Emergencia

EMERGENCIA ESPIRITUAL

Por Igor Adrian Llano

Una emergencia spiritual es una etapa crítica y experimentalmente difícil de una profunda transformación psicológica. Es un punto de crisis dentro del proceso de transformación del emerger espiritual.

El término emerger espiritual ha sido usado para referirse al despertar del potencial espiritual de un individuo. Es un proceso natural de crecimiento, que usualmente ocurre de manera lenta a través de nuestras vidas y que es integrado suavemente. Cuando este proceso ocurre muy rápido o se vuelve muy intenso, puede parecer perturbador y fuera de contexto con la vida normal, precipitando  una crisis personal conocida como una emergencia espiritual.​​ Estas crisis pueden tomar la forma de estados no ordinarios de consciencia e involucrar pensamientos inusuales, emociones intensas, visiones, y otros cambios sensoriales, así como varias manifestaciones físicas.

El término emergencia espiritual fue acuñado por el psiquiatra Stanislav Grof y su esposa Christina quienes han trabajado durante muchos años como terapeutas e investigadores en los campos de conciencia no-ordinaria y transformación personal. Emergencia espiritual es un juego de palabras sugiriendo una crisis, pero a la vez, una oportunidad de “emerger”, de ascender a un nivel más alto de funcionamiento psicológico y de consciencia espiritual. Stanislav y Christina Grof consideran que: “si son correctamente comprendidas y apoyadas, estas crisis psicoespirituales pueden resultar en sanación emocional y psicosomática, excepcionales cambios psicológicos, y evolución de la consciencia.” (Grof y Grof 1989, 1990).

En este contexto los términos espiritual y espiritualidad se refieren a situaciones que involucran experiencias personales de ciertas dimensiones de la realidad que le da a nuestra vida, y existencia en general, una cualidad numinosa. C.G. Jung uso la palabra numinosa para describir una experiencia que se siente sagrada, santa, o fuera de lo ordinario.

Muchas personas han intentado definir criterios que distingan a la psicosis de la emergencia espiritual. Otros se cuestionan si es apropiado o no tratar de distinguir entre los dos. A veces los llamados “estados psicóticos” pueden convertirse en experiencias místicas. A veces emergencias espirituales pueden deslizarse hacia adentro y hacia afuera de la psicosis. Algunas personas sugieren que estos términos pertenecen a dos paradigmas separados, o formas de ver el mundo. El paradigma medico occidental etiqueta a cualquiera que demuestre comportamiento severamente fuera de lo común, como psicótico. Muchas culturas tribales y teóricos modernos verían el mismo comportamiento como un importante proceso de despertar espiritual.

La psiquiatría convencional etiqueta a los chamanes como esquizofrénicos si no bipolares. Literatura mística del mundo describe estas crisis como importantes indicadores del camino espiritual, y confirma su potencial sanador y transformador. Son episodios de ésta naturaleza las que podemos encontrar en historias de vida de chamanes, yoguis, místicos, y santos. Santa Teresa de Ávila lo llamo “la locura santa”.

El problema continúa siendo que las personas experimentando estos estados extremos de transformación espiritual generalmente pueden tener severa dificultad para relacionarse con los confines culturales de la sociedad. También pueden quedarse atorados en intensos periodos de angustia  extrema. Pueden perderse en realidades que no les son familiares sin tener un mapa de regreso a casa. En éstas instancias necesitamos tratar de encontrar en dónde están, qué les está pasando, y dar el mayor apoyo y asistencia posible. La medicación con drogas psiquiátricas puede calmar los síntomas pero también evitar el poder de transformación y crecimiento personal detrás de éstas crisis. Personalmente creo que a la salud se llega a través del cambio y la transformación personal, no a través del aplacamiento de síntomas extraños a la conducta media de la sociedad.

Por esto y mucho más surge la necesidad de crear una red de terapeutas, psiquiatras, y psicólogos que conozcan éstos estados. Terapeutas que conozcan la meditación, que conozcan el chamanismo. Exploradores de la consciencia que realmente puedan ver, entender y desde ahí apoyar estos momentos de transición buscando una resolución positiva, buscando el crecimiento y valorando la autenticidad.


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