas sería lo ideal.

De momento, la posición oficial del budismo se manifiesta en contra de esta propuesta, sin embargo algunos maestros, a título individual, y sobre todo varios practicantes que se acercaron a los psicoactivos antes que a la meditación budista, están explorando ambos caminos paralelamente...

 Neurobiología de la Espiritualidad

En su número 11, la edición española de la revista Psychologies dedica un dossier de 32 páginas al tema de la espiritualidad y da a conocer entre sus lectores la aparición de una ciencia relativamente nueva, la neurobiología de la espiritualidad, la cual estudia cómo funciona el cerebro cuando está viviendo una experiencia espiritual o mística. Según se afirma en este artículo, los estudiosos de esta ciencia aseguran que "la espiritualidad es un producto del cerebro y se puede provocar":

Esta ciencia ha estudiado cómo funciona el cerebro cuando se está viviendo una experiencia espiritual o mística. En estos procesos, zonas del cerebro esenciales para la orientación en el tiempo y en el espacio y para la relación con los demás se desactivan. Al privar una zona de toda estimulación externa, debido a una concentración intensa, la persona se queda como anestesiada, lo que induce a esa sensación de disolución espacio-temporal descrita por los místicos.

Mientras unas regiones del cerebro se desactivan, estructuras encargadas de las emociones se activan. Como señala [el neurobiólogo Francisco Jose] Rubla, "quien ha vivido la experiencia mística, estado completamente distinto a la realidad cotidiana, la vive como mucho más real, y eso se debe a que tiene una carga emotiva muy fuerte, pues la parte encargada de las emociones en el cerebro está implicada". (23)

En el artículo se afirma que al igual que hay personas más musicales, inteligentes o hábiles, también las hay más espirituales, pero realmente todos podemos alcanzar una experiencia mística porque: "la espiritualidad es algo inherente al ser humano"; y además ¡es adictiva!

"La gente la ha buscado siempre porque genera una sensación muy intensa y habitualmente placentera, porque se producen endorfinas, sustancias que surgen en situaciones de estrés, analgésicas y que, además, crean adicción. [...] La religión es una cuestión de fe. Se puede considerar a Dios como una proyección des cerebro humano o creer que Dios puso en el cerebro estructuras que permitieran conocerle." (23)

 

 

 

 

LAS TERAPIAS HOLÍSTICAS O TRANSPERSONALES CON PSICOACTIVOS

Casi por unanimidad, las terapias psicológicas con psicoactivos consideran al hombre como un ser espiritual y abordan cualquier problemática desde esa perspectiva, ya que la misma dinámica y efectos de los psicoactivos (visionarios, entactógenos, enteógenos, adaptógenos, psiquedélicos, etc.) que usan estos terapeutas, los ha llevado a tener experiencias personales de contacto con las dimensiones espirituales de la existencia humana; tras lo cual han desarrollado técnicas para ayudar a sus pacientes a sacar provecho de estas herramientas en el decurso de sus terapias.

A continuación presento una selección de las terapias de las que he tenido conocimiento, comenzando con los trabajos de Stanislav Grof quien resume vívidamente el impacto y la transformación personal que sufrió bajo los efectos de la LSD, mismos que marcaron el curso de sus investigaciones hasta coincidir con otros investigadores del mismo campo y dar origen a una nueva disciplina específicamente dedicada a estudiar este tipo de experiencias que es la Psicología Transpersonal.

Hay también un breve recuento de las investigaciones con LSD en psicoterapia, otro de las interesantes experiencias del doctor mexicano Salvador Roquet, quien combinó sus estudios con María Sabina y demás personajes del chamanismo mexicano con la psicoterapia clásica para establecer en compañía de Pierre Fraveu la Teoría de Psicosíntesis; luego hay un resumen de las investigaciones de Richard Yensen y su equipo con la medicina psiquedélica; una detallada explicación de los Intensivos de Ann Shulguin y Audrey Fenn Redman y sus consejos para otros terapeutas interesados en trabajar con psicoactivos; y por último un resumen acerca de las observaciones de la física Barbara Ann Brennan en torno a los efectos de las drogas psicoactivas en el campo energético humano, que me permito incluir aquí para diferenciar claramente las utilidades terapéuticas de las que no lo son. 

Las terapias Psicolítica y Psiquedélica

Los trabajos de Stanislav Grof con LSD

Sandison, Frederking, Leuner, Alnes, Arendsen-Hein y otros psiquiatras se reunieron en Europa para constituir la Asociación de Terapeutas Psicolíticos en la década de los 70. La "terapia psicolítica" consiste en el empleo de LSD y sustancias similares, en dosis bajas a moderadas (generalmente de 30 a 50 microgramos de LSD), con el propósito de acortar y facilitar el psicoanálisis y la psicoterapia orientada psicoanalíticamente.

Entre los primeros psiquiatras que comenzaron a practicar la terapia psicolítica y uno de los primeros voluntarios en la exploración con la LSD-25 para experimentar "psicosis temporales" que permitieran al terapeuta comprender desde dentro la enfermedad de sus pacientes, se encontraba el psiquiatra checo Stanislav Grof, quien años después sería cofundador de la Psicología Transpersonal junto con Alan Wats y otros investigadores del Essalen Institute en California, Estados Unidos.

En La mente holotrópica, Stanislav Grof sintetiza sus estudios con la LSD y propone un modelo de la mente humana que configuró tras analizar los expedientes y archivos que recopiló a lo largo de cuatro mil experiencias, tanto suyas como de sus pacientes, durante cerca de 20 años de investigación.

 

Diez años después, en un libro posterior que escribió junto con su esposa Christina titulado La tormentosa búsqueda del Ser, Grof rememora su primera experiencia con LSD que tuvo lugar en momentos en los que se consideraba profundamente ateo:

Mi primera sesión con LSD fue un acontecimiento que tuvo como consecuencia un cambio profundo en mi vida profesional y personal. Experimenté un encuentro y confrontación extraordinarios con mi psique inconsciente, que de inmediato enmascaró mi previo interés por el psicoanálisis freudiano. Ese día marcó el inicio de mi alejamiento radical del pensamiento tradicional psiquiátrico. Me vi inmerso en un despliegue fantástico de visiones coloristas, algunas de ellas abstractas y geométricas, otras figurativas y llenas de sentido simbólico. Sentí también un sorprendente despliegue de emociones de una intensidad que no cría posible. No podía creerme lo mucho que aprendí sobre mi psique en estas pocas horas... Me vi golpeado por una luminosidad que parecía comparable al epicentro de una explosión atómica, o probablemente a la luz de brillo sobrenatural que según las escrituras orientales se nos aparece a la hora de la muerte. Este trueno me catapultó fuera del cuerpo. Primero perdí la conciencia de la ayudante y del laboratorio; después de la clínica psiquiátrica, de Praga y finalmente del planeta. Mi conciencia se expandió a una velocidad inconcebible y alcanzó dimensiones cósmicas... Me encontré en medio de un drama cósmico de proporciones inimaginables. Experimenté el Big-Bang, pasé a través de agujeros negros y blancos del universo, me identifiqué con supernovas que explotaban, y fui testigo de otros muchos fenómenos extraños que parecían ser pulsares, quasares y otros sorprendentes fenómenos cósmicos... la experiencia por la cual pasaba estaba muy próxima a las que conocía por las lecturas de las grandes escrituras místicas del mundo. Aunque mi mente se había visto muy afectada por la droga, era capaz de apreciar la ironía y paradoja de la situación. Lo Divino se manifestó y me atrapó en un laboratorio moderno en medio de un serio experimento científico llevado a cabo en un país comunista con una substancia producida en el tubo de ensayo de un químico del siglo XX... Salí de la experiencia tocado en mi núcleo más íntimo y muy impresionado por su poder. Como en esa época no creía, como ahora, que el potencial para una experiencia mística es un derecho natural de todos los seres humanos, lo atribuí todo al efecto de la droga. (6)

A partir de esta experiencia Stanislav Grof tuvo la impresión definitiva de que el estudio de los estados no ordinarios de la mente en general, y los inducidos por los psiquedélicos en particular, era con diferencia "el ámbito más interesante de la psiquiatría" y decidió hacer de ellos su campo de especialización, pues según relata, se dio cuenta de que, bajo las circunstancias adecuadas, las experiencias psiquedélicas eran verdaderamente, "la vía real al inconsciente" y tenía la clara impresión de que el análisis asistido por LSD podía hacer más profundo, intensificar y acelerar el proceso terapéutico, y conseguir los resultados prácticos que el psicoanálisis no estaba demostrando sino muy ocasional y lentamente.

Así pues, tras su primera experiencia con LSD Grof consiguió una plaza en el recién creado Instituto de Investigación Psiquiátrica en Praga. Poco después fue nombrado investigador jefe de un trabajo clínico que exploraba el potencial terapéutico de la psicoterapia con LSD y emprendió su propio proyecto de investigación utilizando dosis medias de esta droga para tratar a pacientes con diferentes tipos de desórdenes psiquiátricos, entre los cuales en ocasiones se sumaban algunos profesionales de la salud mental, artistas, científicos y filósofos "que estaban interesados y contaban con motivaciones serias para tener la experiencia".

Según cuenta Grof, el marco del psicoanálisis freudiano vigente en aquella época, se hizo demasiado estrecho para lidiar con todo lo que sucedía entre los clientes de la clínica que estaban experimentando con la LSD:

Cuando utilizábamos dosis medianas, muchas de las experiencias iniciales contenían material biográfico de la infancia y adolescencia del individuo, tal como Freud las describía. Sin embargo, cuando proseguíamos las sesiones, todos los clientes pasaban, más tarde o más temprano, a ámbitos experimentales que estaban más allá de este marco. Cuando se aumentaban las dosis, sucedía lo mismo pero mucho antes. Una vez que las sesiones llegaban a este punto, empecé a ser testigo de experiencias que no podían distinguirse de las descritas en las antiguas tradiciones místicas y filosofías espirituales de Oriente. Algunas de ellas eran poderosas secuencias de muerte y renacimiento psicológico; otras implicaban sensaciones de unidad con la humanidad, la naturaleza y el cosmos. Muchos clientes también describían visiones de deidades y demonios de distintas culturas y visitaban diversos escenarios mitológicos. Entre los sucesos más sorprendentes estaban las dramáticas y realistas secuencias que se experimentaban subjetivamente como recuerdo de anteriores encarnaciones. (6)

Grof acepta que no estaba preparado para observar dichos fenómenos en una sesión psicoterapéutica, pues además de carecer de un marco teórico de referencia en el cual encuadrarlas, la intensidad de las manifestaciones psicológicas y emocionales de dichos estados le resultaba amedrentadora, pues muchos de sus aspectos amenazaban con socavar su "segura y confiada visión del mundo". Sin embargo, a medida que aumentó su experiencia y familiaridad con estos extraordinarios fenómenos, se le hizo evidente que "eran manifestaciones normales y naturales de los profundos espacios de la psique humana", pues su aparición posterior a los recuerdos biográficos de la niñez, recuerdos que la psicoterapia tradicional considera deseables y terapéuticos, resultaba una secuencia igual de natural.

Según afirma, sería muy artificioso y arbitrario considerar que lo que seguía fluyendo de la psique tras los recuerdos de la infancia, fuese un proceso patológico. Además encontró que cuando a dichas experiencias se les permitía seguir su curso natural, los resultados terapéuticos trascendían todo lo que había visto hasta la fecha, pues "síntomas complejos que habían resistido meses e incluso años de tratamiento convencional a veces desaparecían tras experiencias como la muerte y el renacimiento psicológicos, las sensaciones de unión cósmica y secuencias que los clientes describían como recuerdos de vidas anteriores"; dado lo cual, concluyó que se trataba de manifestaciones naturales de las dinámicas profundas de la psique humana, cuya emergencia en la conciencia, tradicionalmente vista como signo de enfermedad mental, "podía ser en realidad un esfuerzo radical del organismo para liberarse de los efectos de distintos traumas, simplificar su funcionamiento y sanarse a sí mismo". (6)

Cuenta Grof que cuando intentaba debatir estas cuestiones con sus colegas checos, su reputación científica se veía en entre dicho, por lo que se vio obligado a trabajar de manera aislada hasta que en 1967 se le concedió una beca para realizar una investigación psiquiátrica en los Estados Unidos, donde conoció a Abrahan Maslow y Antoni Sutich, con quienes fundaría una nueva disciplina "que combinaría la ciencia y la espiritualidad e incorporaría la sabiduría perenne que hace referencia a varios niveles y estados de conciencia". Esta nueva disciplina es la Psicología Transpersonal que tras los nuevos enfoques y aplicaciones que están ocurriendo en todas las áreas del conocimiento a partir de los revolucionarios postulados de la física cuántica, está comenzando a suscitar cada vez más interés entre los terapeutas actuales.

Para finalizar, dice Stanislav Grof que tres décadas de estudios detallados y sistemáticos de la mente humana mediante observaciones de estados no ordinarios de la conciencia en los demás y en él mismo, lo han conducido a radicales conclusiones:

 

Actualmente creo que la conciencia y la psique humana es mucho más que un producto accidental de los procesos fisiológicos del cerebro; son reflejo de la inteligencia cósmica que impregna toda la creación. No somos simplemente máquinas biológicas y animales muy evolucionados, sino también campos de conciencia sin límites que trascienden el tiempo y el espacio. En dicho contexto, la espiritualidad es una dimensión importante de la existencia, y ser consiente de este hecho es algo deseable en la vida humana. (6)

Otros trabajos con LSD

 

 

En su interesante y documentado estudio de la "Evolución histórica de los usos del LSD" (5), Asunción Fernández presenta una exhaustiva gráfica con los estudios que encontró año por año entre 1957 y 1994 en el Index Medicus y en la base de datos Medline. Los divide en siete categorías:

1) Farmacología, 
2) experimentación animal, 
3) experimentación psicotomimética, 
4) tratamientos psiquiátricos, 
5) consumo no médico, 
6) complicaciones cromosómicas y 
7) otros tratamientos.

Con respecto a la investigación de los usos terapéuticos de la LSD dice Asunción que se utilizó de dos formas, en terapia psicolítica, con dosis pequeñas que iban en aumento a  fin de romper bloqueos emocionales para acortar el tiempo del psicoanálisis; y en terapia psicodélica, donde se administraban grandes dosis en una o dos sesiones causando un considerable cambio de conducta en el paciente tratado por alcoholismo, estados de ansiedad y también en psicoterapia. "En ambos casos, la administración de LSD era sólo una parte del tratamiento y en los trabajos publicados se insistía en que, sin psicoterapia y rehabilitación, el tratamiento con LSD no tenía valor", dice Asunción. (5)

En 1957 el doctor Humprey Osmond en una conferencia titulada "La farmacología de las drogas psicotomiméticas y psicoactivas", aseguró que la LSD era más que un psicotomimético y un apoyo para la psicoterapia; pues era capaz de producir en algunos individuos insights o penetraciones psicológicas que mejoraban el equilibrio de la persona consigo misma y con el mundo, por lo que, en su opinión, podía utilizarse para comprender las extrañas formas en que opera la mente, así como para explorar temas sociales, religiosos y filosóficos. Él fue el primero en llamar a la LSD psiquedélico, concepto que significa "ampliador y enriquecedor de la visión de las cosas". Esta aseveración animó a muchos psiquiatras a experimentar con la LSD y sustancias afines.

Osmond estaba en contacto con el novelista y filósofo Aldous Huxley, autor de Un mundo feliz, cuyo propósito vital consistía en alcanzar a través de los estados místicos, un conocimiento cósmico y más rico de lo que el hombre, con sus simples circuitos cerebrales, era capaz de conseguir. Huxley había tomado mezcalina bajo la guía de Osmond y creyó encontrar en ella lo que buscaba: una llave para la ampliación del conocimiento y la conciencia. Esto es lo que explicó en Las puertas de la percepción, libro que influyó a toda una generación que se lanzó a experimentar por su cuenta y riesgo. Después de escribir este libro, Huxley probó la LSD, lo que supuso una experiencia más profunda para él y consideró que con esta droga podría alcanzarse una inteligencia mayor, más capacidad de amar y más espiritualidad, por lo que se convirtió en el líder de una revolución cultural que penetró numerosos ámbitos sociales.

Paralelamente, Timothy Leary un profesor de psicología de la Universidad de Harvard, estaba utilizando la psilocibina para conseguir éxtasis religiosos profundos que, según él, ponían en línea directa al hombre con lo divino, y creía que esto iba a revolucionar la psicología. Experimentó con presos en la correccional de Massachusetts, intentando modificar su conducta delictiva con cierto éxito. En los años sesenta, Leary tomó psilocibina con Huxley y ambos promovieron el uso de este psicoactivo entre la élite intelectual y social de la época. A este dúo se sumó entonces el poeta Allen Ginsberg, que introdujo el concepto de "quinta libertad", definido como el derecho de todo individuo de ampliar su conocimiento por medio de las drogas que creyera convenientes. Así, cuando Leary probó la LSD en 1961, también encontró que ésta daba lugar a un viaje mucho más intenso que, desde su perspectiva, producía la muerte del ego, seguida de un renacimiento espiritual.

Entonces disminuyeron sus estudios sobre la psilocibina y aumentaron los relativos a la LSD que ingerían en dosis masivas. Al mismo tiempo aumentó la crítica sobre estos estudios y en 1962 la Universidad de Harvard decidió que las drogas psiquedélicas eran demasiado peligrosas como para utilizarlas en investigaciones no médicas y le dieron un ultimátum a Leary. Él eligió salir de Harvard y fundó entonces la Federación Internacional para la Libertad Interna, cuyo objetivo era convertir a la LSD en un instrumento educativo para alcanzar el conocimiento pleno del individuo y su liberación del control del Establishment, como se llamaba entonces al sistema económico y sociopolítico del Estado.

Los medios de comunicación extendieron las ideas de Leary, que animaba públicamente a los jóvenes a tomar LSD. Él y sus seguidores crearon un culto ritual en torno a este psicoactivo, al que consideraban una resurrección de los trabajos dionisiacos de la antigua Grecia. Decía Leary que todas las religiones poseen su sacramente y el suyo era la LSD. En el contexto de la cultura hippie, él y sus seguidores realizaban espectáculos psicodélicos en teatros ambulantes, llamados Acid Test o pruebas del ácido. En 1965 el gobierno estadounidense prohibió el uso y venta de las drogas psicodélcias al considerarlas un problema de salud pública; para lo cual se basó en los trabajos del Dr. Cohen sobre el supuesto daño cromosómico de esta droga, que luego se demostró que eran falsos.

El número de investigaciones reportadas entre 1967  y 1978, fue decayendo drásticamente. Según autores como Antonio Escohotado y Josep maría Fericgla, la razón está en la dificultad y el peligro que encuentran los investigadores para obtener un permiso de utilizarla con fines científicos "legítimos" tras su inclusión en la Lista I, y según Fernández : "La razón está en el abuso de su consumo que, en ese momento, alcanzó los círculos no médicos", por lo que "comenzaron a hacerse estudios sobre los cambios cromosómicos que el consumo de esta droga supuestamente producía", ya que su prohibición en Estados Unidos se basó en los trabajos de Cohen, un investigador que aseguró que la LSD producía daño cromosómico, hecho que durante esta época demostró ser falso a través de varias y distintas fuentes que lo descartaron con suficiente claridad. (5)

Para quien esté interesado en el uso clínico que se le dio a la LSD, Jonathan Ott cita en su Pharmacoteon (8) a diversos investigadores cuyos trabajos han sido publicados. También está el ensayo de  A. Seva Díaz: "Investigaciones en torno a la utilización de LSD-25 en la terapéutica de las neurosis obsesivas durante los años sesenta" (12), el cual concluye que el abuso de la LSD la apartó "sin suficientes razones" del "arsenal terapéutico" donde se encontraba. Lo cual considera "una pérdida inestimable", y espera que "vuelva, si es posible, a pertenecer al ámbito exclusivamente médico-terapéutico y, más específicamente, psiquiátrico". (12)

Juan Carlos Usó por su parte, es autor de otro ensayo "Sobre el uso clínico de psiquedélicos en España" (15), en el que muestra la magnitud de los estudios, los experimentos y los usos psiquiátricos de diversas sustancias psiquedélicas en la España del franquismo y hace un breve recuento de las tendencias actuales. Respecto a la LSD rescata los trabajos del doctor Ramón Sarró titular de la cátedra de psiquiatría en la Universidad de Barcelona, quien tras tomar parte en un coloquio presidido por Aldous Huxley en los Estados Unidos, decidió a su regreso a España "explorar a fondo la acción del medicamento, tanto desde su punto de vista fenomenológico como psicodinámico y terapéutico". Este maestro, considerado como el impulsor de la Escuela Catalana de Psiquiatría, estimuló el interés de otros colegas suyos como Ruiz Ortega, Martí Tusquets y Gonzáles Monclús de la Clínica Psiquiátrica Universitaria de Barcelona, quienes publicaron sus trabajos en la Revista de Psiquiatría y Psicología Médica de Europa y América Latina.

El autor también da cuenta de los trabajos de Rof Carballo y González Morado en Madrid destacando su observación de que "las alucinaciones observadas con la LSD reproducen con frecuencia imágenes similares a las que Jung y su escuela denominan arquetípicas y que por serlo, han constituido el tema predominante en las representaciones religiosas de las más diversas culturas... lo interesante con la LSD es que, por primera vez, se demuestra de una manera objetiva la producción experimental de imágenes arquetípicas que conscientemente son totalmente ajenas a la mentalidad del paciente" (15)

Después de mencionar los trabajos de Rojas Ballesteros, Rojo Sierra y Seva Díaz en Granada, Usó pasa a adjudicar el cambio de rumbo en las investigaciones con psicodélicos a los medios de comunicación que "en general pusieron todo su empeño en crear una intensa alarma social en torno a su empleo", y por último se refiere a las tentativas actuales de reactivar su investigación auspiciadas por la Escuela Catalana de Psiquiatría. Menciona los cursos que ha organizado Antonio Escohotado a través de la Universidad de Educación a Distancia y las Jornadas de Enteógenos que se han llevado a cabo en Barcelona "con expertos de la talla de Albert Hofmann, Alexander Shulgin, Jonatha Ott y Joseph María Fericgla", de quien ofrece una cita: "Dados los esperanzadores resultados de estas terapias, esperemos que pronto se abran las compuertas del sentido común y nos inundemos todos. En especial nuestros políticos." (15)

 

La Psicología Transpersonal
Los tipos de experiencias transpersonales y la emergencia espiritual según Grof

La palabra "transpersonal" es un neologismo para la experiencia directa de las realidades espirituales. Según lo definen Christina y Stanislav Grof: "Significa trascender el modo habitual de percibir e interpretar el mundo desde una posición de individuo separado o cuerpo-ego". Ambos son co-fundadores -junto con Abrahan Maslow y Antoni Sutich- de la "Psicología Transpersonal", disciplina especializada en las experiencias de este tipo y sus consecuencias.

 

Tipos de experiencias transpersonales

En su libro conjunto La tormentosa búsqueda del ser, los esposo Grof dividen en dos categorías a los "estados que constituyen encuentros personales con las dimensiones luminosas de la existencia". En la primera sitúan las experiencias de "lo divino inmanente" o percepciones de la divina inteligencia expresándose en el mundo de la realidad cotidiana: "Toda la creación, personas, plantas, animales y objetos inanimados, parece estar impregnada por la misma esencia cósmica y luz divina. Una persona en dicho estado, de repente se da cuenta que todo lo que contiene el universo es manifestación y expresión de la misma energía cósmica creativa, y de que la separación y los límites son ilusorios." (6)

 

 Dicen los Grof que las experiencias de la segunda categoría no constituyen una percepción distinta de lo ya conocido sino que revelan un rico aspecto de dimensiones de la realidad que normalmente están ocultas a la conciencia humana y que no tenemos al alcance en el estado de conciencia habitual. Pueden considerarse como experiencias de lo "divino trascendente". Un ejemplo típico sería "la visión de Dios como radiante fuente de luz de belleza sobrenatural o una sensación de fusión personal e identidad con el Dios percibido de este modo". También entran en esta categoría las visiones de distintos seres arquetípicos, "como deidades, demonios, héroes legendarios y espíritus guías". Y otras experiencias más complejas que no sólo incluyen entidades sobrehumanas individuales "sino ámbitos mitológicos completos, como cielos, infiernos y purgatorios, o varios escenarios y paisajes distintos a todo lo conocido en la Tierra". (6) 

Consecuencias de los encuentros personales con las realidades espirituales

Dicen los Grof que para las personas que han tenido algún tipo de experiencia transpersonal, la existencia de lo divino inmanente y trascendente no es fruto de una fe ciega sino un hecho basado en la experiencia directa. Y aseguran también que los estados transpersonales pueden tener una influencia transformativa muy positiva en las vidas de las personas, ya que pueden aliviar distintas formas de trastornos psicosomáticos y emocionales, así como allanar las dificultades en las relaciones interpersonales, reducir las tendencias agresivas, mejorar la autoimagen, aumentar la tolerancia hacia los demás, y mejorar la calidad general de vida:

Entre los efectos positivos a posteriori se produce, en ocasiones, una profunda conexión con otras personas y la naturaleza. Dichos cambios de actitud y comportamiento consecuencia natural de las experiencias transpersonales... La espiritualidad de esta naturaleza, basada en la revelación personal directa, se produce clásicamente en las ramas místicas de las grandes religiones y en sus órdenes monásticas, mediante la meditación, los cantos y plegarias repetitivas, y otras prácticas para inducir dichos estados traspersonales de la mente. Hemos visto en muchas ocasiones que las experiencias espontáneas en las emergencias espirituales tienen un potencial semejante si se producen en un contexto de apoyo y comprensión. (6)

La emergencia espiritual

Christina y Stanislav distinguen entre un emerger y una emergencia espiritual en función de la rapidez y la intensidad de un cambio radical de conciencia que puede experimentar una persona utilizando o no psicoactivos. Para ellos un emerger espiritual se define como "el proceso de despertar espiritual" tan sutil y gradual que prácticamente resulta imperceptible:

"Tras un periodo de meses o años, una persona mira hacia atrás y se da cuenta de que se ha producido un cambio profundo en su comprensión del mundo, valores, normas éticas y estrategias vitales. Este cambio puede iniciarse con la lectura de un libro que contiene un mensaje tan claro y convincente que es imposible ignorarlo. A uno le queda un anhelo por conocer y experimentar más; luego, coincidiendo con ello, el autor del libro visita la ciudad para dar una conferencia. Lo que lleva a la persona a asociaciones con otras personas que comparten su emoción, luego al descubrimiento de otros libros y a asistir a más charlas y talleres. Ha empezado el viaje espiritual..." (6)

Por contraposición, una emergencia espiritual ocurre cuando el emerger espiritual es muy rápido y espectacular "y lo que es un proceso natural puede convertirse en una crisis". 

Variedades de la emergencia espiritual

Según describen los Grof, las personas que sufren tales crisis se ven bombardeadas con experiencias internas que cambian de un modo abrupto sus viejas creencias y su modo de vivir, por lo que sus relaciones con la realidad varían con rapidez. Entre los casos que han estudiado en el decurso de sus prácticas terapéuticas, citan las siguientes experiencias como detonantes de una emergencia espiritual:

- Episodios espontáneos de conciencia unitaria (experiencias cumbre)

- El despertar de la Kundalini

- Experiencias de casi-muerte

- Emergencia de "recuerdos de vidas pasadas"

- Crisis chamánicas

- Despertar de la percepción extrasensorial (apertura psíquica)

- Comunicación con espíritus guías y canalización

- Experiencias de encuentros con Ovnis

- Estados de posesión

- Adicciones (ver más al respecto en Adicción y tratamientos)

La tormentosa búsqueda del Ser fue escrito precisamente con la intención de ayudar a las personas que atraviesan por alguna emergencia espiritual, pero es evidente que también resulta una guía básica para quienes exploramos los estados no ordinarios de conciencia con ayuda de sustancias psicoactivas y sin ellas. (Ver más al respecto en Cartografía de la experiencia psicoactiva)

Christina Grof fundó en 1980 la Red de Emergencia Espiritual para asistir a las personas que atraviesan por tales trances y para formar terapeutas que puedan apoyarlos. Actualmente ha crecido hasta convertirse en una organización internacional que ofrece asistencia terapéutica en diversos países, educación e información para las personas que pasan por un proceso de transformación, así como para sus familias, amigos y profesionales que les rodean.

Para mayor información, contactar con The Spiritual Emergence Network / Center for Psychological & Spiritual Health (CPSH) http://www.cpsh.org/ y leer: Grof, Christina y Stanislav: La tormentosa búsqueda del Ser, Los libros de la liebre de marzo, Barcelona, 1990.

 

La Teoría de Psicosíntesis

720 sesiones con plantas y alcaloides visionarios: los experimentos del Dr. Salvador Roquet

Se cree que desde tiempos inmemoriales los indígenas de la zona de Oaxaca han venido realizando un desahogo semipúblico que los psicoanalistas mexicanos de la época jipi dieron en llamar narcoanálisis: "se le preparaba al paciente una infusión de beleño, peyote, hongos alucinantes y después de beberla, como dice el Fraile Beneficiado de Atenango, Don Hernando Ruiz de Alarcón: 'soltaban la lengua, decían cosas muy peores y dizque luego se confortaban con tal hechicería'." (11) Se supone que la potente mezcla de psicoactivos provocaba algún tipo de catarsis. El bebedor relataba sus conflictos y confesaba todos sus delitos sintiéndose después muy aliviado.

Hace más de 30 años, un psiquiatra mexicano tuvo la extravagante idea de retomar las bases de este tipo de análisis para fundirlas con el conocimiento psicoanalítico de Occidente. Todo comenzó en el transcurso de una velada guiada por la mítica María Sabina. El doctor Salvador Roquet, quien hacía algunos años había realizado diversas labores de salubridad y asistencia pública entre los mixes de la Sierra de Oaxaca, fue iniciado en las técnicas chamánicas que involucraban el manejo de plantas sagradas. Poco después, en noviembre de 1967, en la calle de Monterrey 132, en la Ciudad de México, Roquet llevó a cabo la primera sesión de una nueva terapia que tomaría el nombre de psicosíntesis.

Según sus propias palabras: "No se trataba de repetir lo hecho por diversos y muy respetables investigadores. Se trataba de aprovechar las extremadamente ricas posibilidades que ofrecía la etnobotánica de mi país, asimilando e integrando prácticas indígenas milenarias a la ciencia psiquiátrica moderna, con el respeto que ambas merecen." (11) Se supone que Roquet trabajó con más de 1,700 pacientes, obteniendo una respuesta favorable al tratamiento en un 85% de los casos; cifra que contrasta con el bajo promedio de la psicoterapia clásica y sus altos costos.

Aunque ya antes y simultáneamente algunos psiquiatras como Timothy Leary, Allan Wats, Richard Alpert, John Lilly y Stanislav Grov, habían experimentado con psicodislépticos sintéticos como LSD, ketamina, psilocina y psilocibina, la innovación que introdujo Roquet fue la de usar estos psicoactivos junto con la administración drogas orgánicas: hojas de la pastora (Salvia divinorum), semillas de ololiuqui (Rivea corymbosa e Ipomea violacea); hongos psicoactivos (Psilocybe mexicana, Psilocybe Caerulescens y Stropharia cubensis);peyote (Lophophora williamsii); toloache (Datura inoxia); y ayahuasca (Banisteriopsis caapi o Banisteriopsis inebrians con Psychotria viridis).

Es decir, mientras que sus colegas usaban los alcaloides químicamente sintetizados de estas plantas, el doctor Roquet utilizaba las plantas completas que tienen otros alcaloides menos conocidos (y seguro algunos todavía no descubiertos), administrándolos junto con otras drogas sintéticas como la ketamina y la MDMA, mediante técnicas chamánicas de manejo energético y de grupos. Otra novedad del psiquiatra mexicano fue la introducción de escalas axiológicas, las llamadas Tablas de Hartman basadas en el concepto de amor universal, para cuantificar el avance de sus pacientes en una época en la que todo profesional ortodoxo se había propuesto excluir cualquier juicio de valor de la terapia psicoanalítica o psiquiátrica.

Cada paciente debía acudir a un total de 12 sesiones colectivas al año. El tipo de droga que se le administraba al sujeto cambiaba en cada experiencia, dependiendo de su antigüedad y de sus progresos. Por lo general, todos comenzaban con psicodislépticos "pobres en alucinaciones y ricos en vivencias y asociaciones" como las semillas de ololiuquiy la MDMA; continuaban con los de potencia intermedia como la ketamina que "permiten aflorar vivencias encubiertas", para finalmente acceder a los más potentes en alucinaciones como peyote, ayahuasca, hongos y LSD; justo cuando "el paciente ha logrado cambios de interés en su personalidad y ha adquirido un entrenamiento que le permite una apertura y una posición receptiva en el proceso de la terapia." (11)

Independientemente de las drogas en cuestión, la terapia colectiva se antoja alucinante por sí misma. Las sesiones tipo maratón ¡duraban 22 horas en promedio! 22 horas en las que un grupo heterogéneo de 15 a 35 pacientes cuyas edades fluctuaban entre los 15 y los 80 años, lograban una especie de catarsis colectiva con ayuda de un visionario y la guía de Roquet y sus asistentes.

Se supone que "viajes trascendentales y místicos" eran la pauta común y ello posibilitaba "el logro del amor del paciente con el mundo externo y con él mismo y la consecución de ese amor: la relación armoniosa del hombre con sus semejantes y consigo mismo..." según Roquet, al final de cada sesión: "la emotividad y la sensibilidad son extremas en tal forma que hacen experimentar el amor como condición esencial para la vida, y por lo tanto, como meta y objetivo a alcanzar en ésta... el emerger del amor será entonces vivenciado, y concientizado como objetivo único del vivir, de uno, de dos y de todo ese conglomerado que es en sí está humanidad." Estas aseveraciones están plenamente respaldadas por los testimonios de muchos pacientes que relataron excursiones psíquicas como estas:

[...] me di cuenta de un hecho insólito, sentía que a pesar de no ser una entidad definitiva y de estar cambiando a cada instante, formaba parte de una energía y de un plan que se había fraguado en algún lugar del universo y esa energía, estaba trabajando en mí, moldeándome, amasándome, convirtiéndome en átomos y moléculas sueltas que se volvían a unir, produciendo diferentes sustancias... (11)

[...] yo tenía ante mí dos universos, dos poderosas tentaciones y me era dado elegir entre ambas: la primera, mi hermosa, segura y tibia cápsula a través de la cual yo podía contemplar la segunda: el espacio abierto, libre, infinito y atractivamente luminoso. Llegado el instante no dudé en elegir. No me sedujo la tibieza y la sobreprotección y di un paso hacia la luz y elegí voluntariamente la vida, me decidí a nacer por mí mismo y contraje entusiasmado y lleno de orgullo el maravilloso privilegio de ser hombre... (11)

Con base en todas estas experiencias, Salvador Roquet y Pierre Fraveu desarrollaron una auténtica tesis filosófica sobre la razón de ser del humano en este planeta que bautizaron como "teoría de la personalidad en la terapia de psicosíntesis". Esta teoría postula que la energía universal, el prana de los vedas, existe innegablemente y por lo tanto, el hombre como manifestación de esa energía es inmortal. Amor, dios y energía universal son un mismo concepto y los problemas mentales, especialmente la neurosis, se reducen a problemas de amor, "amor que es energía, vida y salud... el no logro del amor, el no poderlo alcanzar, realizar, implica por lo tanto enfermedad."

Otros problemas mentales se derivan de la no aceptación de la muerte y del anhelo de subsistir. "El hombre es presa de la angustia existencial y este miedo a morir lo conduce al miedo de vivir, porque el vivir lo expone al morir". Debido al miedo y a la falta de amor "el ser humano tratará; de eludir el sufrimiento y el dolor, pretensión que lo llevará a querer no sentir o por lo menos disminuir su sentir, bloqueando o limitando su sensibilidad; pero al bloquear ésta, se está deteniendo una de las dos ramas o raíces del origen del amor y por lo tanto éste es limitado en su desarrollo, distorsionándolo e impidiéndolo." (11) [Ir a las "Conclusiones" completas, último capítulo del libro de Salvador Roquet y Pierre Favreau: Los alucinógenos: de la concepción indígena a una nueva psicoterapia]

Roquet mantenía la hipótesis de que existen cuatro niveles posibles de experiencias con psicoactivos visionarios. En el primer nivel, el más superficial, se tienen distorsiones perceptivas menores; en el segundo nivel se puede lograr cualquier estado místico profundo descrito en la literatura o simplemente escapar de los problemas propios con fantasías placenteras, pero independientemente de cual sea el contenido de la experiencia, no dará como resultado ninguna reorganización de la personalidad y no suele desembocar en una intuición o conocimiento verdadero y por el contrario, parece preservar la estructura adaptativa de la psique. El tercer nivel es el de la ansiedad existencial y suele verse acompañado por recuerdos de la infancia, la sensación de una confrontación inminente con la muerte y una catarsis intensas. El cuarto nivel es el más profundo y se caracteriza por experiencias de muerte y renacimiento donde la personalidad queda totalmente detenida, se pierden todos los puntos de referencia anteriores y se produce una reorganización profunda.

Según Roquet sólo en este último nivel tienen lugar experiencias verdaderamente místicas o que transforman realmente la vida. Es por eso que alcanzar experiencias del cuarto nivel se consideraba básico para una terapia con éxito y constituía el objetivo de la psicosíntesis: "sintetizar una personalidad sana mediante las cualidades integrativas de dichas experiencias". (1)

¿Qué resultó de todo esto? En 8 años de trabajo, se realizaron 720 sesiones con notables e inusuales índices de éxito dentro del marco de la psicología y psiquiatría contemporáneas que concluyeron abruptamente en agosto de 1974, cuando la clínica del doctor Roquet fue clausurada por las autoridades mexicanas con lujo de violencia. El doctor y sus colegas fueron acusados de provocar cuatro casos de psicosis en el transcurso de sus terapias psicosintéticas con enteógenos. Roquet y sus colegas dijeron al respecto:

Uno de estos casos, supuestamente hospitalizado en estado grave de psicopatología, salió de su casa con sus cinco hijos sanos y alegres, para manifestar que su último disco de clavecín acababa de grabarse y salir al mercado. Gracias a Dios... en cuanto a los otros tres, efectivamente psicóticos, -que fueron traídos por sus familiares con la desesperación debida- se trata de casos de psicosis crónica, anteriormente diagnosticados, tratados sin ningún resultado y abandonados por eminencias (toda proporción guardada) de la psiquiatría. Pudimos curar a uno y mejorar a otro. Para el tercero, tenemos que reconocerlo, nuestra terapia no fue más efectiva que la de nuestros estimados colegas. (11)

El asunto fue tan sonado que el doctor y sus colaboradores fueron a dar a la Cámara de Diputados. Durante una de las comparecencias, un grupo de psiquiatras y terapeutas estadounidenses manifestó al gobierno mexicano que "si al Dr. Roquet se le da libertad para continuar con sus exitosas terapias e investigaciones, con psicodislépticos, la Ciudad de México bien podría convertirse en la capital psicoterapéutica del mundo." Al doctor no se le dio la oportunidad. Su clínica fue definitivamente cerrada y existe la gran duda sobre qué hubiese pasado si la psicosíntesis hubiese cobrado carta de naturalización entre los mexicanos...

Uno de sus discípulos, el estadounidense Richard Yensen, dice de él en el prólogo de su biografía:

Salvador era notable por su aliento, por su sinceridad, por su valor y por su sabiduría. Era filósofo y médico, clínico genial, humanista y sinérgico, que podía combinar muchos niveles de estimulación tan diestramente como un arquero Zen parte en dos con su segunda flecha la primera que lanzó. Salvador estaba profundamente preocupado por el bienestar de los seres humanos sin importar sus diferencias raciales, étnicas y religiosas y podría comunicar este interés en una forma profundamente elocuente, motivada a todos los que se molestaban en escucharlo… Las técnicas desarrolladas por Roquet son revolucionarias más allá de los estrechos confines de la psiquiatría y la psicología: son un tratamiento para el corazón y el alma del paciente, no sólo para su mente. (18)

Yensen, profesor e investigador de prestigiadas universidades estadounidenses como Harvard y Maryland, miembro de la Asociación Americana de Psicología, de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia y de la Academia de Ciencias de Nueva York, fue uno de los especialistas que testificó en favor de Roquet ante el Tribunal Superior de Justicia de México y la Cámara de Diputados. Gracias a sus testimonios y los de otros colegas suyos, así como los de varios pacientes de Roquet, finalmente fue liberado después de cumplir nueve meses de prisión, aunque nunca más pudo volver a llevar a cabo una práctica libre y abierta con los psiquedélicos.

En otra obra suya, dice Yensen:

Considero a Roquet un clínico genial, controvertido y a menudo incomprendido, lo cual es de lamentar porque gran parte de su trabajo era de naturaleza tan avanzada que ha sido objeto de las peores distorsiones en la prensa popular, y hasta hoy en día es poco comprendido, incluso entre los investigadores psiquedélicos. Sin embargo, estoy orgulloso de haber tratado a este hombre como colega, amigo y maestro. (19)

(Ir a las "Conclusiones", último capítulo del libro de Salvador Roquet y Pierre Favreau: Los alucinógenos: de la concepción indígena a una nueva psicoterapia)

[*Tip para cualquier estudiante de psicología o psiquiatría que quiera titularse haciendo una tesis interesante y de utilidad pública: las 720 sesiones están grabadas en cintas magnetofónicas y, junto con el archivo correspondiente a 1,700 pacientes, constituyen un material de investigación bastante rico.]

 

 

Terapias experimentales
Richard Yasen: la Terapia Perceptual Afectiva y la Medicina Psiquedélica

 

Richard Yensen es uno de los contados científicos que tiene licencia oficial para estudiar sustancias psicoactivas en la actualidad. Recientemente ha escrito Hacia una medicina psiquedélica, un libro donde relata el resultado de sus principales estudios y a la vez ofrece una síntesis panorámica de los trabajos anteriores de otros de sus colegas en el mismo campo.

Yensen es doctor en psicología y fue discípulo de Salvador Roquet gracias a lo cual tuvo oportunidad de asistir a algunas veladas con hongos dirigidas por la chamana mexicana María Sabina, quien según sus palabras, "fue capaz de trascender barreras culturales y lingüísticas" para influir profundamente en su concepción del esfuerzo curativo:

 

Mis intercambios con ella abrieron mi consciencia sobre el papel sanador del chamán y la importancia de la ceremonia, la fe y la dignidad del proceso de acompañar a la gente a lo largo de su viaje psiquedélico. Mi aprecio por María Sabina me ha conducido a explorar el chamanismo que considero el paradigma más importante para utilizar los psiquedélicos ya desarrollados por los seres humanos. (19) (Ver más al respecto en el apartado de "hechos interesantes" de la página de hongos psicoactivos)

Yensen también ha sido colaborador de Snanislav Grof a quien reconoce como el aportador de un paradigma excepcional para entender las experiencias con psicoactivos dentro del pensamiento científico occidental, sin embargo dice que su visión holotrópica refleja una perspectiva demasiado optimista de los mecanismos intrínsecamente curativos liberados por medio de los estados modificados de consciencia, perspectiva que él no comparte del todo:

Por un lado, la modalidad de terapia holotrópica no se centra directamente en las resistencias, sino que, por el contrario, se basa en los propios efectos de un estado modificado de consciencia para erosionar la resistencia y la defensa, lo que conduce a una actitud que contempla los psiquedélicos como intrínsecamente terapéuticos: si no se produce la resolución del problema psicológico en una sesión, entonces está indicada otra. Se trata de una formulación valiosa, puesto que permite que evolucione y se desarrolle la relación terapéutica, pero es débil ya que ignora la posibilidad de un punto muerto en el proceso curativo y en consecuencia, no se subraya la necesidad de habilidades terapéuticas para interpretar el material surgido a partir de una sesión psiquedélica. (19)

Preocupado por la eventual posibilidad de estos "puntos muertos" dentro del proceso terapéutico y buscando cómo trasponerlos, Yensen ha desarrollado sus propias aportaciones resumidas en la Terapia Perceptual Afectiva (TPA) y englobadas en lo que él denomina la "medicina psiquedélica". 

Terapia Perceptual Afectiva

Al observar que en otras culturas el chamán suele utilizar percusiones y cantos para producir y trabajar con estados modificados de conciencia, Yensen, como Roquet, también decidió utilizar las herramientas tecnológicas dentro de sus propias terapias para modificar el sensorium, descrito como "un espacio en el que ubicar la conciencia". Mediante un ordenador que controla un equipo audiovisual que en ocasiones está conectado con diversas pantallas a la vez, Yensen utiliza "la capacidad para disolver el tiempo y el espacio mediante el uso de imágenes y sonidos apropiados para comunicar con el mundo afectivo". (19)

Por medio del acceso, a veces aleatorio, a grandes bancos de información audiovisual contenidos en CD ROM, durante la TPA le es posible contar con una amplia colección de música clásica, afectos de sonido, música folklórica, étnica, contemporánea y demás, en conjunción con la proyección de diapositivas y películas dentro de la misma sala de terapias.

El objetivo de esta modificación de los estímulos sensoriales consiste en "mejorar la rememoración de recuerdos reprimidos y aumentar la intensidad de los sentimientos asociados". Según explica el propio Yensen:

Los estímulos del entorno se seleccionan para intensificar y establecer un paralelismo con los sentimientos e ideas expresadas por la persona cuando ésta hace libres asociaciones. El profesional escucha el componente afectivo de la comunicación y lo imita en la selección de estímulos. Este método crea un campo perceptivo que complementa, y por tanto, amplifica los sentimientos. El utilizar el entorno de este modo también parece facilitar la emergencia de material transpersonal integrativo de profundos ámbitos de la psique. Al seleccionar música e imágenes con sensibilidad adecuada es posible entablar un diálogo con el inconsciente de alguien en sus aspectos creativos e integrativos, así como en los desintegrativos. El diálogo ahonda la relación y aumenta la transferencia. (19)

Yensen ha explorado el uso de este sensorium o entorno audiovisual como instrumento para mejorar la relación terapéutica de siete modos básicos y complementarios:

1) como modo de producir un estado modificado de conciencia y modular su intensidad;
2) como instrumento de diagnóstico proyectivo que emplea multitud de estímulos ambiguos;
3) como modo de explorar mecanismos de defensa de la persona;
4) como instrumento para provocar o amplificar una experiencia o emoción particular;
5) como modo de proveer y facilitar un entorno de apoyo en el que una experiencia ya liberada pudiera desplegarse y desarrollarse de otros modos con mayor profundidad;
6) como modo de definir un entorno especializado en el que se favorezca una liberación afectiva intensa; y
7) como medio de facilitar la emergencia de material preconsciente e inconsciente, incluso en individuos que se resisten.
 (19)

La TPA pone énfasis en la integración del conocimiento y de las intuiciones interiores que se producen durante un estado modificado de conciencia, ya que algunas experiencias son lo suficientemente intensas por sí mismas como para provocar y elaborar una reorganización de la personalidad, "si se permite al paciente integrar las experiencias sin que se vean acompañadas de una inflación o deflación narcisistas". La clave está en que la persona sea "capaz de aceptar la experiencia directa del material del inconsciente colectivo sin sentirse separado de los demás, ni insignificante frente a las cualidades sobrecogedoras y desbordantes de la experiencia". (19)

 

Medicina Psiquedélica

Richard Yensen propone crear una nueva disciplina, la Medicina Psiquedélica, cuyo fin sea estudiar las drogas psiquedélicas y que a la vez sirva "como antídoto al efecto cegador de la represión oficial sobre la investigación y al reduccionismo opresor de las especialidades actuales". Desde su perspectiva, este nuevo campo de estudio debe ser interdisciplinar y no una simple especialización de la medicina académica:

Con el fin de estudiar de un modo adecuado estos compuestos únicos y poderosos, propongo una síntesis de los múltiples campos académicos reunidos en una nueva disciplina que pueda abarcar la práctica clínica, la investigación y el estudio relacionados con el uso de las substancias psiquedélicas como medicamentos. Medicina psiquedélica parece el nombre más apropiado y descriptivo para esta nueva disciplina cuyo centro es "el estudio de cómo el uso adecuado de los enteógenos puede ser de continuo beneficio para la humanidad"... El propósito es estudiar los efectos de las substancias psiquedélicas o enteógenas, sean naturales o sintéticas, sobre la conciencia humana de modo interdisciplinar. Los estudiosos de este campo examinarían los efectos con todos los medios disponibles. (19)

Este investigador y pionero de la medicina psiquedélica advierte que no es realmente nueva sino que se trata de la resurrección actual de una antigua disciplina, ya que proviene del conocimiento de las raíces históricas de la terapia enteógena practicada por los sanadores nativos de América y de otros pueblos, los chamanes:

Esta investigación debería llevarse a cabo con una óptica abierta y la consciencia de que estos compuestos han sido considerados sagrados a lo largo de la historia, lo cual puede parecer poco científico a primera vista. No obstante es muy importante puesto que las lecciones de la historia y de la antropología nos han trasmitido que sólo las culturas capaces de mantener esta posición respetuosa han hecho un uso eficaz de los psiquedélicos. (19)

El objetivo de la medicina psiquedélica, según lo describe Yensen, sería el de:

Ayudar a los individuos a que descubran el sentido de su existencia, lo cual produce una sanación emocional complementaria a la sanación física que puede ofrecer la terapia tradicional. La medicina psiquedélica, al dirigirse a la historia completa de la vida del paciente como contexto significativo para la sanación, es básicamente holística en su teoría y en su práctica. Intenta producir la armonía más profunda posible entre la mente, el cuerpo y el espíritu y, ya que tiene un alcance más amplio sobre la naturaleza humana, la medicina psiquedélica es a menudo útil en los momentos en que los remedios de la medicina alópata se han agotado y el pronóstico es terminal. (19)

Dice Yensen que para aceptar la Medicina Psiquedélica hace falta un cambio de paradigma en la ciencia:

Se entiende por paradigma el marco de referencia que organiza el proceso de pensamiento y que orienta de manera hermética la percepción de los investigadores en el campo definido por este paradigma. Por esa razón, el paradigma mismo sólo puede ser apreciado de manera clara cuando es sustituido por otro, generalmente más global. Hasta que se produce una ruptura epistemológica, el principio totalizador no puede ser visto o cuestionado en forma definitiva… (15)

Y asegura también que lo que le ha faltado al enfoque científico occidental al estudiar los psiquedélicos "es el asombro y humildad necesarios para enfrentarse a una dimensión completamente nueva" en el estudio de la mente y de la conciencia humanas:

El asombro, la maravilla y la libertad mental, la descripción a corazón abierto de las experiencias humanas de todas las partes implicadas en el viaje psiquedélico a la cualidad de la mente del principiante, es lo que debe utilizarse para iniciar un nuevo estudio científico de la conciencia... Estos conocimientos nos conducirán, a su vez, al desarrollo de unos instrumentos analíticos y a unos nuevos métodos de investigación que reflejen y mejoren el detalle del cuadro emergente de la humanidad y su relación con el cosmos. (19)

 El trabajo de Richard Yensen y sus colegas con MDA
En el Maryland Psychiatric Research Center, se hicieron una serie de estudios con LSD como complemento terapéutico en casos de alcoholismo, adicción a los narcóticos, neurosis, depresión y ansiedad en pacientes terminales afectados con cáncer. No obstante, encontraron que esta sustancia, aunque prometedora, no era para todo tipo de pacientes y requería un entrenamiento especializado por parte de los terapeutas. Además "la desafortunada fama de la LSD, fruto del abuso de la sustancia y los controvertidos informes sobre sus falsos peligros, empezaron a crear dificultades a la hora de poder tener pacientes dispuestos y alteraron de un modo desfavorable las expectativas de éstos". Y esta situación condujo a las investigaciones del Maryland Psychiatric Research Center (MPRC) a "la búsqueda de otros compuestos que pudieran poseer alguna de las ventajas terapéuticas de la LSD y que carecieran de sus desventajas". (19)

A Yensen y su equipo les llamó la atención un trabajo piloto de Claudio Naranjo y sus colegas con MDA, quienes informaron que este psicoactivo podía ser útil como complemento en psicoterapia porque provocaba "el aumento de los efectos del insight y de los sentimientos, en dosis de 40 a 150 mg en un entorno adecuado". Naranjo sugería que el MDA podía proporcionar el impacto terapéutico de la LSD disminuyendo drásticamente las distorsiones de la percepción y las reacciones de pánico. Según relata Yensen, estas observaciones le condujeron a estudiar el MDA junto con otros de sus colegas del MPRC.

La investigación se llevó a cabo con 10 pacientes externos diagnosticados como "neuróticos" a los cuales se les trató con psicoterapia asistida con MDA. Estas son las cuestiones que se plantearon al comenzar:

a) ¿Puede el MDA y la terapia breve intensiva producir una mejora significativa en la población neurótica ambulatoria) 
b) ¿Puede el 
MDA ser administrado a esta categoría de pacientes de forma ambulatoria sin reacciones adversas? 
c) ¿Cuáles son las relaciones de las respuestas a las dosis a esta substancia cuando se utilizan como complemento terapéutico? 
d) ¿Son los resultados, si se dan, estables en un periodo de seis meses?
 (19)

Los diez pacientes fueron tratados durante un periodo de 2 a 6 meses como pacientes externos. A lo largo del tratamiento, cada paciente recibió entre 2 y 4 administraciones de MDA. La dosis inicial en todos los casos fue de 75 mg y a juicio del terapeuta se iban incrementando hasta un máximo de 200 mg. El máximo de horas de terapia por paciente fue de 75 y la duración media de las sesiones en las que se administraba la sustancia fue de 8 horas. Se obtuvieron valoraciones psicométricas antes y después del tratamiento y a los seis meses de haber terminado se realizaron de nuevo valoraciones de seguimiento.

Todas las sesiones se llevaron a cabo en una zona de tratamiento especialmente decorada, contando con equipo de sonido: "Estas habitaciones se habían diseñado para proporcionar una cálida atmósfera casera con un sofá en el que los pacientes podían estirarse. A éstos se les alentaba a ponerse un antifaz durante el tiempo, algunas horas, que duraban los efectos más intensos". Se ponía música, especialmente seleccionada "para proporcionar un apoyo no verbal, continuidad y para mejorar la experiencia global del paciente". Siempre estaban presentes dos especialistas, el terapeuta principal y el coterapeuta, de sexo opuesto, "para proporcionar a los pacientes la oportunidad de proyectar y relacionarse con los dos sexos, cuando estaban en un estado modificado de conciencia". Los terapeutas llevaban ropa informal "para fomentar un ambiente abierto, relajado, y para mitigar la distancia interpersonal". Después de la sesión el paciente era confiado a un pariente o amigo que lo acompañara a casa.

Yensen, Di Leo, Kurtland y asociados, encontraron que la MDA fue "bien tolerada sin que se observaran complicaciones importantes o efectos secundarios". A los seis meses de finalizar la terapia, se pedía a cada paciente que regresara al centro para entrevistas de seguimiento que se llevaban a cabo por dos miembros del equipo y un asistente social independiente. Las escalas de valoración medían el ajuste interpersonal, el ajuste residencial y el ajuste laboral.

De acuerdo a la valoración global de los investigadores, los resultados:

Revelan un número de coincidencias confirmatorias entre las escalas de puntuación clínica y los test psicométricos en el sentido de un funcionamiento mejor después del tratamiento. El análisis de los datos indica que los cambios en la personalidad, fruto del empleo de esta modalidad terapéutica son, en conjunto, duraderos durante un periodo mínimo de 6 meses. [...] Desde un punto de vista clínico, se obtuvo la impresión de que la psicoterapia y el uso complementario de MDA parecían facilitar la mejora de dichos pacientes. La observación se veía apoyada por una significativa reducción en las puntuaciones de las evaluaciones psicométricas que miden la depresión, la ansiedad y los rasgos obsesivo-compulsivos. También eran alentadoras las medidas que valoraban la sensación de bienestar y la autorealización. (19)

Yensen realiza además algunas valoraciones personales sumamente interesantes en sus notas clínicas donde hace referencia a los cambios observados con MDA en dosis bajas y en dosis altas, así como las diferencias y similitudes que encuentra con respecto al uso de LSD:

Nuestra experiencia inicial con dosis bajas confirma la observación de C. Naranjo en el sentido de que sale a la palestra material de la historia personal del paciente durante un periodo de acción de la substancia. El revivir experiencias de la infancia parece tener una calidad única bajo los efectos del MDA. Además las funciones del ego restan intactas y proporcionan un sentido de perspectiva que a veces falta en el mismo tipo de experiencia bajo los efectos de otros psiquedélicos (LSD o DPT). El paciente mantiene a la vez una conciencia de la realidad presente y del hecho de que se trata de una experiencia del pasado. Los pacientes son capaces de utilizar este nivel de dosis para una amplia exploración de los orígenes históricos personales que se plasman en los rasgos de personalidad actuales. Con menos frecuencia los pacientes experimentan alguna visión simbólica o arquetípica que describe sus conflictos en un nivel más abstracto y universal. Con menor frecuencia aún se informa de algunas experiencias cumbre, normalmente tras confrontar y trabajar en un área de conflicto. El nivel de dosis baja exige la máxima motivación del paciente y una mínima resistencia para llegar a estos efectos, tal vez adecuadamente descrita por la afirmación de que, en este nivel de dosis, el MDA parece invitar a la exploración interior en contraste con la LSD que la exige. (19)

Por el contrario, dice Yensen que las dosis altas de MDA parecían, al menos externamente, idénticas a dosis altas de sesiones con LSD:

Los pacientes tenían la tendencia a estar más absorbidos en el despliegue de las experiencias internas, menos verbales, y eran más propensos a catarsis internas. Se informaba con más frecuencia de visiones y las experiencias místicas trascendentales aumentaron en frecuencia e intensidad [...] Por regla general se observó que los pacientes podían ser llevados suavemente a estados modificados de conciencia con un aumento progresivo de dosis de MDA. Utilizado de este modo, se observó que el MDA facilita una transición más suave, de menores a mayores efectos psiquedélicos. A este respecto, debemos considerarlo como una ayuda útil para enseñar el arte de "soltarse" o "perder el control", habilidades que son necesarias para recuperar material normalmente excluido de la conciencia. Los pacientes neuróticos de este estudio, que podían ser susceptibles a reacciones de pánico con el uso de una substancia como la LSD, no experimentaron ninguna. En resumen, el MDA parece ser muy adecuado para la facilitación del insight terapéutico sin efectos perturbadores [...] cuando se aplica en el contexto descrito. (19)

Los Intensivos de Ann Shulguin y Audrey Fenn Redman con MDMA, 2-BC y Mezcalina
En los voluminosos libros PHIKAL y THIKAL, escritos por los esposos Shulguin, Alexander que es químico, enseña cómo sintetizar varias drogas psicoactivas y Ann que es terapeuta, enseña cómo utilizar algunas estas drogas en el contexto de la psicoterapia.

Ann se había especializado en "guiar intuitivamente" experiencias con MDMA (éxtasis) para ayudar a las personas a esclarecer sus problemas, cuando conoció a la psicóloga Audrey Fenn Redman en 1980. Audrey tenía un problema personal con su "sombra" (en términos de la psicología jungiana) y Ann le ayudó a resolverlo con ayuda de la MDMA.

Tan convencida quedó la psicóloga de la utilidad de este psicoactivo, que le ofreció a Ann que trabajasen juntas como co-terapeutas para realizar "Intensivos" de 6 horas con personas a quienes previamente había tratado Audrey por lo menos 6 meses antes en psicoterapia convencional.

En el capítulo 14 de THIKAL Ann describe con lujo de detalles su primer Intensivo con Audrey para dar una pauta a todos los terapeutas interesados en experimentar por su cuenta y riesgo con este psicoactivo, cuya posterior inclusión en la Lista I de sustancias prohibidas a nivel internacional, no ha truncado sus excelentes perspectivas como agente terapéutico, sino que las ha marginado a la clandestinidad.

Dan, fue el paciente del primer Intensivo Shulguin-Fenn. Estos son los antecedentes de Dan, según Audrey se los resumió a Ann:

 

Es un ingeniero próximo a los cuarenta años y trabaja como resolvedor de problemas de una gran compañía con varias sucursales en todo el país [Estados Unidos]. Tiene que volar muchas veces. Hace unos meses me dijo que estaba teniendo problemas con sus piernas cada vez que tenía que tomar un avión, y que nunca antes había tenido este tipo de problemas. De hecho se puso tan mal que finalmente tuvo que pedirle a su médico que le prescribiera un analgésico. Me preguntó si esto tenía que ver con lo que estábamos trabajando en la terapia... Su primera queja fue una leve depresión crónica que lo había acompañado por años, con un par de ataques de pánico que reclamaron su atención. Eso fue lo que lo llevo a buscar un terapeuta para tratar de controlar lo que le estaba pasando... Hemos trabajado alrededor de siete meses. No hay nada espectacular en su pasado; en términos generales proviene de una familia grande de clase media de Pensilvania, adoptó el pensamiento paramilitar de su padre, ya sabes, emoción es debilidad, un verdadero hombre no deja ver sus sentimientos, y cualquier atención al funcionamiento de tu propia mente o psique es una tontería autoindulgente. El tipo de gente que consulta a un psiquiatra sólo cuando algún miembro de la familia corre desnudo por la calle principal gritando que los marcianos lo persiguen... Estábamos trabajando muy bien, particularmente acerca de la relación con su padre... que es director de una escuela primaria... Y entonces, hace unas ocho semanas, comenzó el problema con sus piernas... y este asunto está comenzando a afectar su trabajo porque, como te podrás imaginar, se está poniendo renuente para tomar un avión, y su trabajo depende en gran parte de su disponibilidad de volar... Él dice que siente que hay algo empujándolo por dentro y que el dolor de las piernas es una manera que tiene su inconsciente de llamar su atención... No hemos podido encontrar nada seminal respecto a sus piernas durante su infancia... Y es por eso que pensé que tal vez podríamos probar con la MDMA para ver si hay algo allí abajo que pueda ser sacudido y aflojado... (14)

Dan recibió 120 miligramos de MDMA y se le ofreció un suplemento de 40 miligramos más que podría tomar una vez alcanzado el punto máximo de los efectos en caso de que quisiera prolongarlos durante una hora más. Dan tomó la MDMA salió fuera a esperar que le hiciera efecto. Cuando sintió algo diferente, entró a recostarse en un sofá, siguió las instrucciones sencillas de Ann para sumergirse en su inconsciente, y cuando Audrey le preguntó cómo estaban sus piernas, de pronto Dan se sentó con los ojos bien abiertos y exclamó "¿Cómo pude haberlo olvidado? ¡Cómo pude!" Ann y Audrey le pidieron que les relatara lo que recién acababa de recordar y esto fue lo que él les dijo:

Puedo verlo pasar justo enfrente de mí, como si hubiera pasado sólo hace unos minutos... El techo cayó... Sin ninguna advertencia. Estábamos sentados allí y el techo cayó sobre nosotros... Era segundo grado... Estaba atrapado debajo de mi escritorio; mis dos piernas estaban atrapadas; no podía sacarlas. Recuerdo que estaba ahogándome en el polvo blanco. Había llantos por todos lados. Creo que yo también estaba llorando. Lo siguiente que supe es que estaba afuera en el patio, y nuestro maestro nos estaba formando -diciéndonos que nos calláramos, que todo estaba bien- y puedo ver el collar amarillo del niño enfrente de mí en la fila. Había rastros de sangre en el collar, y yo estaba viéndolo fijamente sin pensar en nada, simplemente haciendo lo que el maestro nos decía. Creo que estaba en shock o algo. No puedo imaginar cómo llegué allí afuera. Sí, recuerdo que estaba preguntándome '¿Cómo salí? ¿Cómo logre sacar mis piernas?' Todo lo que puedo recordar era estar en el suelo, con mis piernas adoloridas. Nada más, hasta que me encuentro allí mismo, parado en la fila... En todos estos años, desde segundo de primaria, no lo había recordado, ¿Cómo pude olvidar algo así, tan horrible, tan aterrador? ¿Cómo puede ser que algo como esto simplemente desapareciera? (14)

Dan se recostó de nuevo en el sofá y continuó reviviendo escenas posteriores:

Tengo un vendaje en mi cabeza... Puedo oír la voz de mi madre. Estamos en la mesa. Estamos cenando con mi padre - mi padre era el director de esa escuela y eso era una cosa terrible para él también, ese techo cayendo sobre nosotros. Y mi madre está diciendo: 'Vamos a olvidar todo lo que pasó el día de hoy. No hablaremos nunca acerca de esto, ninguno de nosotros. Ni ustedes niños' -mi hermana estaba sentada junto a mí, lo recuerdo- 'ni su papá, ni yo. No se gana nada con estar hablando de esto una y otra vez. Después de hoy será como si nunca hubiera pasado. Todo estará bien, si sólo lo dejamos fuera de nuestras mentes.' (14)

Dan recordó palabra por palabra la programación infantil de su madre durante su niñez y continuó relatándoles a Ann y Audrey los detalles de su trauma original gracias a su memoria recién abierta por intervención de la MDMA. Las co-terapeutas le hablaron acerca de la tremenda energía de los recuerdos suprimidos que permanece en la psique y en el cuerpo; y Dan se dio cuenta de la importancia de expresar sus emociones y sentimientos abiertamente, pues si hubiese hablado de aquella caída del techo una y otra vez, hasta agotarse y aburrirse del tema, habría liberado poco a poco la energía del miedo, la sensación de estar atrapado, el shock, el enojo, la impotencia y todo lo que sentía, hasta que todo aquello se hubiera disipado.

Según cuenta Ann, después de esta sesión en la que Dan recordó esto y pudo asimilarlo, la próxima vez que se subió a un avión ya no experimentó ningún dolor en sus piernas y poco después Audrey lo dio de alta y no hubo necesidad de que volviera a tomar MDMA: "Ni él lo pidió, ni nosotras lo sugerimos. Le abrió lo que necesitaba ser abierto, y le permitió liberarse de una sutil ansiedad que había sido una presencia constante en su vida durante décadas. Nos dijo que estaba inmensamente agradecido... Después de un año se enamoró de una colega de la oficina principal de su compañía, lo último que supe de él fue que se casó y estaba esperando su primer hijo. Sus piernas nunca más le dieron problemas."

Después del relato de este su primer Intensivo, Ann Shulguin da cuenta de su experiencia terapéutica bajo el sugerente subtítulo de "Reviviendo un antiguo arte":

En los siguientes dos años Audrey y yo desarrollamos nuestra propia manera de hacer los Intensivos. No teníamos ningún modelo conocido (excepto, claro, el de nuestra experiencia conjunta); llegamos a oír de varios (innombrables) otros haciendo trabajos de esta clase, pero ninguno de estos terapeutas están publicando tampoco, así es que no teníamos a nadie a quién pedirle consejo. He de admitir que esto no nos causa ninguna preocupación; estamos desarrollando confianza en nuestras habilidades y creemos que nuestro sistema trabaja excelentemente bien.

Las dos aprendemos con cada sesión... con el tiempo nos hemos dado cuenta de que esta clase de procesos probablemente es tan vieja como la humanidad; es sólo que los antiguos practicantes lo han llamado de otra manera, y han usado las plantas locales que conocían para abrir sus ojos y oídos internos.

Eventualmente todo nuestro trabajo ha consistido en ayudar a nuestros pacientes a confrontar su Sombra (el término usado por Carl Jung) o lado oscuro, que he dado en llamar la Bestia-Superviviente. (14)

Ann explica que esta Bestia-Superviviente es la personificación de todos los impulsos reprimidos desde la infancia. Es la parte del niño que está preocupada únicamente por su propia supervivencia (física y emocional), su confort y su auto-validación. Incluye todo lo que es instintivo, incensurado y "natural". Algunas de estas energías -como el enojo y la frustración- son potencialmente peligrosas para otros y a medida que el niño crece, aprende a ejercer control sobre ellas. Si al niño se le enseña a sentir vergüenza y a verse a sí mismo como "malo", no sólo controlará sus deseos instintivos, sino que eventualmente negará la existencia de esos mismos sentimientos en sí mismo. Moldeada por la aprobación o la censura de parientes, maestros y amigos, esta parte Superviviente, se conforma de sentimientos reprimidos y debido a la culpa, la vergüenza y el auto-rechazo, comienza a asumir la configuración de una Bestia, una cosa oscura terrible, odiosa y temible que hay en el inconsciente, y que éste personifica de acuerdo a su propia iconografía personal (una araña, un demonio, un lobo, un gorila, una bestia, etc.) Dice Ann que:

El crecimiento espiritual eventualmente conlleva a una confrontación con la Bestia-Sobreviviente, que a menudo toma la forma de un animal grande y poderoso. La meta es hacer que el paciente encuentre y conozca a esta bestia escondida, que se mueva hacia ella y sienta su naturaleza. Este peldaño en el proceso es una de las cosas más terroríficas que un ser humano puede confrontar, y requiere gran persistencia e inmenso coraje...

Ninguna persona debe iniciar el trabajo de confrontar su Sombra sin que su terapeuta le advierta por adelantado que lo que verá y sentirá no es toda la verdad acerca de lo que él o ella es, pero sí una parte esencial e importante. Debe haber mucha discusión previa a la ingestión de una droga acerca de la naturaleza y función de la Bestia-Superviviente. El terapeuta debe enfatizar al paciente la necesidad de sentir compasión por el niño inocente que fue para entender por qué y cómo es que ese niño desarrolló ciertos hábitos de comportamiento y respuestas emocionales a su ambiente, en un esfuerzo por sobrevivir en un mundo para el cual el niño no estaba equipado para controlar o lidiar. (14)

Todas estas explicaciones y seguridades deben tener lugar antes de que el paciente tome la decisión final de entrar a trabajar con la MDMA o cualquier droga psicodélica en las terapias intensivas de Ann y Audrey. Ambas encuentran que esta preparación es esencial, ya que sin ella, la sesión puede desperdiciarse, puesto que "cuando el Superviviente oye pisadas fuera de la puerta tras la cual ha estado escondido durante años para que nadie vea su monstruosidad", uno de los resultados puede ser la ausencia total de efectos del psicoactivo o puede haber una erupción de ansiedad intensa que distraiga la atención del paciente.

Según sus apreciaciones, la diferencia entre la terapia jungiana y la que ellas proponen es que no se trata sólo de ver la Sombra y el aspecto que ésta ha tomado para entenderla, sino que sus pacientes son animados a ir más allá y entrar dentro de la figura y mirar a través de sus ojos:

Cuando un paciente tiene éxito en su confrontación deliberada con su bestia y consigue mirar a través de sus ojos, usualmente su primera respuesta es de asombro debido a una inacostumbrada ausencia de miedo. La segunda apreciación, es una franca sensación de satisfacción debido al sentimiento de enorme poder que caracteriza a esta criatura...

Cuando esta parte del trabajo se completa satisfactoriamente, el paciente comienza a aprender a aceptar a esta bestia y a entender cómo tomó forma. Gradualmente, la Bestia-Superviviente comienza a transformarse. Con tiempo y apoyo por parte del terapeuta, el paciente se permite sentir más y más compasión por el niño original en el interior del monstruo, la bestia se va desintegrando lentamente hasta que sólo permanece el niño temeroso. El resto del trabajo es una gradual re-parentización y validación del niño, hasta que es capaz de fundirse con el ser adulto.

El Superviviente, de cualquier manera permanece. Cuando se expone a la conciencia, y se le da respeto y eventualmente un poco de afecto, se convierte en el aliado y protector que inicialmente intentaba ser... (En muchas culturas, este aspecto de la psique, cuando es conscientemente entendido y aceptado, se convierte en un "animal de poder"). (14)

Shulguin y Fenn utilizan MDMA con pacientes cuidadosamente seleccionados y eventualmente, "con ciertos otros que quieren ir más profundamente en su propio interior", prueban con 2C-B y con mezcalina... En su opinión, la MDMA es un "abridor emocional y espiritual", que actúa como verdadera "penicilina para el alma", ayudando al paciente a sentirse seguro, rodeado de amor y capaz de recordar y confrontar cualquier cuestión, por dolorosa o terrorífica que parezca, pudiendo comprenderla e integrarla en su conciencia. La 2C-B por su parte, les parece un "abre entrañas", en el sentido de que "puede abrir las energías más profundas de la mente, y dar acceso a la parte de la persona que se comunica consigo misma a través de imágenes arquetípicas"; mientras que la mezcalina resulta para ellas un "abridor puramente espiritual" que "puede introducir al paciente a un paisaje donde la luz lo inunda todo -gente, plantas y animales- y hay una conexión directa con lo que se llama lo 'luminoso'."

Tanto la 2C-B como la mezcalina se reservan para las últimas sesiones terapéuticas de los Intensivos:

En muchos casos, una única sesión de 2C-B se usó como experiencia final para pacientes que habían trabajado duro y valientemente en los campos minados de sus propias mentes inconscientes. Ellos habían usado la MDMA y el estado de trance para examinar y reconocer sus largamente escondidas programaciones de la niñez, y aprendieron como cambiar lo que necesitaban cambiar. Estaban listos para moverse por sí mismos o tal vez para encontrar nuevos maestros en el camino espiritual.

En dos ocasiones la sesión final no fue con 2C-B sino con mezcalina, que era ilegal. Audrey y yo consideramos que esta es una de las más honorables y respetadas Grandes entre las drogas visionarias. La usamos con dos personas que habían alcanzado profundas transformaciones vitales después de muchos meses de intenso y difícil trabajo. (14)

Dice Ann que para hacer este tipo de psicoterapia, es esencial que el terapeuta se mantenga fuera de toda teoría preconcebida y todo sistema de creencias, ya sea psicológico o espiritual, tanto como pueda:

Su actitud debe ser la de un estudiante conocido una nueva parte del universo, viéndola por primera vez. El paciente es un nuevo mundo, distinto de cualquier otro que haya encontrado previamente, y el terapeuta debe estar listo para aprender el lenguaje simbólico e imaginar peculiar de ese mundo. Tiene que mantener sus ojos y sus oídos abiertos y toda su atención alerta, para que pueda comenzar a vislumbrar las estructuras emocionales y espirituales y las reglas de supervivencia que confieren vida a este único panorama humano. (14)

Estas son las reglas que Ann Shulguin compartió con Audrey y con otros terapeutas que deseen trabajar con MDMA u otras sustancias psicoactivas que estén sujetas a la legislación internacional:

La primera regla es que debes tener la droga al alcance del paciente antes de llegue. Nadie debe ver nunca donde la guardas... Hacer psicoterapia con drogas psicoactivas no es exactamente la corriente principal. Aunque muchos terapeutas lleven mucho tiempo haciéndolo, es algo en lo cual se requiere mucha discreción. Más que discreción. Debe permanecer totalmente secreto, al menos por ahora. Algún día el clima político puede cambiar y podremos hacerlo públicamente, pero no ahora... Así es que cuando tu paciente llegue, tú ya tienes la MDMA en un vaso, y si es su primera vez, le dices que tiene un mal sabor, y que la mayoría de la gente prefiere mezclarla con jugo de frutas. Entonces sirves en el vaso el jugo de frutas que él o ella prefieran, haces la bendición que consideres apropiada y le dices que se lo tome.

La segunda regla es esta: bajo ninguna circunstancia le dejas que se lleve el vaso fuera de la habitación antes de que se la haya tomado... Tiene que tomarla frente a ti y después recoges el vaso y lo lavas... Es un poco de desagradable paranoia, pero es necesaria... De esta manera, nadie puede probar que tú le diste la droga; el paciente puede haber ingerido la MDMA antes de haber llegado contigo...

La tercera regla... Nunca dejamos al paciente atorado en medio de algo importante, no importa qué tan cansados estemos... La mayoría de las veces seis horas serán suficientes; el paciente suele cansarse, y tú comienzas a escuchar repeticiones en lugar de cosas nuevas... Hay que recordarle a todos que deben tomar algo durante la sesión, agua o jugo porque la MDMA puede resultar un poco deshidratante; nadie sale si no está fuera de los efectos por completo, y si hay alguna duda, se ha de quedar toda la noche en el lugar...

Usualmente les digo a mis pacientes que está bien si quieren decirle algo acerca de sus experiencias a alguien cercano, después de que hayamos terminado el trabajo junto, pero que no deben nunca, bajo ninguna circunstancia, decir con quién hizo este tipo de trabajo. (14)

Audrey Fenn por su parte se auto impuso otra regla: "Nunca hablaré del tema de las drogas psicoactivas a un paciente hasta que haya trabajado con él o ella por un mínimo de seis meses -por lo general cerca de un año- y hasta que no sienta que ha completado su trabajo básico en cualquiera que sea su problemática. Al final de este periodo de tiempo, puedo estar bastante segura si tenemos o no un buen candidato, esto es, alguien que pueda aprender y continuar creciendo." (14)

Y esta es la regla final de Ann Shulguin: "Cualquier terapeuta que se comprometa a emprender esta clase de viaje con un paciente... debe ser capaz de sentir amor o algo muy cercano al amor por la persona que está guiando. Debe haber una auténtica preocupación, no un simple interés intelectual por el bienestar del paciente." (14)

Por último, la Shulguin se queja de las leyes que impiden su trabajo -y el de otros terapeutas- con los psicoactivos que están incluidos en la Lista I, donde se ubican las sustancias supuestamente más peligrosas y sin valor terapéutico alguno. Ann dice que suspendió sus terapias para ponerse a escribir y dar a conocer los magníficos resultados que obtuvo:

Ahora puedo hablar acerca de esto, mientras que aquellos que están aún callados, conduciendo secretamente esta clase de sesiones transformativas no pueden hablar, y no pueden compartir sus experiencias ni su conocimiento acumulado hasta que la ley actual, increíblemente equivocada, concerniente a los psiquedélicos y las plantas visionarias sea eliminada de Estados Unidos y de todo el mundo. Hasta entonces, la antigua práctica curativa en su modalidad actual continuará siendo un acto criminal, y la sabiduría ganada de ello se perderá del todo excepto en pequeños grupos de terapeutas y sus pacientes. (14)

 

Terapia bioenergética

Los efectos de los psicoactivos en el campo energético humano según Barbara Ann Brennan

Barbara Ann Brennan se doctoró en física atmosférica y trabajó como investigadora en la NASA. Durante los últimos quince años se ha dedicado a estudiar el campo de la energía humana y a practicar la terapia bioenergética. Es autora de dos libros, Manos que curan y Hágase la luz, que se han convertido en pilares tanto de la nueva medicina como de la literatura New Age.

 

Barbara ha comenzado a demostrar científicamente la existencia de lo que los antiguos textos místicos y esotéricos llamaban el aura humana, mismo que ella denomina el Campo Energético Humano (CEH). Siendo investigadora empezó utilizando diversos aparatos para detectarlo y medirlo y posteriormente desarrolló su propia percepción sensorial hasta lograr ver este campo y distinguir sus diversas capas. De hecho asegura que cualquiera que se lo proponga puede hacerlo mediante ejercicios como los que ella sugiere en Manos que curan.

 

Gracias a sus observaciones, que por cierto coinciden con las de otras personas capaces de ver el aura, ha descubierto que las ideas y las emociones asociadas a dichas ideas presentan determinadas configuraciones específicas en el campo energético del ser humano.

Según explica, los problemas psicológicos y emocionales se manifiestan en el CEH como bloques oscuros o configuraciones aurales de diversos tonos turbios vinculados con el tipo de emociones que se hallen en conflicto, cuyo origen radica en las ideas negativas que mantenga una persona en un momento dado. Si estas configuraciones persisten en el CEH sin resolverse, tarde o temprano ocasionan una manifestación en el cuerpo físico de la persona causando una enfermedad.

Barbara Brennan no suele utilizar drogas psicoactivas pues su especialidad es lo que se conoce como "imposición de manos" o sanación bioenergética. Sin embargo ha podido observar con su elevada percepción sensorial (EPS) que la utilización de fármacos ocasiona cambios significativos en el CEH. En el caso concreto de los psicoactivos, las observaciones de Barbara confirma lo mismo que sostengo en la introducción y las conclusiones de Las drogas tal cual... que su utilización puede ayudar o perjudicar a las personas dependiendo de quién, cómo, cuándo y bajo qué circunstancias las utilice.

De acuerdo a sus observaciones, las personas que se benefician presentan determinadas configuraciones aurales sobre las que ciertos fármacos específicos pueden incidir de manera positiva movilizando la energía y ayudando a deshacer los bloqueos. Sin embargo señala que la enorme mayoría de las veces los psicoactivos sólo "ensucian" el CEH y contribuyen a dificultar la resolución de los problemas personales de los usuarios añadiendo más confusión a sus ya de por sí enfermos campos energéticos:

Las drogas como el LSD, la marihuana, la cocaína y el alcohol son perjudiciales para los brillantes y saludables colores del aura y crean un "moco etéreo", como sucede con la enfermedad...

[Esta figura] muestra el aura de un hombre que se había drogado frecuentemente con LSD y bebía muchísimo alcohol. Su aura tiene una tonalidad parda verdosa oscura. El punto verde sucio que se desplaza hacia abajo y no se liberaba, se relaciona con sus sentimientos de ira, envidia y dolor mezclados sin diferenciar, retenidos. Tengo la seguridad de que si hubiera podido separar estos sentimientos, entender sus fundamentos, expresarlos y liberarlos, el punto se habría fragmentado en tonalidades más claras y brillantes de los colores correspondientes (rojo, verde y gris), para desplazarse a continuación.

 

Sin embargo, debido a la cantidad de contaminación oscura de su campo, este hombre debía hacer una amplia limpieza energética para desprenderse de su moco etérico antes de que lograra elevar su nivel energético lo suficiente para aclarar y despejar sus sentimientos. (2)

 

[Esta figura] muestra el efecto que provoca en el aura la aspiración de cocaína por la nariz. Cada vez que esta persona lo hacía, los sábados por la noche, presentaba en el lado derecho de la cara y la cabeza una gran cantidad de moco gris etéreo, pegajoso, mientras que el izquierdo se mantenía relativamente limpio. Le pregunté si aspiraba más por una ventanilla de la nariz que por la otra; pensaba que no. Mis repetidas comparaciones (podía detectar cada vez que lo hacía) y una descripción gráfica de su "moco etérico" le ayudaron a dejar el hábito. (2)

 

[Esta figura] muestra a un hombre que había utilizado durante años drogas tales como el LSD y la marihuana, con la consiguiente aura verde sucio. El deterioro que suponen estas experiencias se muestra en el lado superior derecho. Parece como si tuviera peso, debido a que solía inclinar la cabeza en un ángulo que parecía equilibrar la forma. Ésta se mantuvo siempre en la misma posición, una semana tras otra... Para retirar esta forma, tendría que dejar las drogas y limpiar el campo... Le recomendé que, además del trabajo corporal, hiciera ayuno e hiciera una dieta limpiadora. Entonces podría aumentar la fuerza se su campo energético e irrumpir en ese deterioro acumulado para disiparlo. (2)

 

Por contraposición, Barbara expone en la última parte de Manos que curan, un claro ejemplo de sanación en el que se evidencia esta dicotomía acerca de las drogas: que pueden funcionar como remedios o como venenos, dependiendo de la configuración aural de la persona en el momento en que las ingiere.

David, era un joven maestro aquejado de una grave enfermedad que los médicos no podían identificar con certeza. Su tratamiento con Barbara duró cerca de dos años en los cuales sufrió una transformación radical que en su inicio fue muy lenta y se aceleró en la última fase, en parte gracias a la MDMA. El proceso terapéutico inició con una limpieza del campo energético y una desintoxicación del cuerpo físico; continuó con una reestructuración del CEH acompañada de técnicas psicodinámicas y por último culminó con el uso de dos fármacos. El primero cloroquinina para curar el hígado y después MDMA para desbloquear el sexto chakra de David. La palabra chakra significa rueda en sánscrito y se utiliza para denominar los principales centros de energía que se encuentran en el CEH. Según relata la misma Barbara:

El aspecto de David cuando acudió a la última sesión de curación era muy distinto. Su aura era dos veces más brillante y mucho más amplia que lo normal [...] Le pregunté qué le había sucedido y me respondió que durante el fin de semana había tomado un producto popularmente llamado éxtasis, o MDMA, una droga sintética del tipo feniletilamina sintetizada a partir de la metamfetamina y el safrol.

 

Al realizar una inspección más atenta, pude ver que el MDMA había abierto el lado izquierdo de la glándula pineal. La mucosidad que se había acumulado

 

Parcialmente en el sexto chakra como consecuencia del consumo de marihuana y LSD se había despejado en el lado derecho. Todavía quedaba trabajo por hacer, pero el cambio general del campo de David resultaba sorprendente.

Como mis observaciones habían demostrado siempre que las drogas psicotrópicas tenían un efecto negativo sobre el aura, pregunté a Heoyan al respecto; esto es lo que me respondió: "Depende de quién las tome y de cuál sea la configuración de su campo en el momento de ingerirlas. Como el sexto chakra de David estaba obturado y había llegado el momento de hacer algo para abrirlo, la droga tuvo un poderoso efecto. Sin embargo, si el paciente necesitara concentrarse en un chakra distinto, el efecto, con toda probabilidad, hubiera sido negativo."

Cuando otra paciente preguntó si podía tomar MDMA, Heoyan contestó: "No te lo recomendaría. Toma mejor ovatropina para reforzar tu segundo chakra que es donde hay que trabajar" [...] Las drogas pueden utilizarse como sustancias transformadoras; esa es su finalidad. No curan la enfermedad, pero ayudan al individuo a curarse a sí mismo. "La sustancia precisa en la cantidad justa y en el momento apropiado ayuda al individuo a transformarse", dice Heoyan.  (2)

Heoyan es el guía e instructor principal en el campo de la sanación de Barbara Brennan. Ambos postulan que el origen de toda enfermedad emana de la creencia de que cada uno de nosotros es un ente separado de los demás y separado de Dios. Dice que esta creencia se experimenta como miedo, del cual surgen todas las demás emociones negativas. Y una vez que hemos dado lugar a estas emociones negativas nos separamos de ellas encapsulándolas en bloques energéticos y configuraciones aurales negativas:

Este proceso de separación se perpetúa creando más dolor e ilusión, hasta que el ciclo de retroalimentación negativa se rompe o se invierte mediante un proceso de trabajo personal... La clave para romper este círculo vicioso reside en el amor y la conexión con todo cuanto existe... El amor es la experiencia de estar conectado a Dios y a todo lo demás... Cuando estamos conectados, nos sentimos y estamos totalmente seguros y libres. (3)

En sus dos libros (2 y 3) Barbara Brennan aporta soluciones efectivas para invertir el círculo vicioso de las creencias y emociones negativas para lograr la reconexión con lo divino. Recomiendo ampliamente su lectura no sólo a aquellos que estén enfermos o tengan algún problema de adicción, sino a quienes tengan interés por los temas de ciencia y espiritualidad.

 

 

FUENTES DE INFORMACIÓN ACERCA DE TERAPIAS CON PSICOACTIVOS

1. Alpert, Richard et all: LSD, New American Library, USA, 1966.
2. Brennan, Barbara Ann, Manos que curan, Ed. Martínez Roca, Barcelona, España, 1990.
3. Brennan, Barbara Ann, Hágase la luz, Ed. Martínez Roca, Barcelona, España, 1994.
4. Fericgla, José María (comp.): Los enteógenos y la ciencia, Col. Cogniciones, Los libros de la liebre de marzo, Barcelona, 1999.
5. Fernández, Asunción: "Evolución histórica de los usos del LSD", en Alucinógenos, la experiencia psicodélica, Ediciones en Neurociencias, Barcelona, 1996.
6. Grof, Christina y Stanislav: La tormentosa búsqueda del Ser, Los libros de la liebre de marzo, Barcelona, 1990.
7. Grof, Stanislav: The Realms of the human unconscius: observations from LSD research, Nueva York, Viking Press, 1975.
8. Ott, Jonathan: Pharmacoteon, Natural Products Co., USA, 1996. (Traducido recientemente por La Liebre de Marzo).
9. Piñeiro, Juanjo: Psiconautas, exploradores de la conciencia, La liebre de marzo, Barcelona, 2000.
10. Rodiles, Janine: Una terapia prohibida: Biografía de Salvador Roquet, Planeta, México, 1998.
11. Roquet, Salvador y Pierre Favreau: Los alucinógenos: de la concepción indígena a una nueva psicoterapia, Prisma, México, 1981.
12. Seva Díaz, A: "Investigaciones en torno a la utilización del LSD-25 en la terapéutica de las neurosis obsesivas durante los años sesenta", en Alucinógenos, la experiencia psicodélica, Ediciones en Neurociencias, Barcelona, 1996.
13. 
Shulgin, Alexander y Ann: PHIKAL, a chemical love story, Transform press, 1995, USA.
14. Shulgin, Alexander y Ann: THIKAL, the continuation, Transform press, 1997, USA.
15. Usó, Juan Carlos: "Sobre el uso clínico de psiquedélicos en España", Revista Monográfica El idiota, No. 1, Barcelona, 2000.
16. Usó, Juan Carlos: Spanish trip: La aventura psiquedélica en España. Los libros de la liebre de marzo, España, 2001.
17. Yensen, Richard: "Ayudando desde los límites de la vida: perspectivas de un terapeuta psicodélico" en La conciencia transpersonal, Kairós, España, 1998.
18. Yensen, Richard: "Prólogo" de Una terapia prohibida: Biografía de Salvador Roquet. Planeta, México, 1998.
19. Yensen, Richard: Hacia una medicina psiquedélica. Los libros de la liebre de marzo, España, 1998.
20. "Entrevista con Josep María Fericgla", revista monográfica El idiota, primer número, Barcelona, 2000.
21. Smith, Huston: La percepción divina, Kairós, Barcelona, 2000.
22. Alejandro Jodorowsky: "Lecciones para mutantes", en Psicomagia, Ed. Siruela, Madrid, 2004.
23. Jiménez, Daniel: "Las neuronas de la espiritualidad", Psychologies España, no. 11, diciembre 2005.
24. Strassman, Rick: DMT, The Spirit Molecule, Park Street Press, USA, 2001.

 

 


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